Esc¨¢ndalo
Uno de los muchos volcanes que dormitan en pleno coraz¨®n del oasis catal¨¢n est¨¢ entrando en erupci¨®n. De momento, s¨®lo se aprecian peque?os r¨ªos de lava que va descendiendo lentamente por la pendiente de la monta?a, pero la lluvia de cenizas ha te?ido de gris la ladera y los temblores comienzan a ser insistentes.
El volc¨¢n se llama, claro est¨¢, Palau de la M¨²sica Catalana. Lo que ha sucedido all¨ª estos a?os es grav¨ªsimo; por los hechos en s¨ª, una presunta apropiaci¨®n indebida de fondos p¨²blicos y privados por parte de sus principales gestores, y por el silencio que a¨²n ahora rodea el caso.
Es un silencio que contrasta, curiosamente, con la profusi¨®n de declaraciones indignadas por el otro gran esc¨¢ndalo de moda, el de las prostitutas baratas del Raval. Este ¨²ltimo debate est¨¢ resultando intenso y bastante profundo, aunque el tema no deja de ser viejo, tanto como la profesi¨®n que ellas ejercen, por lo que su soluci¨®n, si es que la hay, es de prever que no ser¨¢ inmediata.
Sorprende tanto silencio sobre el caso del Palau de la M¨²sica
Sobre lo que ha pasado en el Palau, en cambio, pocos se pronuncian en voz alta. Con la boca peque?a algunos dicen ahora que se ve¨ªa venir (?ah, s¨ª? ?Qu¨¦ curioso!) y otros se llevan las manos a la cabeza afirmando que ni se lo imaginaban. Pero, p¨²blicamente, nadie dice nada. No fuera que todo esto se quedara, cosa improbable, en agua de borrajas y ellos hubieran quedado en evidencia.
Que las tres entidades de las que depende el Palau hayan decidido personarse en la causa contra los imputados en este caso no es un hecho balad¨ª. Es una clara muestra de que tanto los empresarios como los pol¨ªticos han perdido la confianza en la persona que durante 30 a?os ha dirigido el que hasta hace dos d¨ªas era el gran ejemplo del compromiso con la cultura de la sociedad civil catalana.
As¨ª, a primera vista, y por lo que se va conociendo, parecer¨ªa que falta algo m¨¢s de autocr¨ªtica y alguna que otra muestra de indignaci¨®n. Que pueda enga?arse tan f¨¢cilmente a un patronato entre cuyos miembros est¨¢n algunos de los principales empresarios del pa¨ªs es, por descontado, sorprendente. Y que sean posibles tantas irregularidades en la gesti¨®n de una entidad que ha vivido una aut¨¦ntica lluvia de dinero p¨²blico en los ¨²ltimos a?os, es preocupante. Esto s¨ª que es un esc¨¢ndalo.
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