Muera el 'punk', viva Green Day
En la primera canci¨®n, Billie Joe Armstrong ya hab¨ªa conseguido que todo el pabell¨®n se moviera a la orden de sus "eoooo". En la segundo corri¨® hacia una grada protegido por cuatro armarios de seguridad. No sirvi¨® de mucho: los abrazos de la gente acabaron por averiar su guitarra. Todav¨ªa en este segundo tema seleccion¨® a dedo a un espectador, le invit¨® a subir al escenario y le oblig¨® a lanzarse en plancha a la marea humana de las primeras filas. Esta operaci¨®n la repiti¨® durante todo el concierto y, milagros del pop, no hay noticia de que alguno de los espont¨¢neos se rompiera la crisma.
Cuando lleg¨® el tercer tema grit¨®: "Necesito a un ni?o". Y all¨ª todo el mundo temi¨® por la integridad del chaval. Lo localiz¨® y un tipo de seguridad plant¨® al asustado cr¨ªo frente a 15.000 aulladores. Temblaba el chaval cuando Billie le inquiri¨® que cantara. Como no se arranc¨®, le despidi¨® del escenario tir¨¢ndole de la oreja. Pero todo de buen rollo, ?eh? Y as¨ª durante dos horas y media de explosiones, fuegos, ametralladoras de agua y banderas de Espa?a.
GREEN DAY
Billie Joe Armstrong (voz y guitarra), Mike Dirnt (bajo) y Tr¨¦ Cool (bater¨ªa). Martes, 29 de septiembre. Palacio de los Deportes de Madrid. Entradas agotadas: 15.000 personas.
Tambi¨¦n son¨® m¨²sica, no se vayan a pensar, desde esa apertura con el tema que da t¨ªtulo a su nuevo disco, 21st Century breakdown, a cl¨¢sicos de su repertorio como Holiday o Basket case.
Por ser transparentes: Green Day est¨¢ tan cerca del punk como la defensa del Atl¨¦tico de Madrid de ser la mejor de Europa. O sea, a miles de kil¨®metros. Aquel programa ideol¨®gico punk de r¨¢pido, sucio y bronco se lo dejaron los californianos en sus tiempos de actuaciones okupas. Pero no hay que hacerse el haraquiri, incluso para los nost¨¢lgicos del imperdible y las crestas. Green Day no es punk, sino un grupo de pop gigantesco escandalosamente divertido en directo.
As¨ª de bien se lo pasaron los espectadores, la mayor¨ªa de esta jacarandosa generaci¨®n F¨ªsica o Qu¨ªmica. De hecho, algunos de los actores de la serie brincaban entre el p¨²blico. Quiz¨¢ hubiera entre los asistentes alguno de los 300 que vieron a Green Day en la sala Rev¨®lver en su primera gira espa?ola, all¨¢ por 1991. Los tres mismos tipos que anoche se presentaron escudados por guardaespaldas y masajistas, que conocen personalmente al hombre m¨¢s poderoso del mundo (s¨ª, hicieron campa?a por Obama)... Estos mismos chicos millonarios durmieron en 1991 en sacos en casa de un colega en la calle de Fuencarral y salieron del concierto camino de Malasa?a para hacer un poco el gamberro.
Se le pueden poner pegas a lo que anoche ocurri¨®, como que el grupo se cargue algunas canciones (sangrante el caso de Longview) empe?¨¢ndose en que el p¨²blico las cante. O ese popurr¨ª ajeno en plan La D¨¦cada Prodigiosa donde combinaron Shout, Stand by me o Satisfacion. Pero es parte de la algarab¨ªa. Si no te sientes integrado en todo este circo, sufres, claro. Son las reglas del juego de estos espect¨¢culos de variet¨¦s. Y esta vez, Sid Vicious y su punk sombr¨ªo, que descanse en paz.
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