Un a?o
Esta historia arranca el mes pasado, se inspira en el pasado a?o y demuestra que el tiempo se va ligero, sin hacer ruido. Por eso cada principio de agosto nos asalta la enga?osa sensaci¨®n de que fue ayer cuando cerr¨¢bamos la puerta en pos de las rutinas que iban a aplastar los 11 meses siguientes, hasta dejarlos en un suspiro (o en un quejido). Ahora, al volverla a abrir, reencontramos el viejo revistero atiborrado de aquellos peri¨®dicos con fecha del verano de 2008: tostados de soles, rebozados de arenas, almidonados de salitre, con las arrugas que les iba cincelando el viento de lebeche mientras ech¨¢bamos un vistazo con indolencia estival. Y en esas primeras p¨¢ginas con texturas m¨¢s ¨¢speras que nunca, en esos faldones rizados por el salpic¨®n del Mediterr¨¢neo, es donde comprobamos que un a?o es bien poca cosa y que aunque todo fluye casi todo se parece.
Aquel agosto nos sobresaltaban la tragedia del avi¨®n de Spanair y la violencia en Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. En el primer a?o de la crisis econ¨®mica disminu¨ªa el n¨²mero de turistas que, adem¨¢s, recortaban el gasto. Se aceleraba la ca¨ªda de precios de los pisos, as¨ª como del Euribor. "La econom¨ªa europea se tambalea", proclamaban los titulares mientras aparec¨ªan las trampas de Leman Brothers y Zapatero anunciaba inminentes medidas contra la crisis, as¨ª como un plan de financiaci¨®n para las comunidades aut¨®nomas "antes de tres meses". Un libro conservador aseguraba que Obama era un peligro para la naci¨®n. El FMI recortaba las previsiones de crecimiento mundial y la OCDE advert¨ªa que el abandono escolar lastra la econom¨ªa espa?ola. La fantasmag¨®rica VIU (Universidad Internacional de Valencia) preparaba el en¨¦simo redise?o de su proyecto.
Las mujeres mor¨ªan a manos de los hombres que las odian y en Palma de Mallorca un constructor confesaba haber pagado 60.000 euros por hacer una obra. Carlos Fabra volv¨ªa a insultar al portavoz socialista, la bronca del PP en Alicante llegaba a la descalificaci¨®n personal y en Valencia se debat¨ªa el glamour de la F¨®rmula 1. "Somos capaces de hacer cosas incre¨ªbles", aseguraba Francisco Camps. RTVV ya estaba en la ruina, y tambi¨¦n la Generalitat hipotecada por el pago de intereses. Los hombres maltrataban a los toros y a las vaquillas. Y viceversa.
Todo lo que entonces ocurr¨ªa (o al menos lo que se publicaba) se parece tanto a lo que ha tra¨ªdo agosto de 2009 como si fuera cierto el eterno retorno. Pero tampoco, porque pese a todo, el mundo ha logrado presentar algunas novedades durante el presente ejercicio vacacional. Por ejemplo, el a?o pasado Herr G¨¹rtel y sus secuaces todav¨ªa permanec¨ªan ajenos al ¨¢mbito judicial, acantonados igual que la legionela y el virus de la gripe A, que a¨²n no hab¨ªa irrumpido como estrella medi¨¢tica para hacerle la competencia a los otros virus estacionales. Por eso en los festejos patronales del a?o pasado se pod¨ªan besar mantos y medallas, lo que no deja de marcar una diferencia sustancial. Igual que se nota el vac¨ªo dejado por Condoleezza Rice y Pedro Solbes, cada cual en su estilo.
Por lo dem¨¢s, estoy segura de que las noticias del agosto de 2010 van a recordar mucho a las que ahora ya nos han sonado a d¨¦j¨¤ vu. Para comprobarlo, y perteneciendo a la anticuada gente que a¨²n lee en papel, basta con no deshacerse de esos peri¨®dicos. Cumplido el rito de cerrar la llave del agua, bajar las persianas y subir los toldos, en el sal¨®n quedan hibernando titulares ya muertos. Que resucitar¨¢n dentro de 11 meses para demostrar que un a?o es nada. Nada. Menos que nada.
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