Subidas de impuestos
La brutal ca¨ªda de la recaudaci¨®n tributaria y las medidas expansivas aplicadas por el lado del gasto amenazan con conducir al d¨¦ficit p¨²blico hasta territorios desconocidos. Para resolver la situaci¨®n s¨®lo existen dos v¨ªas: reducir el gasto e incrementar la recaudaci¨®n fiscal. A mi juicio, la dimensi¨®n del desfase obliga a combinar ambas.
En cuanto al gasto, la congelaci¨®n salarial para 2010 parece razonable. Con una inflaci¨®n en tasas negativas en 2009 y por debajo del 1% en 2010, la congelaci¨®n ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil de encajar para los empleados p¨²blicos que la que de finales de los a?os 90. No es la panacea, pero ayudar¨ªa.
Otros recortes en gasto corriente y de capital son posibles, pero no deber¨ªan generarse falsas expectativas al respecto: existen muchas partidas de gasto p¨²blico comprometidas (salarios, intereses de la deuda, pensiones y seguros por desempleo...), no existe tanta grasa en el sector p¨²blico como a veces se defiende desde posiciones cr¨ªticas con el Estado del bienestar, y si los recortes se aplican sin precisi¨®n quir¨²rgica, la calidad de los servicios se puede resentir seriamente. Sin duda, es un momento para grandes gestores p¨²blicos y h¨¢biles pol¨ªticos. Aun as¨ª, en el caso de gobiernos comprometidos con la equidad y los servicios p¨²blicos, el incremento en la recaudaci¨®n impositiva debe ser la pata principal del ajuste. Es tiempo de revisar decisiones tomadas en el pasado, contemplando el sistema fiscal en su conjunto.
Ser¨ªa bueno que el empe?o en luchar contra otras lacras se extendiera al ¨¢mbito tributario
En cuanto a lo primero, se deber¨ªa anular la deducci¨®n de los 400 euros en el IRPF y reformular la tributaci¨®n de la riqueza y las rentas del capital. La ca¨ªda de los precios y del coste de los cr¨¦ditos puede ser una buena justificaci¨®n para la supresi¨®n de la deducci¨®n. Una medida que devolver¨ªa a las arcas p¨²blicas no menos de 4.000 millones de euros. En cuanto a los impuestos de sucesiones, patrimonio y la tributaci¨®n de las rentas de capital en el IRPF y de las SICAV, la realidad es que Espa?a ha sido de los pa¨ªses del mundo que m¨¢s ventajas ha ido dando a los propietarios del capital en la ¨²ltima d¨¦cada. Si a eso le sumamos un fraude fiscal que pr¨¢cticamente duplica la media de la zona euro y que rebaja, sobre todo, el esfuerzo tributario de empresarios, aut¨®nomos y profesionales, no tiene mucho sentido abogar por un incremento en los tipos marginales m¨¢ximos de un IRPF que afecta, sobre todo, a asalariados que ya est¨¢n pagando hasta un 43% de sus ingresos. Adem¨¢s, en perspectiva internacional, el tipo m¨¢ximo del IRPF en Espa?a ya es medio-alto y se llega m¨¢s r¨¢pido que en muchos otros pa¨ªses.
En definitiva, ser¨ªa razonable incrementar el tipo impositivo sobre las rentas de capital en el IRPF desde el actual 18%. ?Por qu¨¦ no elevarlo al tipo m¨ªnimo al que tributan los asalariados (24%)? Tambi¨¦n se deber¨ªa buscar alguna forma de garantizar la supervivencia del impuesto sobre sucesiones. Adem¨¢s, deber¨ªa repensarse la decisi¨®n de desactivar el impuesto sobre el patrimonio y replantearse el muy beneficioso tratamiento fiscal que se les otorga a las sociedades gestoras de los patrimonios de los m¨¢s ricos.
De forma paralela a estas actuaciones, es urgente darle al problema del fraude fiscal la importancia que tiene. Ser¨ªa bueno que el empe?o pol¨ªtico que se pone en luchar contra otras lacras como la violencia dom¨¦stica o los accidentes de tr¨¢fico se extendiera al ¨¢mbito tributario. No s¨®lo nos dar¨ªa m¨¢s recursos sin necesidad de subir impuestos. Tambi¨¦n se reducir¨ªan los sentimientos de agravio comparativo y aumentar¨ªa la predisposici¨®n al pago de todos los ciudadanos.
Finalmente, es un buen momento para subir el IVA. Tenemos unos tipos muy reducidos en el conjunto de la UE y la coyuntura de precios aleja los temores inflacionistas. Por su parte, es una buena noticia que el gobierno recupere el proyecto de reforma fiscal verde que se diluy¨® tras la marcha de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez del ministerio de econom¨ªa.
Por cierto, tanto en lo que se refiere a la imposici¨®n patrimonial como en la tributaci¨®n verde y sobre los recursos naturales el bipartito gallego trabaj¨®, contra corriente y en la medida de sus posibilidades, en las l¨ªneas se?aladas. Todo hay que decirlo.
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