La ceremonia de la confusi¨®n
El mes de diciembre pasado, el FMI public¨® un informe en el que se conten¨ªan algunas sugerencias que los gobiernos deber¨ªan tener presentes en el dise?o de sus estrategias de pol¨ªtica fiscal para combatir la crisis. Entre otras, se les aconsejaba tener una pol¨ªtica de informaci¨®n clara sobre lo que quieren hacer al respecto. Esta sugerencia es muy acertada por varias razones. La primera, y m¨¢s evidente, porque a todos nos interesa saber en qu¨¦ gasta el Gobierno el dinero que le entregamos a trav¨¦s de los impuestos. La segunda, porque una pol¨ªtica err¨¢tica en esta materia acaba confundiendo a los mercados que, a su vez, devuelven el despiste aumentando la prima de riesgo de la deuda p¨²blica. No estar¨ªa de m¨¢s, por tanto, que el Gobierno aclare lo antes posible qu¨¦ nuevo giro quiere dar a su pol¨ªtica fiscal que, hasta el mes de junio, parec¨ªa clara, aunque escasamente planificada. Las ¨²ltimas declaraciones del presidente del Gobierno apuntan a un aumento de los impuestos (sin concretar cu¨¢les) y a una disminuci¨®n del gasto para enjuagar el crecimiento del d¨¦ficit p¨²blico y frenar as¨ª el de la deuda. En otras palabras, justamente lo contrario de lo que se ha hecho durante este ejercicio fiscal, y de lo que se deber¨ªa hacer en la situaci¨®n en la que nos encontramos. Este cambio, de producirse, significar¨ªa que el Gobierno considera que su margen de maniobra se ha agotado y que es el momento de replegar velas y confiar en la divina providencia para salir de la crisis. En esta ocasi¨®n no parece errada la consideraci¨®n del Gobierno. Lastima que hace dos a?os no tuviera la misma lucidez.
Las reformas fiscales del primer Gobierno de Zapatero est¨¢n en el origen de la situaci¨®n en que nos encontramos
Las reformas fiscales introducidas por el primer Gobierno de Zapatero est¨¢n en el origen de la situaci¨®n en la que nos encontramos. En 2007, la econom¨ªa espa?ola crec¨ªa por encima de su potencial, y lo menos indicado era calentarla m¨¢s mediante una reducci¨®n de impuestos. Los efectos de estas medidas se observaron en el a?o 2008 en forma de un impulso fiscal de 4,2 puntos del PIB. El Gobierno, haciendo de la necesidad virtud, intent¨® colar estas reformas como necesarias para combatir la crisis, cuando, en su origen, nada hab¨ªan tenido que ver con los acontecimientos que ocurrieron con posterioridad. El resultado final fue una elevaci¨®n del ahorro de las familias, un escaso impacto en la actividad econ¨®mica, un d¨¦ficit equivalente a 3,8 puntos del PIB y un aumento de la deuda p¨²blica. Una parte de estas reformas todav¨ªa se dejar¨¢n sentir en el a?o fiscal en curso, lo que, unido a la expansi¨®n del gasto a la que estamos asistiendo, acabar¨¢ elevando el d¨¦ficit p¨²blico por encima del 9% y la deuda en valores superiores al 50% del PIB.
En definitiva, los gobiernos del Zapatero pasar¨¢n a la historia reciente de nuestro pa¨ªs como los m¨¢ximos impulsores de pol¨ªtica fiscales proc¨ªclicas o, lo que es lo mismo, por hacer justamente lo contrario de lo que dice la econom¨ªa y el sentido com¨²n.
Felipe Serrano es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la UPV.
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