Pen¨²ltimo y atormentado
El Atl¨¦tico, que no sale de la cola, fracasa de nuevo, esta vez ante el Almer¨ªa
Tiene un aire doliente el Atl¨¦tico. Y duele verle. Transmite tanta inseguridad que deja el ambiente cargado, como anunciando tormenta. Y llega la tormenta. Y el equipo se desmorona porque s¨ª, en el Camp Nou, contra el Almer¨ªa o ante el nunca bien ponderado campe¨®n de Chipre. Ayer repiti¨® desastre para desesperaci¨®n de la hinchada. Porque todo lo que hace el equipo es plano, insulso, sin chispa, cuando no absurdo, m¨¢s all¨¢ de las apariciones de Forl¨¢n, el ¨²nico que promete otra cosa, otro f¨²tbol, otra sensibilidad. Ni eso le vale a este Atl¨¦tico, que est¨¢ enfermo. Y mucho.
Ayer, en el inicio, no estuvo Ag¨¹ero, reservado por Abel junto a Simao, por alg¨²n da?o menor. En lugar del Kun el t¨¦cnico dio carrete a Sinama, un chico que hace un a?o arranc¨® su periplo en el Atl¨¦tico de manera formidable: cuatro goles marc¨® en los cuatro primeros partidos. Tanta punter¨ªa resultaba sorprendente. Incluso para ¨¦l, pues desde entonces no ha hecho m¨¢s que un gol en 30 partidos. En lugar de Sim?o, el t¨¦cnico coloc¨® a Jurado en la izquierda para que fueran Assun?ao y Cleber quienes tomaran el mando. O lo intentaran, al menos. Malvivi¨® Jurado en la orilla, pese a alguna espor¨¢dica demostraci¨®n de clase; de Assun?ao se supo por su presteza en el quite (de crear juego mejor no hablar) y de Cleber... Pues ocurri¨® que el hombre fue el mejor de su equipo, asunto que da que pensar.
ATL?TICO 2 - ALMER?A 2
Atl¨¦tico: Roberto; Perea, Pablo, Juanito, Antonio L¨®pez; Maxi (Simao, m. 68), Assun?ao, Cleber, Jurado; Sinama (Ag¨¹ero, m. 75) y Forl¨¢n (Koke, m. 81). No utilizados: De Gea; Ujfalusi, Valera y Keko.
Almer¨ªa: Diego Alves; M¨ªchel, Chico, Acasiete (Nieto, m. 85), Guilherme; Bernardello, Soriano (Pellerano, m. 65); Juanma Ortiz (Corona, m. 62), Piatti, Crusat; y Uche. Esteban; Ortiz, Cisma y Rodr¨ªguez.
Goles: 0-1. M. 26. Piatti. 1-1. M. 28. Cleber, 2-1. M. 56. Forl¨¢n. 2-2. M. 90. Piatti.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Cleber Santana, Antonio L¨®pez, Assun?ao, Acasiete y Soriano.
Unos 35.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
M¨¢s all¨¢ de Forl¨¢n, el mejor rojiblanco fue Cleber, un asunto que da que pensar
El Atl¨¦tico entr¨® en acci¨®n presa del p¨¢nico, lo que no es de extra?ar teniendo en cuenta que la confianza de algunos de sus jugadores est¨¢ bajo m¨ªnimos. Cuarenta y cinco segundos tard¨® el Almer¨ªa en darle un susto de muerte. Crusat arranc¨®, se fue tan feliz dejando a su espalda unas cuantas sombras y ante el aterrorizado Roberto se present¨®. Al lateral de la red mand¨® el bal¨®n. Tan descorazonador inicio, sin embargo, no desesper¨® al Atl¨¦tico, que a tirones intent¨® adue?arse del bal¨®n, irse al ataque, demostrar su supuesto poder¨ªo. Algo consigui¨®. Cleber chut¨® tras un taconazo de Sinama (cosas m¨¢s raras se han visto) y Alves borr¨® un gol cantado. Tambi¨¦n se esforz¨® el portero del Almer¨ªa para desactivar el disparo de Maxi, el de Forl¨¢n, y bajo palos apareci¨® Uche para sacar el cabezazo del omnipresente Cleber. Se mascaba el gol del Atl¨¦tico cuando Forl¨¢n recibi¨® el bal¨®n, pis¨® el ¨¢rea y cay¨® zancadilleado por Soriano. Penalti claro. Lanz¨® Forl¨¢n, y tanto coloc¨® la pelota junto al palo que se le fue fuera.
Amenaz¨® con resquebrajarse el Atl¨¦tico. Y m¨¢s a¨²n cuando el bal¨®n le lleg¨® a Crusat, que se fue por la izquierda, aceler¨® ante Perea (gran atleta que fue), ante Pablo (algo lento, quiz¨¢) y la mand¨® al ¨¢rea, donde lleg¨® Piatti un siglo antes que Juanito para fusilar a Roberto. Pod¨ªa ser aquello la sentencia a un Atl¨¦tico que temblaba, pero le lleg¨® el bal¨®n a Forl¨¢n, acostado en la izquierda, lo puso aqu¨¦l en el ¨¢rea, a pies de Maxi, que lanz¨®, rebot¨® la pelota en un defensa y Cleber marc¨® por bajo con una habilidad que se desconoc¨ªa por estos lares.
El gol sed¨® al Atl¨¦tico, que volvi¨® a escena m¨¢s calmado, intentando, dentro de sus limitaciones, tocar el bal¨®n, a la espera de que volviera a abrirse la lata. Gigantesco estuvo Cleber en aquel t¨²nel con el que avergonz¨® a un rival antes de lanzar alto. Al instante, Jurado reba?¨® un rechace y se la dio a Forl¨¢n, que marc¨® ante la salida de Alves. Era el gran momento del Atl¨¦tico, cuando deb¨ªa cerrar el conflicto. No lo hizo. Movi¨® ficha Abel, dio cuerda a Simao, al Kun, al chaval Koke, sacrific¨® a Forl¨¢n, se fue anestesiando el Atl¨¦tico, la victoria en el bolsillo, los mejores porque s¨ª, y nadie vio la arrancada de M¨ªchel por la derecha, ni la llegada de Piatti por el centro, el centro de aqu¨¦l, el remate de ¨¦ste desde el ¨¢rea peque?a, el empate, la bronca, el desastre nuestro de cada d¨ªa, el estado de excepci¨®n que invade al pen¨²ltimo de la Liga, a un equipo que volvi¨® a demostrar su condici¨®n de moribundo.
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