Europa: ?museo o laboratorio?
?sta no es la pregunta que aparece en los referendos en Europa. Pero es la pregunta que los europeos se est¨¢n tratando de contestar.
?Ser¨¢n su cultura y sus tradiciones las principales fuerzas que impulsar¨¢n a Europa? ?O lo ser¨¢ m¨¢s bien su capacidad para inventar nuevas formas de gobernarse, integrarse entre s¨ª y relacionarse con el resto del mundo? ?Depender¨¢ la Europa del futuro m¨¢s de sus museos, orquestas y restaurantes o de sus f¨¢bricas, laboratorios y universidades? ?sta es por supuesto una caricatura de los dilemas y posibilidades de Europa. Europa siempre ser¨¢ una potencia cultural y tambi¨¦n seguir¨¢ teniendo fortalezas cient¨ªficas, industriales y militares. Pero como toda caricatura, la visi¨®n de una Europa museo en contraste con una Europa laboratorio sintetiza dos futuros muy diferentes. La Europa laboratorio no se refiere principalmente a sus capacidades cient¨ªficas sino a su capacidad para experimentar con nuevas formas de gobierno; con nuevas instituciones, pol¨ªticas p¨²blicas y reglas de conducta.
Garantizar que la UE afronte unida sus relaciones con el mundo es indispensable
Sobre esto acaban de votar los irlandeses. La primera vez que se les pregunt¨® - el a?o pasado- dijeron que no. Ahora dijeron que s¨ª. ?Pero a que dieron el s¨ª? A que Europa tenga un l¨ªder a tiempo completo, en vez de depender, como hasta ahora, de una presidencia que se rota cada seis meses entre los jefes de Estado de los 27 pa¨ªses miembros. El nuevo presidente durara dos a?os y medio en el cargo y podr¨¢ ser reelecto una vez m¨¢s. Felipe Gonz¨¢lez y Tony Blair son fuertes candidatos a ser los primeros en ocupar este cargo. Tambi¨¦n votaron a favor de tener un sistema m¨¢s justo de votaciones para la toma de decisiones colectivas, para que cada pa¨ªs miembro tenga un representante en la Comisi¨®n Europea, para mejorar el funcionamiento del Parlamento Europeo, para que haya un repres¨¦ntate de Europa ante el resto del mundo con un mandato m¨¢s claro y con mayor autoridad y varios otros cambios por el estilo, todos los cuales le dar¨¢n algo m¨¢s de eficiencia y transparencia al funcionamiento de la Uni¨®n Europea. Muchos de estos son cambios burocr¨¢ticos aburridos, complicados de entender -y de explicar-. Por eso es que los opositores irlandeses prefirieron basar su campa?a para el refer¨¦ndum en enfatizar que de votar a favor se estar¨ªa apoyando la rebaja del salario m¨ªnimo, la legalizaci¨®n del aborto y el env¨ªo de militares irlandeses a Afganist¨¢n entre otras maldiciones escondidas en el Tratado de Lisboa, el acuerdo que contiene las reformas propuestas. Los votantes no les creyeron y apoyaron abrumadoramente al s¨ª.
Este voto tiene menos que ver con el entusiasmo por los cambios institucionales propuestos que con la convicci¨®n que a Irlanda le va mejor cuando se alinea con Europa y que a Europa le va mejor cuando se integra m¨¢s intensa y eficientemente. Pero el refer¨¦ndum irland¨¦s no culmina el proceso de adopci¨®n del Tratado de Lisboa, ya que a¨²n falta que Polonia lo ratifique y que las t¨¢cticas dilatorias del presidente de la Rep¨²blica Checa, V¨¢clav Klaus, no prosperen. Pero de ser aprobado, Europa tendr¨ªa un nuevo dise?o institucional en 2010. Estas innovaciones no son el equivalente pol¨ªtico al descubrimiento de la cura contra el c¨¢ncer ni la formula m¨¢gica que resolver¨¢ los graves problemas estructurales que tiene que enfrentar Europa. Pero ser¨¢ un paso positivo para enfrentar mejor lo que le viene a los europeos. Y lo que les viene no tiene precedentes.
Seg¨²n las estimaciones del historiador y premio Nobel de Econom¨ªa Robert Fogel en el a?o 2000, en Europa viv¨ªa el 6% de la poblaci¨®n mundial y su econom¨ªa abarcaba el 20% del total mundial. En China e India viv¨ªa el 38% de los habitantes y sus econom¨ªas representaban el 16% del total. Fogel estima que para el 2040, Europa albergar¨¢ s¨®lo el 4% de la poblaci¨®n mundial y su econom¨ªa ser¨¢ un min¨²sculo 5% del total. En cambio, China e India llegar¨¢n a tener al 34% de la humanidad y sus econom¨ªas se habr¨¢n expandido hasta alcanzar el 52% de la actividad econ¨®mica mundial.
Desde esta perspectiva, el garantizar que Europa enfrente de manera unida, eficaz e innovadora sus relaciones con el resto del mundo es un requisito indispensable. Y el menor de sus problemas.
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