La Ley de Dependencia financia de forma irregular a miles de usuarios

Casi tres a?os despu¨¦s de que arrancara la Ley de Dependencia, el Gobierno desconoce a¨²n con exactitud cu¨¢ntas personas se benefician de una de esas ayudas. Los datos de usuarios que facilitan las comunidades siempre han estado inflados. Primero, con m¨¢s de 50.000 muertos que no se hab¨ªan sacado de la estad¨ªstica. Y ahora con casi el mismo n¨²mero de personas que aparecen repetidas. El sistema de informaci¨®n es tan deficiente que el Gobierno desconoce datos imprescindibles para financiar correctamente esta ley. El Ejecutivo estar¨ªa pagando a las comunidades por una cifra de ciudadanos alterada, porque algunos est¨¢n registrados por duplicado o triplicado, como reconocen algunas comunidades consultadas.

Es imposible que coincida el n¨²mero de necesitados con el de ayudas

La asistencia en casa se da a veces junto a una plaza en un centro de d¨ªa

Los ¨²ltimos datos, del 1 de septiembre, muestran que hay 654.035 beneficiarios. Y la misma cifra de prestaciones, entre las concedidas y las que est¨¢n por concederse. Por tanto, se equipara el n¨²mero de personas con el n¨²mero de ayudas concedidas. Y eso es, sencillamente, imposible.

Imposible, porque miles de ancianos est¨¢n recibiendo m¨¢s de una ayuda. Por ejemplo, van a un centro de d¨ªa y adem¨¢s perciben una asistencia a domicilio. Eso ocurre en muchas comunidades.

Imposible que haya el mismo n¨²mero de personas que de prestaciones, porque todav¨ªa se est¨¢n incorporando a las listas de la Dependencia los m¨¢s graves, o sea, los grandes dependientes y los dependientes severos. Y a ¨¦stos, no se les puede prescribir solamente un servicio de teleasistencia. La teleasistencia es un dispositivo que llevan los ancianos que suelen vivir solos. Lo usan para avisar a alguien si tienen alg¨²n percance. Tampoco los grandes dependientes pueden recibir s¨®lo una ayuda t¨¦cnica para adaptar la ba?era, ni un taller de psicomotricidad, ni de rehabilitaci¨®n, ni de terapia ocupacional. Estos servicios han de ir complementando a otros, como la asistencia a un centro de d¨ªa o a un geri¨¢trico.

Sin embargo, en las estad¨ªsticas de la Ley de Dependencia que hace p¨²blicas el Imserso, cada una de esas ayudas figura como correspondiente a una persona distinta. De otro modo no saldr¨ªa el mismo n¨²mero de beneficiarios que de prestaciones. Como esa forma de contar falsea la realidad, ?cu¨¢ntos beneficiarios hay de verdad? Imposible es, tambi¨¦n, saberlo.

Pero se puede ensayar un c¨¢lculo simple. Han de desaparecer de la lista las 2.554 personas (o prestaciones, da igual) que figuran como usuarias de una ayuda para prevenir la dependencia (ver gr¨¢fico). Esos est¨¢n repetidos por fuerza. Han de desaparecer tambi¨¦n los 28.286 que tienen concedida teleasistencia, porque est¨¢n repetidos en otros servicios. Y haciendo un c¨¢lculo, seguramente a la baja, habr¨ªa de caer de la lista al menos un 10% de los que aparecen en ayuda a domicilio y centros de d¨ªa porque son dos ayudas que suelen ir juntas para una sola persona. Sumado todo ello, unas 40.000 personas est¨¢n repetidas.

El Gobierno siempre ha equiparado el n¨²mero de beneficiarios con el de prestaciones. "La cifra no puede ser muy diferente", aventuran fuentes del Ministerio de Sanidad y Pol¨ªtica Social. Pero las comunidades reciben dinero por esas personas y, de paso, sus estad¨ªsticas regionales salen maquilladas.

El Gobierno est¨¢ librando dinero a las comunidades sin conocer el n¨²mero exacto de beneficiarios, aunque afirma que paga por persona atendida (en el llamado nivel m¨ªnimo, de 70 a 263 euros por persona y a?o seg¨²n su gravedad). Pero las comunidades tambi¨¦n reciben financiaci¨®n por el n¨²mero de beneficiarios con derecho a prestaci¨®n, aunque a¨²n no est¨¦n atendidos. Y en esa bolsa hay m¨¢s de 209.000 ciudadanos, de los que se desconoce los repetidos. No hay forma de saberlo. Tambi¨¦n las comunidades afirman que cobran por persona.