'Al¨®, presidente' en la Gran V¨ªa
El mandatario bolivariano se detuvo en una librer¨ªa del centro de Madrid ante la que se concentraron decenas de detractores para gritarle "dictador"
A las tres menos veinte de la madrugada el periodista recibi¨® dos llamadas y un mensaje urgente procedente de la Embajada de Venezuela en Madrid. Hab¨ªa que encontrarse a esa hora con el embajador de Venezuela en Madrid, Isa¨ªas Rodr¨ªguez. Era la primera gesti¨®n de un encuentro con el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, que se celebrar¨ªa al mediod¨ªa en la librer¨ªa del centro de Madrid la Casa del Libro. ?Por qu¨¦ ah¨ª?
Ch¨¢vez cont¨® que 15 a?os atr¨¢s, cuando no le conoc¨ªa nadie, recal¨® en ese mismo lugar y compr¨® tal cantidad de libros que sinti¨® mucha verg¨¹enza cuando vio que no dispon¨ªa de dinero para pagarlos y tuvo que devolver varios de ellos. Pero dijo sentir envidia de aquel Ch¨¢vez que andaba de un lado a otro sin que nadie lo conociera. Confes¨® que a veces se sent¨ªa solo. "Uno va dejando amigos en el camino". Amigos que no resistieron los encantos de las "sirenas de la corrupci¨®n, los encantos de los autos de lujo, las casas...". "Yo no tengo nada, y el d¨ªa en que me vaya nada tendr¨¦".
El presidente lleg¨® contento tras su visita a la Moncloa y a la Zarzuela. "La reuni¨®n con el Rey, all¨¢ en el palacio, muy bonita. Hay venados por all¨ª, muy bonito todo. El Rey nos recibi¨® como siempre, con mucho afecto. Una corbata verde, una barba ahora, bien cuidada, y una conversa extraordinaria. Revisando todo y prepar¨¢ndonos para pr¨®ximos encuentros".
Ch¨¢vez recomend¨® la ¨²ltima pel¨ªcula de Michael Moore, Capitalism Love Story. ?Pero m¨¢s recomendable que la ¨²ltima de Oliver Stone sobre el propio Ch¨¢vez? Despu¨¦s de un segundo de dudas, dijo: "Igual".
Compr¨® unos 15 libros. La mayor¨ªa de teor¨ªa pol¨ªtica e integraci¨®n latinoamericana. Repar¨® en un estante donde estaba la famosa trilog¨ªa Millenium, del sueco Stieg Larsson, se interes¨® brevemente por ella y la desech¨®. Vio en una estanter¨ªa el ¨²ltimo libro de Vicente Verd¨², El capitalismo funeral, y tambi¨¦n lo compr¨®.
"Obama me dijo que yo era un vendedor. Le regal¨¦ Las venas abiertas de Am¨¦rica y el libro se vendi¨® m¨¢s que nunca", bromeaba.
El hombre del malet¨ªn lleg¨® tambi¨¦n a la tercera planta de la Casa del Libro. Las comidas y bebidas que ingiere el presidente de Venezuela salen siempre de un malet¨ªn negro que es el mismo que abastece al presidente durante sus maratonianos programas en directo de Al¨®, presidente. En una hora tom¨® dos tazas de caf¨¦. Su caf¨¦ de Venezuela. El riesgo de morir envenenado es escaso.
Mientras Ch¨¢vez bromeaba en el interior de la librer¨ªa, a la salida se iban concentrando decenas de personas, de diversas nacionalidades, que a la salida del presidente iban a gritarle "dictador" y "asesino". Ch¨¢vez sali¨® sonriendo y enviando besos a algunas de sus partidarias.
"Parece mentira que a un se?or que acaba de cerrar en Venezuela 30 emisoras de radio se le trate aqu¨ª con alfombra roja", comentaba un venezolano ante una cadena de televisi¨®n.
Aproximadamente, una cuarta parte de los que se hab¨ªan concentrado profer¨ªan gritos en contra de Ch¨¢vez. Sin embargo, otro venezolano indicaba: "Por m¨ª, que Ch¨¢vez se quede en el Gobierno cien a?os con tal de que Venezuela funcione", informa Rafael Fraguas. Arriba, asomada a la ventana del hotel Arosa, una joven, de tez negra, con una sonrisa agita una s¨¢bana roja: el color de los partidarios de Ch¨¢vez, el mismo que la boina de un edec¨¢n del presidente. "Ch¨¢vez pag¨® de su bolsillo los 15 libros", comentaba un escolta.
A diferencia, de cuando sali¨® de la librer¨ªa hace 15 a?os, esta vez Hugo Ch¨¢vez no dej¨® indiferente a nadie.
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