"Tranquilos, ten¨¦is tiempo"

El ¨¢rbitro pit¨® el final de la Supercopa, el viernes pasado en M¨®naco, y Guardiola se levant¨® como un resorte del banquillo y se puso a dar vueltas rasc¨¢ndose la cabeza mientras sus jugadores se desplomaban sobre el terreno de juego, dispuestos a recibir los cuidados de los fisioterapeutas y las consignas del entrenador, que se tom¨® su tiempo. Se trataba de no atosigar a sus jugadores y de improvisar un discurso muy claro, cuatro ordenes concisas y comprensibles para sus jugadores, que llevaban 90 minutos picando piedra para agujerear la defensa del Shakthar, sin conseguirlo.

Vueltas y m¨¢s vueltas, como un tigre en una jaula hasta que a Guardiola encaj¨® la idea. Entonces, se dirigi¨® al m¨¦dico. "?Est¨¢n todos bien?", le pregunt¨®. Afirm¨® con la cabeza Ricard Pruna, as¨ª que tom¨® la primera decisi¨®n: no hacer cambios. Le preocupaba especialmente el estado de Keita, que hab¨ªa sido infiltrado en la rodilla derecha antes del partido para ningunear las molestias que arrastraba desde la final de la supercopa contra el Athletic. Keita, un jugador tan comprometido que renunci¨® a jugar la final de la Champions como lateral por considerar que un compa?ero lo har¨ªa mejor, termin¨® el partido.

"Hac¨ªa un calor insoportable y b¨¢sicamente, tratamos de refrescarnos y serenarnos", reconoci¨® ayer uno de los protagonistas del partido. "En esos momentos no necesitas que te digan muchas cosas y como afortunadamente el m¨ªster lo sabe, nos repiti¨® las consignas una y otra vez". "Tenemos media hora, hay tiempo", empez¨® por decir el entrenador. "Tranquilos, tenemos tiempo, no os preocup¨¦is, no hay prisa", insisti¨®.

"Vosotros sab¨¦is como hacerlo, lo hab¨¦is hecho antes, sab¨¦is como hacerlo, no os preocup¨¦is", les record¨® el entrenador, convencido de lo necesario que era en ese momento transmitirle confianza a sus jugadores, tremendamente cansados por el esfuerzo. Por eso, porque sab¨ªa que el desgaste f¨ªsico hab¨ªa sido enorme, Guardiola les invit¨® a correr poco y tocar mucho. "Nos dijo que progres¨¢ramos con pases, que evit¨¢ramos esfuerzos innecesarios, que nos ayud¨¢ramos". En cuclillas, insisti¨® en recordarles que no ten¨ªan de que preocuparse. "Jugad como siempre, tranquilos, quedan 30 minutos". A Pep, que hablaba en castellano se le escap¨® alguna palabra en catal¨¢n, un idioma de uso com¨²n en un vestuario repleto de canteranos. La arenga termin¨® entre aplausos y los t¨ªpicos gritos de "?vamos, vamos!"

Los jugadores le hicieron caso, pelearon, se juntaron con la pelota. Tardaron 29 minutos antes de tirar la pared con Messi y sentenciar el partido. Pero lo consiguieron. Guardiola s¨®lo necesit¨® un minuto y medio en convencerles de que pod¨ªan. Media hora despu¨¦s, la Supercopa era suya.