Obama, obligado a lograr resultados sobre el control nuclear de Ir¨¢n

Los pr¨®ximos diez d¨ªas, empezando por la apertura hoy de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, ser¨¢n decisivos para saber si la pol¨ªtica de di¨¢logo escogida por la Administraci¨®n de Barack Obama sirve para resolver por v¨ªas pac¨ªficas la disputa con Ir¨¢n por el desarrollo de su programa nuclear.

El tiempo se le ha acabado ya a Obama, que necesita urgentemente resultados en el ¨¢rea internacional para justificar el cambio de pol¨ªtica efectuado en relaci¨®n con el Gobierno de George Bush. Aumenta la percepci¨®n en EE UU de que el presidente s¨®lo ha hecho hasta ahora concesiones -la mayor y m¨¢s significativa, la renuncia al escudo antimisiles en Europa del Este- sin obtener a cambio ning¨²n progreso tangible en beneficio de los intereses norteamericanos.

Esta concentraci¨®n aqu¨ª de m¨¢s de un centenar de l¨ªderes mundiales, que hoy debutar¨¢n en una cumbre sobre el cambio clim¨¢tico, es una excelente oportunidad para que Obama empiece a revertir esa sensaci¨®n. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha admitido que nada sustancialmente nuevo cabe esperar de la reuni¨®n, tambi¨¦n hoy, entre el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Tampoco se anticipan novedades en relaci¨®n con Afganist¨¢n, que poco a poco se va convirtiendo en un problema exclusivamente norteamericano.

As¨ª pues, el ¨²nico asunto en el que actualmente existe una perspectiva de cambio en una direcci¨®n favorable para Washington es el de Ir¨¢n, por escasas y remotas que sean las posibilidades reales. Durante la ¨²ltima cumbre del G-8, en Italia, Obama se?al¨® esta Asamblea General como ¨²ltimo plazo para que el Gobierno iran¨ª contestara a su oferta de di¨¢logo. Al borde de ese l¨ªmite, el Gobierno iran¨ª respondi¨® con la aceptaci¨®n de un encuentro con el grupo de negociaci¨®n internacional (China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido), que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 1 de octubre en Ginebra y en el que participar¨¢, por primera vez de forma plena y oficial, un representante de EE UU.

Los negociadores necesitan obtener de esa reuni¨®n alg¨²n tipo de compromiso de parte iran¨ª que le permita a Obama defender ante su opini¨®n p¨²blica, ante el Congreso y ante aliados impacientes, como Israel, que a¨²n es posible impedir que Teher¨¢n construya armas nucleares sin recurrir a medidas de fuerza.

"Tenemos que lograr transmitir la sensaci¨®n de que algo se mueve. Hay una posici¨®n de parte de los gobernantes norteamericanos y de todos de que es necesario avanzar, aunque ser¨¢ muy dif¨ªcil", afirma el representante de la Uni¨®n Europa en esas negociaciones, Javier Solana, cuyo papel como interlocutor directo con el r¨¦gimen iran¨ª le confiere en esta nueva fase una enorme responsabilidad.

Solana participar¨¢ ma?ana en una reuni¨®n de los ministros de Relaciones Exteriores de los seis pa¨ªses representados en Ginebra con el objeto de coordinar una posici¨®n. Esa ser¨¢ la primera oportunidad para apreciar si la decisi¨®n de Obama sobre el paragua antimisiles ha influido o no en la posici¨®n de Rusia sobre Ir¨¢n.

Rusia estuvo vinculada en sus comienzos al desarrollo del programa nuclear iran¨ª, tiene todav¨ªa un contrato para la venta a Ir¨¢n de misiles SS-300 y se ha opuesto siempre a la aprobaci¨®n de sanciones contra Teher¨¢n en el Consejo de Seguridad. Su contribuci¨®n para vencer la resistencia iran¨ª resulta, por tanto, de invalorable importancia para Estados Unidos. Obama se entrevistar¨¢ aqu¨ª ma?ana con el presidente ruso, Dmitri Medv¨¦dev.

Otra gran oportunidad para conocer, tanto la actitud de Rusia como las verdaderas posibilidades con Ir¨¢n, ser¨¢ la reuni¨®n del jueves del Consejo de Seguridad, presidida por Obama y convocada por quinta vez en la historia a nivel de jefes de Estado o de Gobierno. La resoluci¨®n contra la proliferaci¨®n nuclear que est¨¢ previsto que se apruebe en esa reuni¨®n podr¨ªa ser el marco global en el que Ir¨¢n pudiera aceptar, sin perder la cara, el control internacional sobre sus instalaciones nucleares. Fuentes diplom¨¢ticas han anticipado que conf¨ªan en que la resoluci¨®n presente el problema sin se?alar directamente a Ir¨¢n y dejando espacio para que el r¨¦gimen isl¨¢mico pueda respaldar su contenido.

La Casa Blanca no se ha hecho, sin embargo, muchas ilusiones sobre el discurso que el presidente iran¨ª Mahmud Ahmadinejad, pronuncie ma?ana ante la Asamblea General, horas despu¨¦s de la intervenci¨®n de Obama.