Educaci¨®n y ciudadan¨ªa
Comienzo el presente curso acad¨¦mico impartiendo la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa y Derechos Humanos. Como profesor de Filosof¨ªa, dedico un tiempo considerable a consultar bibliograf¨ªa al respecto para llenar de contenidos las pocas horas que tiene esta materia en 3? de ESO. Muy recomendable la compilaci¨®n de Aurelio Arteta titulada El saber ciudadano, con art¨ªculos muy interesantes de los profesores F¨¦lix Ovejero y Ram¨®n Vargas-Machuca. Igualmente consulto textos cl¨¢sicos de filosof¨ªa pol¨ªtica que puedan canalizar todos los esfuerzos pedag¨®gicos para hacer comprender la grandeza de la pol¨ªtica y las leyes a alumnos de 14 a?os.
El primer d¨ªa me presento en clase y reparto un ejemplar de la Constituci¨®n Espa?ola a cada alumno y fotocopias de la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos. Por supuesto, y como no pod¨ªa ser menos, recurro a un par de textos del gran Arist¨®teles de su Pol¨ªtica en relaci¨®n con la amistad civil. Ilusionadamente incio una explicaci¨®n nada dif¨ªcil sobre el descubrimiento de la democracia y su relevancia hist¨®rica. Las palabras de Pericles en su Oraci¨®n F¨²nebre resuenan en el aula como una bella melod¨ªa democr¨¢tica...
Todo esto da igual, sorprendentente el director me informa que una semana m¨¢s tarde un padre se ha pasado por el instituto con la intenci¨®n de objetar a esta asignatura. Parece ser que su oce¨¢nica conciencia, sin l¨ªmite ninguno, le dicta que debe desconfiar de la Constituci¨®n y de la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos.
Sus doctrinarias creencias religiosas le impiden comprender la importancia de la ley civil y su trascendencia en la convivencia pac¨ªfica en la ciudad. Gesto vano,amigo: continuar¨¦ ense?ando la grandeza de la democracia. Es muy simple, creo en ella. Lecturas obligatorias para el padre: Crit¨®n, de Plat¨®n, y cualquiera de los textos de mi admirada Hannah Arendt.
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