Las viviendas acosan el monte Abantos 10 a?os despu¨¦s del incendio
Se cumple una d¨¦cada del peor siniestro en la sierra de Madrid - Ecologistas alertan de la proliferaci¨®n de urbanizaciones junto a la zona quemada
Hoy se cumplen 10 a?os del peor incendio ocurrido en la sierra de Madrid. Un fuego que asol¨® m¨¢s de 450 hect¨¢reas de bosque y pastos (el equivalente a otros tantos campos de f¨²tbol) y calcin¨® miles de ¨¢rboles. Una d¨¦cada despu¨¦s las urbanizaciones de viviendas acosan la zona.
El monte de Abantos, que corona San Lorenzo de El Escorial, se convirti¨® durante 28 horas en una tea que iluminaba con una luz rojiza el cielo madrile?o. Las llamas llegaron a alcanzar 40 metros de altura. Durante aquellas dram¨¢ticas horas fueron evacuadas unas 5.000 personas de la zona. Tuvieron que dormir en el polideportivo municipal. El desastre natural fue enorme. La zona contaba con un alto valor natural.
Habr¨¢ que esperar varias d¨¦cadas para ver el paisaje como estaba antes
El bosque quemado estaba poblado con pinos mediterr¨¢neos repoblados a principio de siglo, matorral de jara, encinas y robles. Adem¨¢s, en el entorno viv¨ªan gatos monteses, jabal¨ªes y otras rapaces.
El paisaje ha cambiado mucho desde entonces. Aunque la zona quemada fue protegida y ha sido objeto de varias actuaciones por parte de la Administraci¨®n para recuperar la zona, los l¨ªmites del monte padecen una fuerte presi¨®n urban¨ªstica.
La orilla negruzca de ceniza que delimita la zona calcinada ha dado paso a una serie de urbanizaciones. Hoy varios grupos ecologistas alertan de la proliferaci¨®n de construcciones junto al monte. Aunque reconocen que la zona protegida est¨¢ libre de ladrillo. "Ha habido un aumento espectacular de viviendas al borde del monte", explica Michael Harris, que pertenece a la plataforma Entorno Escorial, que defiende los valores naturales del paisaje de la sierra. "Hay cuatro o cinco puntos donde siguen construyendo: Pinar Real, Cebadillas Norte, Monte Escorial, Unamuno...", precisa. Para explicar la situaci¨®n, Harris, aporta un dato. "Desde que ocurri¨® el incendio, hace 10 a?os, la poblaci¨®n ha pasado de 10.000 a 17.000 habitantes en San Lorenzo. En El Escorial algo parecido", detalla. "El aumento de la construcci¨®n junto a una masa arb¨®rea como el monte Abantos es peligroso. Hay m¨¢s peligros de incendios, basuras, afecci¨®n a las aguas fre¨¢ticas del monte...", enumera Harris. La asociaci¨®n de la que forma parte se opone al nuevo plan de ordenaci¨®n urbana del municipio escurialense, que est¨¢ en fase de estudio. Un plan que prev¨¦ la construcci¨®n de 850 nuevas viviendas, la mitad de protecci¨®n oficial, y que afectar¨ªa a unas 317 hect¨¢reas. Estos pisos que se levantar¨¢n en una peque?a dehesa junto al municipio estaban previstas antes del incendio en otra zona, la Era. Pero tras el incendio estos terrenos fueron protegidos.
Un portavoz de Arba, la asociaci¨®n para la recuperaci¨®n de bosques, explica que durante estos a?os se ha hecho un buen trabajo en el monte. "Pero a pesar del inter¨¦s mostrado por la Administraci¨®n regional plantando ¨¢rboles aut¨®ctonos, destaca sobre todo la regeneraci¨®n natural del bosque". Este portavoz recuerda que el bosque en el monte de Abantos naci¨® a principios del siglo XX de forma experimental. La Comunidad de Madrid recuerda que desde el incendio ha plantado cerca de 440.000 ejemplares de diferentes especies, aunque muchas de ellas terminaron sec¨¢ndose. Ahora hay muchos pinos resineros, robles melojos y fresnos.
Por su parte, desde 2004 Arba ha plantado unos 3.000 ¨¢rboles en la zona quemada. Robles, cerezos silvestres, espinos cervales, ma¨ªllos, majuelos, arces... "Pero habr¨¢ que esperar d¨¦cadas para volver a ver el monte como antes", suspiran en Arba.
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