El jefe de los esp¨ªas niega la versi¨®n de Granados sobre el seguimiento a Prada

Sergio Gam¨®n, ex director de Seguridad de la Comunidad de Madrid, dinamit¨® ayer ante la juez que investiga el espionaje pol¨ªtico la defensa jur¨ªdica y pol¨ªtica sostenida por sus ex subordinados y por su jefe, el consejero de Interior, Francisco Granados. Gam¨®n neg¨®, seg¨²n letrados asistentes a la declaraci¨®n, haber ordenado en 2008 contravigilar al ex consejero de Justicia Alfredo Prada porque no era de su competencia.

El ex director general, que hoy sigue siendo alto cargo del Gobierno madrile?o, contradijo as¨ª las declaraciones judiciales que en julio hicieron los tres ex guardias civiles imputados con ¨¦l; y tambi¨¦n la explicaci¨®n difundida entonces por Granados, quien asegur¨® que se hab¨ªan hecho contravigilancias al igual que bajo el mandato de su antecesor, Prada, hecho que ¨¦ste niega. Los tres agentes testificaron que contravigilaron a Prada por orden de Gam¨®n. Y a?adieron -en versi¨®n com¨²n con Granados, del que son asesores- que hicieron igual con la presidenta Esperanza Aguirre, el vicepresidente Ignacio Gonz¨¢lez y el propio titular de Interior.

Gam¨®n revela que entreg¨® una c¨¢mara fotogr¨¢fica a los ex guardias civiles

Todo eso lo rebati¨® ayer Gam¨®n: dijo que s¨®lo orden¨® a sus subordinados impedir que se reventaran actos p¨²blicos de los consejeros. La fiscal le pregunt¨® por el desplazamiento de los ex guardias imputados a Chinch¨®n y Brea de Tajo en su seguimiento a Prada, viajes que ¨¦stos han reconocido y que delatan sus llamadas de m¨®vil. Gam¨®n neg¨® que estuvieran all¨ª por ¨®rdenes suyas. Justo lo contrario de lo que indicaron los guardias ante la juez: que todos sus desplazamientos para "contravigilar" a Prada en esos meses, incluidos los de Brea o Chinch¨®n, los orden¨® Gam¨®n.

Pero no s¨®lo desautoriz¨® los desplazamientos a esos municipios de los ex guardias, sino tambi¨¦n su presencia junto a hoteles o restaurantes donde estaba Prada, algo que igualmente han confesado y que acreditan los posicionamientos de sus m¨®viles. Gam¨®n asegur¨® que nunca orden¨® seguir a ning¨²n cargo a esos lugares.

En su estrategia defensiva, el ex director apunt¨® que los ex guardias ten¨ªan acceso a la agenda de los consejeros y que decid¨ªan, en funci¨®n de su criterio profesional, ad¨®nde acudir. Los ex guardias, en cambio, aseguraron que era Gam¨®n quien controlaba tal agenda y les daba instrucciones casi diarias. Gam¨®n neg¨® tener tal fluidez de trato con ellos, y dijo haber coincidido s¨®lo tres veces con Jos¨¦ Manuel Pinto, otro miembro de la consejer¨ªa. Pinto fue identificado por dos peritos, en un informe encargado por este peri¨®dico, como autor de las anotaciones en los partes de espionaje; seg¨²n las planillas laborales, estaba liberado para atender exclusivamente ¨®rdenes de Gam¨®n.

El ex director subray¨® que los ex guardias no eran personal de confianza suyo, sino de Granados. Y revel¨® que les entreg¨® una c¨¢mara fotogr¨¢fica, aunque ignora el uso que le dieron. Los ex guardias estuvieron en lugares donde fue fotografiado Prada, pero niegan ser los autores de las fotos.

La declaraci¨®n de Gam¨®n tiene dos caras: desaira a los ex guardias -y a sus propios asesores, ex polic¨ªas, que participaron en el operativo-, pero le salva a ¨¦l. Haber asumido ayer que conoc¨ªa los seguimientos a Prada hubiera sido admitir que minti¨® ante la polic¨ªa y ante el Parlamento regional.