"Cuesta asumir que pasas a ser pyme"
Acaba de salir del episodio m¨¢s angustioso de su vida como empresario. Ha pasado 14 meses a "pulm¨®n descubierto", desde que en abril del a?o pasado firm¨® el concurso voluntario de acreedores, la antigua suspensi¨®n de pagos, hasta que el juez lo levant¨® en junio. Pero no hubo otra. Muy pocas empresas pueden resistir un vendaval como la crisis inmobiliaria, casi un hurac¨¢n que se llev¨® por delante la red inmobiliaria de Jos¨¦ Antonio Galdeano. "Los que vendemos pisos y estamos en la calle empezamos a notarlo en verano de 2006. Pero luego lleg¨® el p¨¢nico y las ventas se desplomaron un 80%", asegura.
En su despacho de la Diagonal de Barcelona, Galdeano tiene multitud de mapas con chinchetas de colores. Son las oficinas que el grupo posee por toda Espa?a. Hoy quedan 70, la mayor¨ªa en Catalu?a, cuando en plena bonanza lleg¨® a tener 300. Galdeano empez¨® a fraguar esa constelaci¨®n en 1991. Ten¨ªa 27 a?os y llevaba desde los 14 trabajando como transportista en una cooperativa de Sabadell. All¨ª cobraba lo mismo quien barr¨ªa las naves que quien presid¨ªa la empresa, pero las compa?¨ªas compet¨ªan de "forma desleal".
La empresa ten¨ªa 300 oficinas en Espa?a. Hoy le quedan 70
Cuando tuvo la oportunidad de dejar el transporte, no se lo pens¨® dos veces. El sector inmobiliario, dice, le daba perspectivas para hacer carrera. "Entonces en Barcelona hab¨ªa peque?as inmobiliarias familiares, muy estrictas, reacias a vender si no aportabas una determinada cantidad". Y ah¨ª vio el hueco. Expofinques se especializ¨® en una franja de poblaci¨®n con unos recursos medios y bajos. Le fue bien. Lleg¨® a tener 1.300 trabajadores en plantilla. Y casi una d¨¦cada despu¨¦s de arrancar el negocio, decidi¨® implantar franquicias.
Pero lleg¨® el derrumbe del ladrillo. Coincidi¨® con la puesta en marcha del sistema de franquicias, a las que se acogieron el 90% de las oficinas de su red. Dio cr¨¦ditos a sus franquiciados, "sin apenas garant¨ªas". "A los pocos meses no eran capaces de devolverlo y empezaron a cerrar oficinas y a dejar deudas contra¨ªdas con la empresa", prosigue. Tambi¨¦n entonces acababa de desembarcar en Portugal, animado, dice, por un "alto directivo de una entidad financiera nacional". No sali¨® bien.
En abril se vio abocado al concurso de acreedores con una deuda que superaba los 27 millones de euros, presionado sobre todo por la impaciencia de algunos bancos y cajas, que le ped¨ªan que cubriera deudas a largo plazo. "Fue una de las decisiones que m¨¢s me ha costado tomar en toda mi vida. Nunca sabes c¨®mo saldr¨¢s de un concurso", cuenta mientras enciende un cigarro. Pero decidi¨® que el concurso ser¨ªa un par¨¦ntesis, un momento para parar, reflexionar y redimensionar la compa?¨ªa.
Su historia es la de muchas empresas que se dedican al negocio inmobiliario, que es uno de los que m¨¢s concursos ha protagonizado. Con matices. "Nuestra actividad es el pan del sector. El inmobiliario no es un sector de prestigio, pero no hay que confundir. La especulaci¨®n m¨¢s salvaje se ha visto en la ¨¦poca dorada de la mano de promociones", advierte. ?Ha visto mucha especulaci¨®n? "He presenciado recalificaciones, s¨ª. Pero no todos somos as¨ª. Porque no es lo mismo tener un margen de beneficio del 15% que del 300%". Y agrega que las entidades financieras tuvieron mucho que ver con la burbuja inmobiliaria. Hab¨ªa dinero para todo. De nuevo, Galdeano recuerda que fue una entidad la que lo empuj¨® hacia Portugal, que fue el paso en falso que lo llev¨® al concurso.
Durante meses estuvo dando explicaciones a los administradores concursales de todo cuanto hac¨ªa. "Intentas hacer tu actividad, pero personas que no conocen el negocio te fiscalizan cualquier peque?a cosa", se queja. Pero lo peor de todo es la "resaca" de tantos a?os en los que la empresa iba viento en popa. "Es muy dif¨ªcil asumir que pasas de ser una gran empresa a una pyme. No es f¨¢cil frenar esa resaca", confiesa.
Pero puso todo su empe?o en superar esa etapa. Y patrimonio personal. "Confiar en el proyecto y apostar". ?sa era su m¨¢xima. Y as¨ª sali¨® del concurso e incluso se atrevi¨® a pujar por Don Piso, otra red inmobiliaria. No la gan¨®, pero sigue empe?ado en recuperar el tiempo perdido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.