Saltando de piedra en piedra
El incansable justiciero del videojuego, Mario Bros, hubiese encontrado en el curso del r¨ªo Chillar, en Nerja (M¨¢laga), en la sierra de Almijara, un escenario inmejorable para sus aventuras. Saltos de piedra en piedra, piscinas naturales, eucaliptos, pinos, adelfas, y peque?as mariposas blancas con un dibujo negro en las alas de un parecido inquietante al logotipo de la Junta de Andaluc¨ªa. Palabra de honor.
Agosto es perfecto para ir a chapotear al r¨ªo Chillar. El sol se amontona sobre la copa de los pinos y los ca?averales acaban de repelerlo con esas paredes inmensas. El viento sopla con paciencia. Los excursionistas, ni?os y mayores, emplean palos para apoyar el cansancio. Unos improvisan, otros llevan inconcebibles obras de ingenier¨ªa. En cuanto al calzado, lo m¨¢s adecuado, sin duda, es procurarse un par de zapatillas deportivas. Las chanclas, y m¨¢s las hawaianas, est¨¢n mejor en la playa; lo de ir descalzo depender¨¢ de las durezas de cada uno, pero no es recomendable.
El Chillar nace en la Loma del Im¨¢n, donde se ve alguna cabra montesa
Una vez calzado y aparcado har¨¢ falta un cuarto de hora de marcha para alcanzar el principio de la ruta. Hay una peque?a rampa de obra que conduce a la presilla que rapta el agua desde ah¨ª. Comienza el paseo.
Al igual que un ni?o empieza a andar, usted deber¨¢ desplazarse a contracorriente, una habilidad atrofiada por la ciudad. Lo m¨¢s sensato es pisar las piedras grandes, las que m¨¢s sobresalgan del agua. Moverse, as¨ª, cuesta menos esfuerzo. F¨ªjese en las lib¨¦lulas negras que revolotean entre los arbustos: se posan en las ramas altas de las zarzas para que los zagales no practiquen b¨¦isbol a costa suya. Una vez los pies cogen soltura es posible creer que se est¨¢ a la altura de John Locke, de Perdidos; la naturaleza y yo, o yo contra ella. Si hay que desbrozar el camino, se desbroza, si hay que sacar el machete, se saca. Si los hierbajos son poca cosa, algunos jabal¨ªes pastan r¨ªo arriba, tan tranquilos.
El camino se estrecha poco a poco, el valle se angosta y el r¨ªo toma la forma de una atracci¨®n de Port Aventura. Las paredes en ese tramo, en Los Cajorros, son verticales; el cauce del Chillar, una garganta de metro y medio.
Cuando las piernas no den m¨¢s de s¨ª, una parada a la vera del r¨ªo es esencial para seguir m¨¢s tarde. Muchos grupos de paseantes gozaban de la sombra y el bocadillo el s¨¢bado pasado. La ruta es larga, completarla en un d¨ªa, y m¨¢s si no se madruga, parece imposible. Hacen falta tres horas para llegar a la segunda presa. Ese puede ser un buen momento para la pausa del tentempi¨¦. Hay un salto de agua, una esbelta cascada de tres o cuatro metros que cae en una poza. En verano se agradece. En invierno tambi¨¦n, pero con traje de neopreno. As¨ª lo explicaba el s¨¢bado alg¨²n excursionista. El agua, que en esta ¨¦poca s¨®lo alcanza los muslos, en invierno puede llegar al pecho.
Llegar al r¨ªo Chillar por primera vez puede resultar complicado, pero he aqu¨ª una proposici¨®n. Desde M¨¢laga hay que coger la A-7 direcci¨®n Almer¨ªa. La salida es Nerja - Maro. A la quinta rotonda, la sexta si se viene desde Almer¨ªa, hay que girar a la derecha, por la calle Julio Romero (en medio de la rotonda, un cartel amarillo anuncia a la derecha los apartamentos Torres de San Juan). A unos quinientos metros aparece un desv¨ªo a la izquierda, la calle Cisne. En la esquina, un letrero avisa de un rastrillo y unas urbanizaciones, las almijaras. A unos 200 metros otra rotonda, con una farola en medio y el suelo azul. Se debe torcer a la derecha, por donde las palmeras, es la calle del Mirto. Otra rotonda, recto. A unos doscientos metros hay un giro a la izquierda en forma de uve. Por ah¨ª, todo recto, se llega. Hay una cantera, coches aparcados y gente buscando moras, pero ya casi no quedan.
El r¨ªo Chilar nace en la Loma del Im¨¢n, donde es dif¨ªcil encontrarse a alguien salvo alguna cabra montesa despistada. La belleza del paraje, mesurada, recuerda a la campi?a en que brota el arroyo de El Manatial de la Doncella. Bergman cuenta en su pel¨ªcula c¨®mo el agua nace del suelo tras el asesinato de una ingenua doncella. En Nerja, la historia, est¨¢ a¨²n por contar.
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