Kounellis, medio siglo al l¨ªmite
El m¨ªtico fundador del 'arte povera' instala dos de sus obras en Madrid
Jannuis Kounellis da vueltas inc¨®modo por el Matadero de Madrid. Es lunes, acaba de empezar a montar su ¨²ltimo encargo, una instalaci¨®n que se inaugurar¨¢ el s¨¢bado, y casi a rega?adientes se presta a interrumpir su trabajo para hablar. Finalmente, vislumbra unas hamacas de madera y, con un eterno cigarrillo en mano, se tumba resignado al interrogatorio. Para los libros de historia es uno de los referentes del arte povera, movimiento sin manifiesto que naci¨® a finales de los sesenta en Italia, por voluntad de un grupo de j¨®venes artistas empe?ados en sublimar el carb¨®n, la arpillera, el hierro o unos trapos viejos a la categor¨ªa de obras de arte.
Kounellis naci¨® griego (El Pireo, 1936) pero se hizo adoptar por Italia desde que desembarc¨® en Roma en 1956 para estudiar en la Academia de Bellas Artes. ?C¨®mo y cu¨¢ndo decidi¨® que quer¨ªa ser artista? "No lo recuerdo. Desde muy peque?o me gustaba pintar. Uno tiene la iluminaci¨®n de ser artista, pero lo que cuenta es el resultado, el lenguaje que uno desarrolla". En Roma encontr¨® los "amigos adecuados" para encontrar ese lenguaje. "Ser pintor... No es solamente que uno tenga la man¨ªa de pintar. Hay que encontrar un por qu¨¦, y las condiciones hist¨®ricas, ambientales, juegan un enorme papel. En mi caso, como el de mi generaci¨®n, la realidad art¨ªstica y cultural del pa¨ªs incidi¨® mucho y nos marc¨® los objetivos. As¨ª, uno se convierte en pintor identific¨¢ndose, encontrando los objetivos que en ese momento son necesarios. Despu¨¦s, naturalmente, la sensibilidad y el talento tambi¨¦n tienen un papel muy potente. Ser artista es un proceso que tiene algo de visionario. El artista tiene unos objetivos que le marca la realidad. Pertenezco a una generaci¨®n de la posguerra tard¨ªa y eso influy¨® mucho en nuestra voluntad de ser dial¨¦cticos, de ser impulsados m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites".
"Tengo la l¨®gica de un pintor, que es, sobre todo, un dise?ador de vida"
La ruptura de l¨ªmites, en Kounellis, como en tantos otros en su generaci¨®n, supuso el abandono del lienzo. "Se abandona la tela, pero no la pintura", dice. "La pintura sigue anclada en la visi¨®n, abandones o no el lienzo. Dejar la tela implica una gran movilidad. Por ejemplo, yo he venido aqu¨ª con mi maleta y me he puesto a trabajar. Si lo hiciera con el lienzo no ser¨ªa necesario".
Sali¨® del lienzo y su obra se llen¨® de materiales. Muertos, vivos, semivivos... En 1969 exhibi¨® doce caballos vivos en la Galleria L'Attico de Roma y a¨²n se recuerda la pol¨¦mica que cre¨® en 1996 una de las instalaciones de la retrospectiva que le organiz¨® el Museo Reina Sof¨ªa porque en ella habitaba un guacamayo (fue retirado para aplacar acusaciones de maltrato a los animales). En 1989 colg¨® piezas de vacuno de las paredes del Espai Poblenou de Barcelona. Pero la iconograf¨ªa kounelliana est¨¢ tambi¨¦n hecha de cactus, arpillera, carb¨®n, planchas de hierro, lana, somieres viejos, piedras, fuego, humo... "Para m¨ª los materiales no juegan ning¨²n papel. Sirven para polarizar el espacio. Hice una exposici¨®n con caballos, pero nunca pens¨¦ que se trataba de materiales, sino que era la ¨²nica posibilidad de crear una visi¨®n. Odio los materiales".
?Es entonces el espacio lo que le interesa? "Es uno de los elementos. Cada espacio tiene una particularidad. Pero no es un encuentro espacialista ni de amor por el espacio. Si hubiera un quintal de carb¨®n en la pared, es un quintal de carb¨®n que polariza el espacio como lo puede polarizar un fresco". El artista suele visitar los espacios en los que va a intervenir; de ah¨ª surge la obra. "Aqu¨ª en Matadero he comenzado esta ma?ana. Hab¨ªa visto una fotograf¨ªa, pero hay que verlo. El espacio respira".
El artista tiene una descripci¨®n para la obra que se podr¨¢ ver hasta el 15 de noviembre: "Un suave laberinto, a una altura donde los ojos esp¨ªan el tejido entre una columna y otra, hecho con la t¨¦cnica que usan las ara?as. Se puede observar el ¨¦pico bordado que forma una fuerte piel que captura a la m¨ªtica bestia que sobrevuela este espacio en las primeras horas de la noche". Tambi¨¦n con cuerdas realizar¨¢ una instalaci¨®n en la galer¨ªa Nieves Fern¨¢ndez. Pero nada de ello le convierte en un escultor ni en un escen¨®grafo: "La tradici¨®n italiana me ha hecho pensar que toda la pintura italiana es dramat¨²rgica. El Renacimiento, Caravaggio... Tambi¨¦n tengo la cultura del drama y el drama tiene un alma positiva". Pero Kounellis no cree haberse apartado del impulso que le llev¨® a ser artista: "Soy solamente un pintor. Tengo la l¨®gica de un pintor, que sobre todo es un dise?ador de vida. Lo otro, pintar, es un oficio".
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