Internet gratis durante el trayecto
Un grupo de taxistas ofrece port¨¢tiles para que los clientes se conecten a la Red
Roberto ha instalado antes Internet en el coche que en su casa. Es un port¨¢til del tama?o de un libro pero, visto desde el asiento de atr¨¢s, resulta un chollo. Roberto L¨®pez, de 33 a?os, es uno de los seis taxistas que ofrece Internet gratis a los clientes. Por ahora, s¨®lo son seis. Un proyecto piloto. En una semana, quieren exportar la idea a un centenar de veh¨ªculos de alta gama.
"?Quiere usted navegar?", pregunta al pasajero. "Hasta ahora, a todo el mundo le gusta, es otro servicio VIP", presume. Podr¨¢ entretener las horas muertas mirando las p¨¢ginas del Atl¨¦tico de Madrid. Alg¨²n viajero le ha customizado ya el salvapantallas del ordenador, que tiene adosado una USB para la conexi¨®n a Internet m¨®vil, con el escudo de su equipo. Y hay quien ha aprovechado "para mirar alguna paginilla guarra", confiesa en la rotonda de Cibeles. No recuerda cu¨¢l era. La borr¨®.
Junto a la Puerta de Alcal¨¢, mientras Roberto posa para una fotograf¨ªa, dos turistas mexicanos teorizan sobre la oferta. "Me encanta la idea, yo me pasar¨ªa el viaje mandando correos o mirando p¨¢ginas de turismo", dice Julio Cordero, de 26 a?os, antes de disparar otra instant¨¢nea a su compa?ero. El otro sale movido mientras opina que lo encuentra "pr¨¢ctico y funcional". Lo que ellos no saben (todav¨ªa) es que Madrid est¨¢ lleno de t¨²neles. Y bajo tierra, claro, la conexi¨®n no funciona. Habr¨¢ que esperar a la superficie para buscar restaurantes en la web.
La flota para futuros internautas pertenece a la cooperativa Radio Mercedes. Coches especiales con bajada de bandera especial (dos euros m¨¢s que el resto). Los servicios tambi¨¦n lo son. Normalmente, lo demandan ejecutivos que viajan del aeropuerto a la reuni¨®n y que ahora pueden consultar la Bolsa desde el asiento de cuero.
El taxista, que lleva kil¨®metros como para 20 vueltas al mundo, nunca ha salido de Espa?a. Todo lo que conoce de m¨¢s all¨¢ se lo han contado los clientes. Le gustar¨ªa tomar un vuelo a Nueva York -"donde los taxis ya llevan Internet"- o pasear por Tokio -"debe ser tan moderno..."-. De momento, se conforma con mirar fotos en la web, entre cliente y cliente.
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