El propietario que lleg¨® del fr¨ªo

Por fin los directivos deportivos estadounidenses parecen haber comprendido cu¨¢nto puede ofrecer la econom¨ªa mundial. Los equipos profesionales del pa¨ªs han importado alegremente jugadores y exportado retransmisiones de encuentros y mercanc¨ªas con gran beneficio. Pero con pocas excepciones, han seguido mostrando aversi¨®n hacia los propietarios extranjeros. La crisis financiera parece haber puesto fin a esta franja proteccionista.

El promotor inmobiliario neoyorquino Bruce Ratner piensa vender el 80% de los Nets de Nueva Jersey, un equipo de la NBA, y una participaci¨®n del 45% en el nuevo estadio del equipo, al hombre m¨¢s rico de Rusia, Mija¨ªl Projorov, por 200 millones de d¨®lares. El playboy de dos metros podr¨ªa convertirse en el primer no estadounidense que controla una gran franquicia deportiva local sin que se le apliquen condiciones especiales.

Si bien a Estados Unidos se le da bien atraer capital externo hacia sus industrias, sus empresas deportivas no han sobresalido en este terreno. Grandes equipos de f¨²tbol brit¨¢nicos, equipos de hockey y preciados purasangre alemanes tienen propietarios de Rusia, Oriente Pr¨®ximo, Asia... y Estados Unidos. Pero el todopoderoso d¨®lar se las apa?a para romper todas las barreras.

Ratner es otro millonario metido en demasiadas inversiones y sometido a presiones econ¨®micas, mientras que Projorov ha sido uno de los pocos oligarcas inteligentes que convirti¨® en efectivo buena parte de sus pertenencias inmediatamente antes de que el mundo se rompiera en pedazos. El acuerdo no es todav¨ªa un mate. Tres cuartas partes de los propietarios de la liga deben aprobar la venta. Ratner tambi¨¦n necesita financiaci¨®n adicional para empezar a trabajar en diciembre en la ambiciosa construcci¨®n de Brooklyn, presupuestada en 4.900 millones, donde planea reubicar al equipo, o arriesgarse a perder los prometidos bonos del Estado exentos de impuestos y un lucrativo contrato de patrocinio con Barclays.

La superaci¨®n de esos obst¨¢culos podr¨ªa dar una gran victoria al deporte estadounidense. Puede que la operaci¨®n de los Nets dependa en ¨²ltima instancia de una inversi¨®n inmobiliaria, pero Projorov podr¨ªa aportar al equipo los avanzados h¨¢bitos de entrenamiento rusos e introducir su marca en nuevas partes del mundo.

Pero ¨¦sa no es la ¨²nica raz¨®n por la que los propietarios de equipos estadounidenses podr¨ªan lamentar el haber esperado tanto para mostrarse receptivos a la propiedad extranjera. Al restringir la inversi¨®n a los millonarios estadounidenses, mantienen artificialmente bajos los precios de las franquicias. El aumento de la demanda sumado a la oferta limitada deber¨ªa hacer que los actuales propietarios quieran empezar a vitorear, en ruso, en ¨¢rabe y en otros idiomas.