Pol¨¦mica por la posible liberaci¨®n del terrorista de Lockerbie
Abdelbaset al Megrahi, preso en Escocia, est¨¢ en fase terminal
El Gobierno aut¨®nomo escoc¨¦s afronta su primer contencioso internacional ante las crecientes presiones de Estados Unidos para que no permita el traslado a Libia del ¨²nico acusado por el caso Lockerbie -el atentado contra un avi¨®n de la PanAm en el que murieron 270 personas en 1988- apoy¨¢ndose en razones humanitarias.
Una decisi¨®n judicial allan¨® ayer ese camino, despu¨¦s de que el Tribunal Superior de Edimburgo autorizara la solicitud presentada por Abdelbaset Ali Mohamed al Megrahi, quien padece un c¨¢ncer de pr¨®stata en fase terminal seg¨²n fuentes m¨¦dicas independientes, de retirar la apelaci¨®n contra su condena a cadena perpetua.
El fallo implica en la pr¨¢ctica que el reo podr¨ªa cumplir el resto de su sentencia en una prisi¨®n libia, en el marco de un reciente acuerdo entre Reino Unido y Libia que requiere que no quede ning¨²n recurso pendiente para la transferencia de prisioneros.
EE UU y las familias presionan para evitar el traslado de Al Megrahi a Libia
El ejecutivo de Escocia, sin embargo, sopesa ir m¨¢s lejos mientras estudia la demanda de liberaci¨®n por motivos humanitarios del moribundo Al Megrahi -formulada por sus abogados en una v¨ªa legal paralela-, para que pase sus ¨²ltimos d¨ªas junto a su familia en el pa¨ªs africano.
Un informe m¨¦dico independiente ha concluido que al preso, de 57 a?os, le restan apenas tres meses de vida. La prensa brit¨¢nica revelaba el pasado jueves que el ministro de Justicia escoc¨¦s, Kenny MacAskill, iba a pronunciarse favorablemente esa misma semana, pero una llamada telef¨®nica de la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, acab¨® frustrando el anuncio.
La Administraci¨®n de Obama, en la l¨ªnea del grueso de los familiares de las v¨ªctimas de Lockerbie, exige que el preso libio acabe de cumplir su condena a perpetuidad -con un m¨ªnimo obligado de 27 a?os- en el recinto escoc¨¦s en el que permanece encarcelado desde 2001. Fue condenado como ¨²nico responsable del atentado contra el avi¨®n de la PanAm que explosion¨® sobre la peque?a localidad escocesa mientras realizaba el trayecto Londres-Nueva York en 1988. El macabro balance incluy¨® todo el pasaje y la tripulaci¨®n adem¨¢s de algunos vecinos de Lockerbie. De las 270 v¨ªctimas mortales, 189 eran de nacionalidad estadounidense.
El Gobierno de Escocia no puede liberar al autor de una "horrible acci¨®n terrorista internacional", reza la carta que han remitido siete senadores de EE UU al ministro MacAskill, entre los que destacan el influyente Edward Kennedy y el ex candidato a la presidencia John Kerry.
Junto a esa ofensiva procedente del otro lado del Atl¨¢ntico, los gobiernos de Edimburgo y Londres afrontan la reclamaci¨®n de un sector de los familiares de las v¨ªctimas brit¨¢nicas para que se abra una amplia investigaci¨®n p¨²blica sobre el caso, ante la convicci¨®n de que Al Megrahi, un antiguo agente de inteligencia, ejerci¨® de mera cabeza de turco.
La tragedia de Lockerbie ha dado alas a la oposici¨®n escocesa para cargar contra el primer ministro, Alex Salmond, como protagonista de un "circo medi¨¢tico". Desde las filas laboristas y socialdem¨®cratas se acusa al Gobierno de Edimburgo de convertir una decisi¨®n que deber¨ªa competer a la justicia -liberar o no a Al Megrahi- en "una decisi¨®n pol¨ªtica".
El titular de Justicia est¨¢ revisando el caso con car¨¢cter de urgencia y, despu¨¦s de haberse reunido con representantes del Gobierno libio y con familiares de los fallecidos, y de haber visitado al propio prisionero, se espera que emita su veredicto en una o a lo sumo dos semanas.
Hasta hace pocos d¨ªas MacAskill parec¨ªa proclive a aceptar los argumentos de los abogados del preso libio (motivos humanitarios), pero los observadores no descartan que acabe cediendo a la presi¨®n de Washington. En un fiel de la balanza est¨¢ la indignaci¨®n de los allegados de las v¨ªctimas y la ofensiva estadounidense. En el otro, el precario estado de salud de Al Megrahi ("muy debilitado, con fuertes dolores y un enorme sufrimiento", en palabras de sus representantes legales), pero tambi¨¦n la normalizaci¨®n de las relaciones con la Libia del coronel Gaddafi, que, en el caso de Reino Unido, se ha traducido en importantes negocios para sus compa?¨ªas petroleras.
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