Un primer tanto para la diplomacia
Durante la reuni¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se produjo una escena ins¨®lita: el presidente franc¨¦s increp¨® al presidente de turno del Consejo, Barack Obama, y tras manifestar su "apoyo" a la diplomacia estadounidense, y apuntando con el dedo a su hom¨®logo norteamericano, asegur¨® que hab¨ªa que "actuar". El motivo de lo que, en la imagen, aparec¨ªa como una amonestaci¨®n de Nicolas Sarkozy a Obama no era otro que Ir¨¢n. Es sabido que el presidente estadounidense decidi¨® abrir el di¨¢logo, en la medida de lo posible, con los dirigentes iran¨ªes, para intentar disuadirles de continuar con su programa nuclear para uso militar. Tambi¨¦n es sabido que el presidente iran¨ª asegura que su religi¨®n proh¨ªbe las armas nucleares (sic). Aunque no crea en las buenas intenciones de los dirigentes iran¨ªes, el presidente de EE UU piensa que no hay mejor pol¨ªtica que esa postura dialogante. "?Cu¨¢nto tiempo va a durar esto?", pregunt¨® el presidente franc¨¦s, antes de subrayar que, hoy por hoy, el di¨¢logo no ha dado fruto alguno ni, por supuesto, ha desviado a Ir¨¢n de su objetivo nuclear.
La comunidad internacional tiene la oportunidad de presentarse unida por primera vez en la presidencia de Obama
Obama puede, no obstante, estar satisfecho de su m¨¢s reciente decisi¨®n. Antes de la Asamblea General de Naciones Unidas, anunci¨® que abandonaba el proyecto de instalaci¨®n de un escudo antimisiles en Rep¨²blica Checa y Polonia. Oficialmente, este escudo estaba destinado a prevenir el lanzamiento de misiles desde Ir¨¢n. Pero Rusia tambi¨¦n lo hab¨ªa considerado como un gesto agresivo contra ella. Obama tuvo pues la satisfacci¨®n de o¨ªr en boca del presidente ruso, Dmitri Medv¨¦dev, que Rusia, hasta el momento hostil, estaba dispuesta a considerar, junto a europeos y norteamericanos, una pol¨ªtica de sanciones contra Ir¨¢n. "Las sanciones raramente conducen a resultados productivos, pero en ciertos casos son inevitables", declar¨® el presidente ruso. Resulta dif¨ªcil no relacionar la decisi¨®n norteamericana de abandonar el escudo antimisiles con la celebrada adhesi¨®n de Rusia a una pol¨ªtica de sanciones contra Ir¨¢n. Este intercambio de buenas maneras representa, como m¨ªnimo, un primer tanto para la diplomacia estadounidense.
De hecho, en el transcurso de las jornadas que condujeron a la mayor¨ªa de los dirigentes del planeta desde la asamblea general de Naciones Unidas a la cumbre del G-20, la cuesti¨®n iran¨ª dio lugar a un encendido debate entre EE UU y Europa; entre Obama, por una parte, y Gordon Brown, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, por otra. El anuncio del descubrimiento de una planta nuclear secreta cerca de la ciudad de Qom que, por su tama?o y localizaci¨®n (est¨¢ resguardada en unas grutas), no deja lugar a dudas sobre su destino militar, facilit¨® la tarea de los europeos. Todo el mundo estuvo de acuerdo en fijar un calendario y un programa de sanciones contra Ir¨¢n. El reloj, es decir, el inicio de una cuenta atr¨¢s, es un elemento clave de la presi¨®n que europeos y estadounidenses pueden esperar ejercer sobre Ir¨¢n; la pol¨ªtica de sanciones s¨®lo tiene posibilidades de triunfar si se extiende a Rusia y China. Se puede considerar que cada uno ha recorrido su parte del camino: Obama aceptando la idea de una cuenta atr¨¢s y los europeos adoptando una posici¨®n firme. As¨ª, en v¨ªsperas del primer encuentro entre la diplomacia estadounidense y la iran¨ª desde hace 30 a?os, en Ginebra, la comunidad internacional tiene la oportunidad de presentarse unida frente al peligro objetivo que representa el programa nuclear iran¨ª.
Por otra parte, y no se trata de un argumento menor, la firmeza colectiva podr¨ªa disuadir a Israel de actuar por su cuenta. ?ste es, en efecto, uno de los grandes retos de esta crisis: Israel ha repetido hasta la saciedad que no aceptar¨¢ sin reaccionar que Ir¨¢n se dote de la bomba at¨®mica. Por el momento, Israel se felicita al ver que la comunidad internacional ha vuelto al sendero de la firmeza.
Por el momento tambi¨¦n, los iran¨ªes siguen dando una de cal y otra de arena. La de cal son los discursos de Mahmud Ahmadineyad, protestando sobre la pureza de sus intenciones; la de arena, son evidentemente las pruebas de misiles, cuyo ¨²nico objetivo es poner a punto los futuros vectores de las armas nucleares y mostrar que Ir¨¢n se prepara tambi¨¦n para una escalada si las cosas van mal. La coalici¨®n euro-americano-ruso-china necesitar¨¢ mucha determinaci¨®n, por una parte, para seguir siendo una coalici¨®n y, por otra, para lograr que Ir¨¢n renuncie, al menos durante un tiempo, a su ambici¨®n nuclear militar.
Traducci¨®n: Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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