S¨ª es pa¨ªs para viejos

- "Giggs fue un gran problema para nosotros, pero el problema m¨¢s grande de todos es que no tiene pasaporte alem¨¢n". Bertie Vogts, entonces seleccionador alem¨¢n, tras un partido contra Gales en 1995.

Ryan Giggs se entren¨® con el primer equipo del Manchester United por primera vez cuando ten¨ªa 15 a?os. Alex Ferguson, el entrenador, advirti¨® a los dem¨¢s jugadores que era flaquito y delicado, que tuvieran cuidado con ¨¦l. En la primera jugada que hizo el chico, jugando de extremo izquierdo, dej¨® plantado a su rival; en la segunda le volvi¨® a regatear y en la tercera le dej¨® otra vez en rid¨ªculo. El rival era Viv Anderson, lateral derecho de la selecci¨®n inglesa.

Steve Bruce, que fue capit¨¢n del Manchester en aquella ¨¦poca, recordaba la an¨¦cdota esta semana. "Nos preguntamos: '?De d¨®nde sali¨® ¨¦ste?'. A Viv le mat¨®... Pens¨¦: 'Wow! Aunque hubiera querido darle una patada, no habr¨ªa podido". Bruce dijo que nunca hab¨ªa visto a nadie con tanto talento natural. "Es el ¨²nico chico que he visto de 14 o 15 a?os que sab¨ªa con absoluta seguridad que acabar¨ªa siendo una superestrella". Bruce no se equivoc¨®. Giggs debut¨® con el primer equipo del Manchester a los 17 a?os. Hoy, 18 a?os y medio m¨¢s tarde, a punto de cumplir 36, sigue en el primer equipo. Pero no por un equivocado sentimiento de lealtad del entrenador. No es Giggs una vaca sagrada. El mejor jugador en lo que va de la temporada ha sido ¨¦l. Ni Fernando Torres, ni Wayne Rooney, ni Cesc F¨¢bregas ni Didier Drogba...

Marca goles y da pases de gol partido tras partido. Jugando m¨¢s en el centro del campo que antes, aunque siempre volc¨¢ndose hacia la izquierda, se ha convertido en la figura dominante del equipo que hoy va primero en la Premier League y que ha ganado sus dos primeros partidos de la Champions. Es casi tan influyente en el Manchester como Leo Messi en el Barcelona. Cuando recibe el bal¨®n uno tiene la sensaci¨®n, como ocurre con todos los grandes jugadores, de que el tiempo se detiene, de que el partido se est¨¢ viendo de repente a c¨¢mara lenta. Hasta que explota y echa a correr. Su manera de moverse es instant¨¢neamente reconocible para cualquiera que ha seguido el f¨²tbol europeo las ¨²ltimas dos d¨¦cadas: con la espalda muy recta, la cabeza alzada, alerta como un perro de caza, oteando el horizonte, mientras las piernas se mueven con extraordinaria rapidez, pero dando la impresi¨®n de apenas rozar el cesped.

No es extra?o que un portero juegue hasta los 36 a?os. A veces, un buen defensa es capaz de mantener el nivel hasta esa edad. Lo extraordinario de Giggs es que es un futbolista plenamente ofensivo cuyo juego se ha definido siempre por la velocidad. Ser¨¢ que posee genes privilegiados; sin duda, son genes interesantes. Giggs es un Obama del f¨²tbol, de padre negro y madre blanca. Quiz¨¢ en esa saludable mezcla est¨¦ parte del secreto de su prolongada juventud.

Delata su edad s¨®lo cuando habla, cuando se pronuncia sobre el estado del f¨²tbol actual y se pone a lamentar la falta de disciplina, seriedad, compromiso..., de la juventud. En una entrevista hace unos meses con el Daily Mail, Giggs record¨® que, cuando iniciaba su carrera, le obligaban a barrer el vestuario, a limpiar las botas de los jugadores del primer equipo, a pintar las l¨ªneas del campo. "Los j¨®venes ya no hacen esas cosas. Dios sabr¨¢ por qu¨¦ no. Experiencias de ese tipo te dan disciplina y te ense?an respeto", dijo Giggs, sonando como todos los viejos gru?ones han sonado a lo largo de todos los tiempos.

Lo cual no es decir que los viejos nunca acierten. Tambi¨¦n tienen sus momentos de sabia lucidez. Sanamente satisfecho con lo que le ha dado la vida, opina que los jugadores j¨®venes de hoy le dan una vulgar y desmedida importancia al dinero. Giggs se cas¨® hace un par de a?os con la madre de sus dos hijos, pero casi nadie se enter¨®. A diferencia de David Beckham y Wayne Rooney, no vendi¨® los derechos de las fotos de su boda a una revista del coraz¨®n. "Ganamos m¨¢s que suficiente dinero del f¨²tbol", dice Giggs; "?qui¨¦n necesita m¨¢s?".