Polanski en la celda de Z¨²rich

Roman Polanski viste ropa de preso en una austera celda de Z¨²rich, donde recibe ¨¢nimos, informaci¨®n sobre su caso y un estipendio penitenciario de tres euros diarios. Consternado pero no vencido, maldiciendo probablemente su encuentro de hace tres decenios con la n¨²bil aspirante a modelo Samantha Geimer, desayuna caf¨¦, mantequilla y mermelada, y cena pan y queso. El almuerzo es m¨¢s variado, aunque afecto al pollo. Polanski pasea por el patio de la prisi¨®n una hora diaria y consume las 23 restantes en solitario, en una celda con televisi¨®n por cable, lavabo y retrete, a la espera de noticias de la potente coalici¨®n de abogados, suizos, franceses y estadounidenses, movilizada contra su posible extradici¨®n a Estados Unidos por violaci¨®n.

El director ahora es muy distinto al cuarent¨®n del Hollywood alocado

La defensa arguye la antig¨¹edad de los hechos y la edad, 76 a?os, del acusado

Los fiscales angelinos aseguran que llevan a?os intentando detenerle

Podr¨ªa haber salido libre si hubiera comparecido en Los ?ngeles a?os atr¨¢s

"Nos dijo que lo tratan muy bien, pero eso no significa que est¨¦ muy feliz", seg¨²n informaron los c¨®nsules de Polonia y Francia tras visitar al pol¨¦mico reo, francopolaco, en una prisi¨®n a¨²n desconocida por voluntad propia y de las autoridades. El plant¨®n period¨ªstico no es f¨¢cil, pues el cant¨®n de Z¨²rich cuenta con nueve presidios, algunos de detenci¨®n provisional, y nadie suelta prenda. Sus abogados, y la actriz Emmanuelle Seigner, esposa de Polanski, tambi¨¦n visitaron al interno, que s¨®lo podr¨¢ utilizar un tel¨¦fono fijo espor¨¢dicamente y recibir visitas semanales de una hora. "?Habr¨ªan aplicado la ley con tanto rigor a un financiero o un ministro?", se pregunta el cineasta Lioner Baier.

Los fiscales de Estados Unidos persiguen a Roman Polanski desde la denuncia presentada hace 32 a?os por la madre de Samantha Geimer, de 13 a?os, a quien el cineasta prometi¨® encumbrar a cambio de su complacencia sexual. "?Te gustar¨ªa posar para la revista Vogue?".

Ocho a?os antes, el 9 de agosto de 1969, Sharon Tate, su segunda esposa, embarazada, hab¨ªa sido asesinada por la banda del alucinado Charles Manson. Superada la p¨¦rdida, el viudo encontr¨® consuelo en el trabajo y los placeres. "S¨ª, me gustan las jovencitas, pero como a la mayor¨ªa de los hombres", confes¨®, en una entrevista, difundida en 1979. "Lo que ocurre es que en Estados Unidos todo aquel que tiene relaciones sexuales con menores de 18 a?os es un delincuente, as¨ª que asumo que la mayor¨ªa de los hombres all¨ª han sido o pueden llegar a ser delincuentes".

?Ser¨¢ posible evitar su extradici¨®n a Estados Unidos? Nadie lo sabe en el bufete del penalista Lorenz Erni, con despacho en Z¨²rich, contratado por Polanski tras su detenci¨®n, el pasado 26 de septiembre, cuando acud¨ªa al festival de cine de la capital financiera de Suiza para recibir un homenaje. "De momento, hemos pedido su libertad provisional, que est¨¢ siendo examinada por un tribunal penal federal. No podemos decirle m¨¢s", responde un portavoz. Los argumentos de la defensa ser¨ªan ¨¦stos: la antig¨¹edad de los hechos juzgados, la avanzada edad del encausado, 76 a?os, el abandono de la persecuci¨®n por su v¨ªctima (a cambio de unos 350.000 euros), y la promesa de permanecer en su chal¨¦ de los Alpes suizos, con la entrega del pasaporte, mientras se ventila la extradici¨®n.

A la espera del fallo, la opini¨®n p¨²blica oscila entre quienes lo quieren en galeras por violador confeso o libre porque el reo es cuasi octogenario y su errabunda vida ya le castig¨® bastante. Los deudos de su talento recuerdan que el Polanski de ahora es muy diferente al cuarent¨®n del Hollywood licencioso. Otros suizos invocan al Alt¨ªsimo, como el obispo de Fribourg, para pregonar que los curas ped¨®filos y los cineastas penalmente libertinos deben pagar sus pecados porque en Suiza los delitos sexuales contra menores no prescriben. El director de La semilla del diablo, Chinatown o El pianista posiblemente cumpla c¨¢rcel en California si aciertan los penalistas convencidos de ello y el periodista Ron Hochuli, encargado del caso en el diario Tribune de Geneve: "El proceso judicial puede durar meses, pero la reclamaci¨®n de sus abogados tiene unas posibilidades de ¨¦xito muy limitadas. Todo indica que finalmente ser¨¢ extraditado".

Polanski apuesta por lo contrario en su celda de Z¨²rich, avecindado con ladrones, estafadores, asesinos y violadores, pues los penales de Z¨²rich no son balnearios. Las muestras de solidaridad recibidas le reconfortan, pero su desasosiego es enorme. "Su entrega a Estados Unidos parece probable", seg¨²n el abogado suizo Paul-Hart, defensor del traficante de armas saud¨ª Adnan Kashogui, reclamado por aquel pa¨ªs en 1989. "Los hechos [la violaci¨®n de Samantha Geimer] han sido reconocidos al menos en parte, con lo que se infringir¨ªa tambi¨¦n el derecho suizo, ya que la persecuci¨®n no lo es por razones pol¨ªticas o militares", declar¨® al semanario L'Express.

La extradici¨®n parece, pues, probable salvo que la justicia contemple la existencia de vicios de procedimiento en el proceso de hace tres decenios en Los ?ngeles y menosprecio de la Convenci¨®n Europea de los Derechos del Hombre. La prescripci¨®n no es aplicable porque Estados Unidos no la acepta y el tratado de extradici¨®n con Suiza rige desde 1997. Otra ser¨ªa la situaci¨®n de haber sido detenido antes del refer¨¦ndum de diciembre del pasado a?o, en que Suiza aprob¨® la imprescriptibilidad de los delitos de sexuales contra menores con una mayor¨ªa del 52%; hasta entonces prescrib¨ªan a m¨¢s tardar a los 25 a?os.

?Y por qu¨¦ la detenci¨®n ahora? ?Por qu¨¦ no durante las frecuentes estancias de Polanski en Gstaad? ?O durante sus viajes a Italia, Grecia, Tailandia o Rusia? El hecho de que haberse puesto a tiro en el Festival de Cine de Z¨²rich apenas convence. Otros pueden ser los motivos: desde el s¨²bito despertar de los fiscales estadounidenses al ser motejados de negligentes en la persecuci¨®n o la simple oportunidad pol¨ªtica. "El Gobierno suizo est¨¢ tan traumatizado por el esc¨¢ndalo del banco UBS que si cualquier autoridad estadounidense pide algo, lo tiene en 24 horas", opina el polit¨®logo Jean Ziegler.

La prensa nacional relacion¨® la detenci¨®n con un gesto amistoso de Suiza hacia Washington tras haberse negado a la identificaci¨®n de miles de contribuyentes estadounidenses con dinero escondidos en bancos helv¨¦ticos. Finalmente lo hizo con una parte de los evasores. "Estoy estupefacta. Suiza invita a un cineasta para honrarle en un festival [el de Z¨²rich cuenta con financiaci¨®n p¨²blica] y lo detienen al bajar del avi¨®n", protesta la realizadora Ursula Meir. "?Por qu¨¦ un artista? ?Y por qu¨¦ ahora? Hay montones de mafiosos en el pa¨ªs a los que no se molesta para nada". Nadie acierta con los motivos de una detenci¨®n que los fiscales angelinos aseguran haber intentando desde hace muchos a?os y que hubiera sido f¨¢cil mientras Polanski esquiaba o paseaba en Gstaad. Lo ha estado haciendo desde que, hace casi cuarenta a?os, cambi¨® sus vacaciones en Austria por la tranquilidad de la estaci¨®n alpina, que ofrece 250 kil¨®metros de pistas y m¨¢s cercan¨ªa con su casa de Par¨ªs. El escritor Robert Harris, autor de Pompeya, le visit¨® all¨ª en verano, ya que Polanski rod¨® la adaptaci¨®n de su novela The ghost en primavera en Alemania con Ewan McGregor y Pierce Brosnan, y en julio y agosto ambos charlaron sobre el montaje. "Estoy sorprendido y asombrado. ?Si he pasado largas jornadas con ¨¦l en Suiza!", ha comentado el escritor a la prensa brit¨¢nica.

Sin entrar en la inocencia o culpabilidad de Rom¨¢n Polanski, el abogado de Dominique Warluzel atribuye a la notoriedad del acusado una complicaci¨®n a su defensa pues el juez puede verse tentado "a un alarde de independencia en detrimento de un an¨¢lisis jur¨ªdico del caso". Pueden pasar meses antes de que la justicia de Suiza dicte sentencia. A la espera de as¨ª ocurra, el director reflexiona sobre su largo proceso.

Polanski, seg¨²n especialistas, probablemente hubiera sido exonerado de haber comparecido en Los ?ngeles a?os atr¨¢s y haberse sometido a la jurisdicci¨®n del tribunal correspondiente. No quiso hacerlo, temiendo una condena de 50 a?os de c¨¢rcel, ni tampoco renunciar a las menores, que sigui¨® frecuentando abiertamente pese a los consejos de sus abogados. "Soy inocente. ?Por qu¨¦ he de comportarme como si fuera culpable".