Actuar en Oriente Pr¨®ximo
La presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea no ser¨¢ f¨¢cil. Adem¨¢s de la crisis econ¨®mica y financiera mundial, hay muchas otras cuestiones que requieren respuestas europeas. Pero, si hay un terreno en el que Espa?a ha acumulado una considerable cantidad de experiencia y un verdadero capital de seriedad, debido, en concreto, a la excelente labor de su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, es en la cuesti¨®n de Oriente Pr¨®ximo. Es cierto que Europa no se ha distinguido hasta ahora por su activismo o su imaginaci¨®n en este asunto: desde los acuerdos de Madrid, se ha desentendido enteramente del tema en favor de los americanos y los israel¨ªes, dejando a los palestinos ante sus adversarios. Pero hoy la situaci¨®n es explosiva. La alianza de la derecha radical y la extrema derecha religiosa en el poder en Israel hace imposible en la pr¨¢ctica cualquier avance del proceso de paz. A pesar de su buena voluntad, el presidente Obama no parece que est¨¦ en condiciones de influir fuertemente sobre la mala voluntad israel¨ª: est¨¢ paralizado por los problemas econ¨®micos y sociales internos, estrechamente vigilado por el lobby proisrael¨ª y, m¨¢s grave a¨²n, enfangado en Afganist¨¢n. Pronto tendr¨¢ que padecer los da?os provocados por la retirada de sus tropas de Irak. Su enviado especial, Robert Mitchell, no ha dado por ahora ninguna se?al sobre lo que propondr¨¢, y Hillary Clinton ha demostrado, durante su ¨²ltima visita, que no hab¨ªa que contar con ella para enfrentarse con los israel¨ªes.
Obama necesita ayuda. Europa debe apoyar sus esfuerzos para llevar la paz a Palestina y no limitarse a dar fondos
En fin, Barack Obama necesita ayuda en Oriente Pr¨®ximo. Porque, en estos momentos, prosigue la colonizaci¨®n, a menudo, con la complicidad del ej¨¦rcito. Ya conocemos la estrategia israel¨ª: es ofensiva. Aspira siempre a conquistar nuevos territorios instalando colonos que se convertir¨¢n as¨ª en escudos humanos, y convirtiendo estas colonias en nuevos obst¨¢culos para el proceso de negociaci¨®n con los palestinos. Por otro lado, esta estrategia refuerza el peso de los islamistas radicales en los Territorios Ocupados y hace cre¨ªble el discurso de la guerra global tal como es difundido por Ir¨¢n. El descr¨¦dito de la Autoridad Palestina, el fracaso patente de sus dirigentes actuales y su ciego sometimiento al inmovilismo americano, a?adido a la corrupci¨®n que la mina por dentro, no son hechos que den una impresi¨®n especialmente optimista de la situaci¨®n. En cuanto a los actores internacionales, China y Rusia, est¨¢n fuera de juego. Queda, por lo tanto, Europa.
La presidencia francesa ha contribuido sobre todo a apagar el fuego en Georgia, pero no ha hecho nada en Oriente Pr¨®ximo, aparte de lanzar su proyecto de "nueva pol¨ªtica mediterr¨¢nea", a¨²n por concretar. La presidencia checa se mostr¨® por su parte m¨¢s que complaciente con Israel, teniendo en cuenta que el presidente Vaclav Klaus apoya incondicionalmente a la derecha radical israel¨ª. ?Podr¨¢ la presidencia espa?ola hacer mover las l¨ªneas? Ser¨¢ dif¨ªcil. Pero el mensaje diplom¨¢tico que puede transmitir es igualmente importante. El proceso de paz no avanzar¨¢ mientras est¨¦ s¨®lo en manos de sus adversarios. S¨®lo una intervenci¨®n decidida de la comunidad internacional, en forma de una decisi¨®n vinculante, puede desbloquear la situaci¨®n. Europa puede contribuir a este objetivo. Hay dos ejes de actuaci¨®n posibles: en primer lugar, la UE puede utilizar la amenaza de suspensi¨®n de los Acuerdos de asociaci¨®n que mantiene con los israel¨ªes para obligarles a respetar las decisiones internacionales. Asimismo, la UE debe mostrarse firme sobre la obligaci¨®n imperativa por parte de las facciones palestinas de llegar a un acuerdo interno e intangible sobre el derecho a la existencia de Israel, condici¨®n sine qua non de toda soluci¨®n pac¨ªfica. Podr¨ªa finalmente reactivar la propuesta de la Liga ¨¢rabe para una soluci¨®n global basada en el reconocimiento de dos Estados, el israel¨ª y el palestino, con Jerusal¨¦n como capital, la vuelta a las fronteras de 1967, la soluci¨®n del problema de los refugiados palestinos y la paz con todos los pa¨ªses ¨¢rabes. La mejor manera de apoyar los esfuerzos que puede hacer Barack Obama en este terrible conflicto es relanzando hoy este proceso. Europa no debe contentarse con financiar econ¨®micamente proyectos que son destrozados con frecuencia por los bombardeos, sino que debe trabajar realmente por la paz. Y Espa?a est¨¢ bien situada para defender esta posici¨®n, debido a sus buenas relaciones con todos los protagonistas.
Traducci¨®n de M. Sampons.
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