"?Te gustar¨ªa posar para 'Vogue'?"
El sumario detalla la violaci¨®n de la menor ocurrida el 10 de marzo de 1977
Roman Polanski era una celebridad cuando conoci¨® a Samantha Geimer en un restaurante californiano, en el a?o 1977, y prometi¨® endiosarla art¨ªsticamente con una serie de fotograf¨ªas para la revista Vogue. La cr¨ªa de 13 a?os acept¨® entusiasmada, pues so?aba con el modelaje y la fama, pero otras eran las intenciones del director de cine, incansable ojeador de menores.
Cuatro meses antes de la cita con Samantha hab¨ªa cenado en M¨²nich con un cr¨ªtico y dos ligues ocasionales. El cr¨ªtico no congeni¨® con el suyo y sali¨® bufando de la habitaci¨®n de hotel reservada por el fauno Polanski, encantado con la espantada pues le permiti¨® un m¨¦nage ¨¤ trois. La voluntaria del tr¨ªo ten¨ªa 15 a?os y se llamaba Nastassja Kinski. Tres a?os despu¨¦s protagonizar¨ªa Tess, seg¨²n escribi¨® Christopher Sandford en una biograf¨ªa sobre el cineasta. El episodio con Samantha, desarrollado durante el atardecer del 10 de marzo de 1977 en la mansi¨®n de Jack Nicholson, en Los ?ngeles, acab¨® mucho peor.
Aquel d¨ªa, la v¨ªctima ten¨ªa sed cuando lleg¨® a la casa y quiso una naranjada, pero el cineasta abri¨® una botella de champ¨¢n y escanci¨® en la copa de la ni?a hasta embriagarla, seg¨²n consta en el sumario judicial. Media pastilla estimuladora de la euforia, la relajaci¨®n y la sensibilidad durante las relaciones de pareja, y la intimidante presencia y comportamiento de Polanski la apuntillaron poco despu¨¦s. Con ropas o sin ellas, ejecut¨® los escorzos de lolita reclamados y apenas pudo protestar cuando el artista consum¨® una maniobra envolvente junto a la piscina de la mansi¨®n.
Comenz¨® con unas fotos cerca del agua, a las que siguieron otras en un sal¨®n y en la cocina. A la maliciosa indicaci¨®n, "qu¨ªtate la blusa", sigui¨® el ardid "Ven, que te ense?o el jacuzzi de Jack Nicholson". ?l se trag¨® media pastilla de Qualude y pas¨® la otra media a la ni?a, que la engull¨® con un sorbo del espumoso. "Pensaba meterme en el agua con ropa interior, pero ¨¦l me dijo que me la quitara", relat¨® ante el tribunal. Polanski pronto se zambull¨® en los borbotones, junto a la menor. "Ven junto a m¨ª", pidi¨®. Samantha minti¨® para no hacerlo. "Tengo asma". Aunque la retuvo unos instantes junto al chorro de agua caliente, la menor sali¨® pitando en cuanto pudo.
Enrollada en una toalla de ba?o, busc¨® acomodo en el sof¨¢ de una habitaci¨®n contigua, pero hasta all¨ª lleg¨® el otro: "?Te sientes bien?". "No, quiero irme a casa". Polanski quiso apaciguarla: "No te preocupes, te vas a sentir mejor". "Enseguida te llevar¨¦ a casa". Antes de hacerlo, ejecut¨® el ultraje testimoniado por la menor ante Roger Gunson, ayudante del fiscal de Distrito de Los ?ngeles, en el interrogatorio judicial del cuatro de abril de 1977: relaciones sexuales completas pese a la resistencia de la ni?a. "Yo lloraba cuando me sent¨¦ en la parte de atr¨¢s del coche que me devolvi¨® a casa".
Espantada por el procaz contenido de las fotos y la violaci¨®n, la madre de Samantha denunci¨® al cineasta, quien admiti¨® "haber acariciado y hecho el amor" con la menor. "La trat¨¦ con delicadeza", reiter¨® Polanski.
M¨¢s de 30 a?os despu¨¦s, madre de tres hijos, casada y con residencia en Hawai, Samantha Geimer, resumi¨® la violaci¨®n de que fue objeto: "Creo que no estaba acostumbrado a que alguien rechazara mantener relaciones sexuales con ¨¦l".
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