La perfecci¨®n puede resultar rara a veces

La m¨²sica de Grizzly Bear, ¨²ltima sensaci¨®n del rock estadounidense, es como la belleza de Marlene Dietrich: funciona como un todo, pero nadie apostar¨ªa por la suma de sus partes. Sus canciones aspiran a una perfecci¨®n barroca, acumulan arreglos, armon¨ªas vocales, intrincadas atm¨®sferas. Y, asombrosamente, resultan de un modo sobresaliente. "Hemos llegado a un tope", aseguraba recientemente el vocalista de la banda Daniel Rossen. "Ahora nos estamos empe?ando en la sencillez".

Grizzly Bear es un cuarteto de chicos educados e inteligentes de Brooklyn que han escuchado los ¨¢lbumes adecuados de los Beach Boys y Phil Spector. Y c¨®mo su segundo disco, Veckatimest, ha acabado en las listas de ¨¦xitos de su pa¨ªs dice mucho de los aires de cambio que asolan culturalmente Estados Unidos.

Es un tratado de pop complejo que toma el nombre de una isla de la costa de Cape Cod. Un homenaje a la herencia, al pasado y a las cosas que a uno le quedan de sus abuelos cuando proviene de una buena familia, como la del ide¨®logo y fundador de la banda, Ed Droste.

Tanto es as¨ª, que el primer disco del grupo se titul¨® Yellow house, pues fue grabado en la casa familiar de Droste en Watertown, en el Estado de Massachussets, y conten¨ªa un tema, Marla, que tomaba prestada su melod¨ªa de piano de una canci¨®n que la t¨ªa abuela de ¨¦ste compuso en los a?os treinta cuando era una cantante de jazz sin fortuna camino de matarse bebiendo.

Todo lo cual cuenta como algo que, simplemente, no pod¨ªa suceder hace, pongamos, cinco a?os, cuando la contestaci¨®n punk a¨²n era un ingrediente tan insoslayable en el rock independiente como el aceite en una ensalada.

"El abolengo de Ed siempre nos mete en problemas en las entrevistas", explic¨® Rossen. Sobre todo si sale a relucir que el chico est¨¢ relacionado con el fundador de Hooters, cadena de restaurantes de Estados Unidos, que podr¨ªa aspirar al t¨ªtulo de la franquicia m¨¢s machista del mundo. Con una clientela mayoritariamente masculina, Hooters es famosa por su comida grasienta y sus camareras, elegidas en raz¨®n de esa generosa delantera que esforzadamente subrayan los tops de espandex que las adornan. "Creo que deber¨ªamos plantear nuestro pr¨®ximo disco como un homenaje a los aros de cebolla de Hoooters", dijo Rossen.

Aunque lo m¨¢s probable es que, sencillamente, no pudiesen. Grizzly Bear son buenos chicos que facturan m¨²sica para tipos responsables, asuman ¨¦stos el hecho de que son adultos o no. "Hay quien dice que hacemos canciones demasiado bonitas. Aunque lo peor es que ahora todos tratan de saber si seremos capaces de responder a las expectativas que hemos creado".

De momento, han superado las cien mil copias vendidas en Estados Unidos, un ¨¦xito notable para una banda de sus caracter¨ªsticas, y tocan por todas partes del mundo en festivales a esa hora que se reserva a los cabezas de cartel. "A¨²n as¨ª no podemos evitar sentirnos como una banda de t¨ªos sin demasiado ¨¦xito con las chicas que quedan para tomar c¨®cteles en un bar a primera hora de la noche", a?adi¨® Rossen con la precauci¨®n de quien sabe que lo m¨¢s sensato es no saber triunfar.