Crece la moda de leer bajo tierra

Al Bibliometro le crecen los lectores. Los puntos de pr¨¦stamo de libros del metro de Madrid han aumentado su actividad un 30% durante los primeros seis meses del a?o, seg¨²n anunci¨® ayer la viceconsejera de Cultura, Concha Guerra. En el primer semestre de este a?o, los 12 puntos de pr¨¦stamo de libros de Bibliometro han prestado 61.606 ejemplares frente a los 47.087 registrado en el mismo periodo de 2008.

El aumento de la oferta de nuevos t¨ªtulos en un 20% (974 frente a los 800 del a?o anterior) es, para Guerra, la raz¨®n fundamental del aumento de pr¨¦stamos. La mayor¨ªa de los lectores que acuden a los Bibliometros a la caza del best seller de turno encuentran en el cat¨¢logo de novedades de este verano 50 nuevas obras, algunas en las listas de los m¨¢s le¨ªdos: ?D¨®nde te escondes?, Mary Higgins Clark, La chica que so?aba con una cerilla y un bid¨®n de gasolina, del favorito Stieg Larsson o Gomorra de Roberto Saviano.

La mayor¨ªa de los lectores acude a las estaciones a la caza del 'best seller'

El carn¨¦ del servicio es v¨¢lido en cualquier biblioteca p¨²blica

"?Quiero otro! ?M¨¢s, m¨¢s!", pide Karen a la bibliotecaria del Bibliometro de Nuevos Ministerios, la estaci¨®n con m¨¢s ¨¦xito despu¨¦s de Moncloa, con m¨¢s de 9.000 libros prestados en los ¨²ltimos seis meses.

En esta enorme estaci¨®n en la que convergen las l¨ªneas 6, 8 y 10 se forman f¨¢cilmente peque?as colas de lectores dispuestos a devolver su libro y recoger otro. Su encargada revela que durante el invierno suelen prestarse 100 libros diarios, mientras que en verano la cifra se rebaja a la mitad.

"?Tienes el tercero de Stieg Larsson?", le pregunta por en¨¦sima vez uno de los usuarios. El gesto de la bibliotecaria habla por s¨ª solo: misi¨®n imposible. "Toma, aqu¨ª tienes el cat¨¢logo de las novedades", le ofrece mec¨¢nicamente esperando satisfacer sus ansias de best-seller. Lo consigue; el tipo se marcha con La Catedral del Mar debajo del brazo.

El Bibliometro comenz¨® su andadura en 2005 con m¨®dulos en siete estaciones. Cuatro a?os despu¨¦s hay puestos en doce paradas de metro (Aluche, Embajadores, Canal, Carabanchel Alto, Legazpi, Chamart¨ªn, Moncloa, Mar de Cristal, Sierra de Guadalupe, Puerta de Arganda, Nuevos Ministerios y Puerta del Sur) y cuenta con m¨¢s de 97.000 ejemplares de 974 t¨ªtulos diferentes. Para ser uno de los casi 64.000 usuarios del sistema s¨®lo hay que presentar el carn¨¦ de identidad.

Su objetivo, adem¨¢s de fomentar la lectura entre los viajeros, es servir de nexo con las bibliotecas p¨²blicas. El carn¨¦ del Bibliometro es v¨¢lido para el resto de bibliotecas municipales que comparten tambi¨¦n el registro de devoluciones.

Esto ¨²ltimo lo sabe muy bien una lectora an¨®nima que solicit¨® un libro en la estaci¨®n de Legazpi. No s¨®lo no se lo dieron si no que le invitaron a que devolviese El Sha, de Kapuscinsky, que tom¨® prestado en Conde Duque hace m¨¢s de tres a?os. "No voy a poder volver a pedir un libro en la vida", bromea.

Lo que queda claro en las ventanillas de los puntos de pr¨¦stamo es la soltura y satisfacci¨®n de sus usuarios. En estaciones como la de Canal, en las que la afluencia de p¨²blico es menor, la relaci¨®n entre bibliotecario y lector roza lo familiar.

"Aqu¨ª podemos hablar y recomendar libros a la gente, algo que no puede hacerse en una biblioteca normal", cuenta su encargado. "?Aqu¨ª viene uno de los cl¨¢sicos!", le dice a Miguel, un funcionario de 52 a?os que visita el Bibliometro de Canal m¨¢s de dos veces al mes. Entablan una animada conversaci¨®n hasta que cae en sus manos Ojos Azules de Arturo P¨¦rez-Reverte. "Esto parece un catecismo", dice refiri¨¦ndose al peque?o tama?o del libro, "voy a tener que volver hoy mismo a coger otro".

Para Alejandra Molina, que persigue la ¨²ltima obra de Carmen Posadas desde hace tres meses en el m¨®dulo de Moncloa, la mayor ventaja del Bibliometro es que le resulta m¨¢s f¨¢cil devolver los libros. "Ahora soy puntual porque me pilla de paso, en las bibliotecas tardaba much¨ªsmo".

Aunque sin ofrecer datos, un portavoz de la Consejer¨ªa de Cultura confirma que el ¨ªndice de devoluci¨®n es mucho mayor en el Bibliometro que en las bibliotecas tradicionales. Sin embargo, seg¨²n revela uno de los bibliotecarios, El ni?o con el pijama de rayas es el libro que m¨¢s ha desaparecido de sus estanter¨ªas. Mientras tanto, La Iliada de Homero contin¨²a sin estrenar.