Pudor, rabia
Todo el mundo tiene derecho a su propio nombre y a su propia imagen. Incluso, por supuesto, uno de los dos titulares de esta columna, Enric Gonz¨¢lez, que ayer firmaba involuntariamente aqu¨ª el art¨ªculo que escribi¨® un servidor.
Pero no se trataba de comentar eso; se trataba de hablar del deseo del presidente del Gobierno (y de su esposa) de que sus hijas no sean objeto de la curiosidad p¨²blica. Tienen derecho, y adem¨¢s su pudor lo ampara la ley. Es una agresi¨®n que otros divulguen lo que t¨² consideras ¨ªntimo, y tienes derecho a exigir que no se toque aquello que t¨² consideras inviolable.
Hay demasiada broma en este pa¨ªs con los insultos chiquitos; est¨¢n en la tele y est¨¢n en otros medios. Despu¨¦s siempre alguien dice: "?Se enfada por nada!" Y te han puesto a caer de un burro en una tertulia o en una columna marr¨®n tirando a fucsia.
Es una verg¨¹enza que los que est¨¢n dispuestos a romper esa regla se excusen luego diciendo que t¨² tienes la culpa por llevar por ah¨ª a las ni?as. La gente tiene derecho a su nombre propio y a su imagen propia, y a su silencio. Las bromas que se hacen en Espa?a contra la intimidad suponen una agresi¨®n colectiva, no s¨®lo una agresi¨®n a los individuos cuyos derechos se violan de esta manera. Ahora tendr¨¢ otra oportunidad Zapatero de saber c¨®mo se las gastan los hip¨®critas.
Y hablemos de otra cosa, que no daba pudor sino rabia. A los que somos de Tenerife se nos levanta la piel (como a cualquiera) viendo ese reportaje de 21 d¨ªas, en Cuatro. Samanta Villar fue esta vez al centro mismo del drama del paro. Una familia donde comen 14 (cuando comen) en la que todo el mundo est¨¢ desempleado, y donde comer es como hacer una excursi¨®n al vac¨ªo.
En la posguerra com¨ªamos all¨ª eso, papas, potaje, y ahora en esa familia se produce la misma sensaci¨®n de vac¨ªo absoluto, de desesperanza. Como a veces saco aqu¨ª los inmortales versos de Pepe Hierro, los dir¨¦ otra vez: "No he dicho a nadie que he estado a punto de llorar". Victoriano Cr¨¦mer, que ya muri¨® tambi¨¦n, lo dijo as¨ª: "Dios, qu¨¦ vida, da rabia beber sin alegr¨ªa". Da pudor, pero da rabia, ver as¨ª la construcci¨®n contumaz de la miseria.
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