Reduccionismo agrario

Afortunadamente, ya han surgido m¨¦todos menos reduccionistas de hacer ciencia de la nutrici¨®n, basados en la idea de estudiar patrones alimenticios completos en lugar de centrarse s¨®lo en alimentos o nutrientes aislados. Un alimento es algo m¨¢s que la suma de sus nutrientes. Lamentablemente, en los sistemas agr¨ªcolas sigue imperando el reduccionismo cient¨ªfico y el inter¨¦s econ¨®mico en detrimento del inter¨¦s general. No hay m¨¢s que ver los argumentos esgrimidos por el representante de Monsanto, en el art¨ªculo aparecido el domingo en EL PA?S titulado Los tomates ya no saben a nada. Que todav¨ªa se quieran imponer sistemas agrarios deslocalizados del territorio, basados en la explotaci¨®n de los sistemas naturales a costa de la poblaci¨®n local y de la salud del consumidor, dice muy poco a favor de los actuales modelos en los que se basa la agricultura de hoy en d¨ªa.

El mismo paso que han dado los nutricionistas lo deber¨ªan de dar los agr¨®nomos, deber¨ªan estudiar los sistemas agrarios en su conjunto y no basados en los intereses reduccionistas de la agroindustria. La inmediatez de la agricultura actual est¨¢ hipotecando la agricultura del ma?ana, y con ella la capacidad de la poblaci¨®n de poder alimentarse correctamente. Con la agricultura de Monsanto seguiremos aumentando el hambre en el mundo, reduciendo la poblaci¨®n rural y perdiendo los sabores y nutrientes que nos dan nuestras variedades aut¨®ctonas.

Da que pensar que las ONG que trabajan en los epicentros del hambre demanden agriculturas sostenibles no dependientes de insumos qu¨ªmicos ni de semillas transg¨¦nicas. ?No son sus demandas argumentos suficientes para cambiar de modelo agr¨ªcola? Me parece de mal gusto, y de pocos escr¨²pulos, abanderar la lucha contra el hambre como herramienta para seguir mercantilizando los recursos naturales, privando a las poblaciones locales de sus recursos naturales y de su capacidad para cultivar sus propios alimentos.