Real Alcazar, un palacio en eterna construcci¨®n
El conjunto planea restaurar 1.300 metros cuadrados de artesonados
El Real Alc¨¢zar de Sevilla no s¨®lo es el palacio real m¨¢s antiguo de Europa, el segundo monumento m¨¢s visitado de la capital andaluza y un espacio de ensue?o en el que la ciudad recibe a sus invitados ilustres; sino que tambi¨¦n es un enorme laboratorio para la rehabilitaci¨®n.
En sus casi nueve hect¨¢reas, que se reparten entre jardines y palacios, siempre hay restauradores enfrentados a una tarea que parece no tener fin. El palacio Mud¨¦jar, que levant¨® el rey Pedro I El Cruel en el siglo XIV, es la joya del monumento y el espacio que focaliza actualmente todos los esfuerzos del Patronato del Real Alc¨¢zar. Los restauradores se preparan ahora para acometer la ¨²ltima parte de la fachada del llamado palacio del Rey Don Pedro, la del Este. La pasada semana los trabajadores se afanaban en desmontar los andamios que, durante ocho meses, han cubierto la fachada oeste de este palacio que construyeron los mejores alarifes y carpinteros musulmanes de Sevilla, Granada y Toledo para el monarca cristiano. Lo que queda por hacer en el frente del palacio tiene un periodo de ejecuci¨®n de ocho meses, el gran reto est¨¢ en el interior. Antonio Rodr¨ªguez Galindo, alcaide del Real Alc¨¢zar, est¨¢ empe?ado en que todos los ricos artesonados del edificio est¨¦n restaurados en 2013.
La madera original de los artesonados no es caoba, sino pino te?ido
"A mediados de agosto se termin¨® la restauraci¨®n del artesonado de la sala de Carlos V. Se han desmontado los casetones -obra de Sebasti¨¢n de Segovia realizada entre 1541 y 1543-, se han limpiado los escombros que pesaban sobre la estructura de madera, restos que seguramente dejaron ah¨ª los obreros que levantaron parte del primer piso por orden de Carlos V; se han limpiado los repintes y repuesto las pocas piezas que faltaban", explica Antonio Bal¨®n, el arquitecto sevillano que desde agosto del a?o pasado se ocupa de la direcci¨®n del conjunto monumental.
El techo del inmenso sal¨®n es distinto al que contemplaron en sus bodas Carlos V e Isabel de Portugal en 1526, los historiadores aseguran que se casaron en ese sal¨®n que hoy lleva su nombre. El monarca orden¨® despu¨¦s levantar otra planta sobre esa estancia y subir el artesonado original al primer piso, donde a¨²n se encuentra. Seg¨²n Bal¨®n, no est¨¢ muy claro qu¨¦ parte de la primera planta mandaron construir los Reyes Cat¨®licos y cu¨¢l complet¨® Carlos V.
"Es muy curioso que en un palacio como ¨¦ste, en el que se espera que todos los materiales sean de primera, la madera de casi todos los artesonados y alfarjes no es caoba, como todo el mundo cree y los gu¨ªas repiten cada d¨ªa, sino pino te?ido", comenta Antonio Bal¨®n. El pr¨®ximo reto al que se enfrentar¨¢ el equipo de profesionales, coordinado por los restauradores Juan Carlos P¨¦rez Ferrer y Sebasti¨¢n Fern¨¢ndez Aguilera, es el artesonado de la sala de fumar en la planta alta y el alfarje (artesonado plano con vigas de madera) del vest¨ªbulo izquierdo. "Es una intervenci¨®n sobre 130 metros cuadros de techos que supondr¨¢ una inversi¨®n de unos 238.000 euros", afirma el director. Esa superficie, sumada a los 235 metros que ya est¨¢n recuperados -artesonados de la sala de Carlos V y del comedor de familia y alfarje de la alcoba real- dista a¨²n mucho de los 1.300 metros cuadrados de artesonados que tiene el palacio y que el Patronato aspira a restaurar con un presupuesto que rondar¨¢ los dos millones de euros.
Pero las obras, que tienen que ser discretas para no alterar demasiado la vida de un conjunto que en un d¨ªa de temporada alta puede recibir hasta unas 7.000 personas, no se limitan al palacio Mud¨¦jar. Los frescos que se esconden en los Ba?os de Do?a Mar¨ªa de Padilla son otro de los grandes frentes abiertos en palacio. All¨ª, en el jard¨ªn subterr¨¢neo almohade que se encuentra bajo el patio del Crucero trabajan desde hace tres a?os los restauradores Macarena Samada y Jos¨¦ Mar¨ªa Segovia para consolidar y salvar de la voraz humedad a una serie de pinturas murales del siglo XVII que representan actividades de recreo. El equipo est¨¢ retirando las pinturas y coloc¨¢ndolas sobre un panel que volver¨¢ a su posici¨®n original, pero ya a salvo de la humedad.
Los trabajos llegan tambi¨¦n al patio de Banderas, el lugar por el que se sale del conjunto, donde un equipo de arque¨®logos dirigidos por Miguel ?ngel Tabales acaba de encontrar el muro romano de un edificio a¨²n sin identificar a cinco metros de profundidad.
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