"Cuba teme m¨¢s la riqueza de pocos que la pobreza de todos"
La psic¨®loga cubana Carolina de la Torre conoce bien el alma de su pa¨ªs. Por su casa de La Habana pasan amigos y pacientes en busca de ayuda, y ella atiende sus problemas y angustias, escucha sus sue?os y desesperanzas. Adem¨¢s de su experiencia cl¨ªnica, De la Torre es una eminencia en el estudio de la identidad, ha escrito libros y dirigido numerosas investigaciones sobre el tema. Se resiste a ser invitada a un famoso restaurante de La Habana Vieja, donde un almuerzo sin vino supera el salario mensual de cualquier profesional. "Ay, chico. Es demasiado caro...". Ya en la mesa, mucho m¨¢s interesada en la conversaci¨®n que en la comida, resume uno de los grandes dilemas del cubano: "Algunos esperan que uno describa el infierno que Cuba no es. Otros quisieran que hables de un para¨ªso que no existe".
La psic¨®loga ha estudiado a fondo los problemas vitales de los cubanos
Para la salud de Cuba, dice, "hacen falta los matices"; ya est¨¢ bien de que unos y otros te obliguen a escoger entre todo o nada. De la Torre confirma que hoy por hoy "lo que m¨¢s abruma a los cubanos es ganarse la vida dignamente con su trabajo". Cree que desde la crisis de los noventa la gente ha sido m¨¢s creativa y ¨¢gil para buscar alternativas que el Estado en legalizarlas e instrumentarlas, y eso pasa factura. "Se teme m¨¢s a la riqueza de unos cuantos que a la pobreza de todos". Esto tiene que ver con otra de las "angustias existenciales" de sus compatriotas. "Hay una permanente influencia de las estructuras de gobierno en la vida privada, y mucha gente siente que su propia vida no le pertenece". Un camarero trae su bacalao a la vizca¨ªna, un plato que le fascina. El hombre escucha la conversaci¨®n de refil¨®n... y asiente.
Mientras comemos gesticula, se emociona. A sus 62 a?os, es toda energ¨ªa. En 1982 sobrevivi¨® a un accidente de aviaci¨®n al regresar de un encuentro acad¨¦mico en Mosc¨². Murieron 14 personas. En estos momentos realiza un documental basado en los testimonios de los cinco psic¨®logos cubanos que sobrevivieron a la cat¨¢strofe. "En las situaciones l¨ªmite se muestra lo esencial, no hay espacio para la mentira, puede surgir lo mejor y lo peor de cada cual".
El llamado Periodo especial fue tambi¨¦n una situaci¨®n l¨ªmite para los cubanos. Cada d¨ªa la gente se levantaba con una nueva carencia y se convirti¨® en normal lo anormal. "Los valores se deterioraron: robar o prostituirse era 'luchar' y se extendi¨® la doble moral". Entre las secuelas, asegura, una es especialmente dolorosa: una generaci¨®n que se sacrific¨® por la revoluci¨®n ha visto c¨®mo sus hijos se iban del pa¨ªs. "Ante la situaci¨®n extrema que vivimos, cualquier intransigencia, odio o intolerancia est¨¢ de sobra", enfatiza. Pone como ejemplo el concierto de Juanes en la Plaza de la Revoluci¨®n. "?C¨®mo puede desatarse el odio ante la posibilidad de unirnos y cantar juntos por la paz?". De la Torre es cr¨ªtica, pero no reniega. Piensa que "Cuba ha demostrado que un pa¨ªs pobre puede aspirar a un proyecto de seguridad e igualdad social". Pero ahora hay que hacer algo, cambiar. Asegura que la forma de contribuir a un futuro mejor es participar, no callarse. Lo peor es la par¨¢lisis actual: "Es como si todos fu¨¦semos menos valientes de lo necesario". Y se toma el caf¨¦.
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