"Aquella agresi¨®n est¨¢ superada. No le dejar¨¦ porque lo diga un juez"
Eva, de 45 a?os, mantiene una desconfianza perpetua al otro lado del tel¨¦fono. Antes se ha negado a charlar en persona, a que le tomen fotograf¨ªas, a revelar su apellido y a que la entrevista arroje una sola pista sobre su localizaci¨®n. La mujer fue v¨ªctima de malos tratos hace dos a?os y desde entonces est¨¢ empe?ada en convivir con su agresor. Esta aparente contradicci¨®n, poco aceptada en la arena p¨²blica, explica parte de su secretismo. Hay m¨¢s: ni su familia conoce su situaci¨®n.
El temor a ser descubierta no le resta claridad a su argumentaci¨®n, que desconcert¨® a la Audiencia de Tarragona, encargada de decidir sobre el recurso interpuesto por la mujer para anular la condena a su agresor por quebrantar la orden de alejamiento. Esta instancia judicial opt¨® por elevar el caso al Tribunal de Justicia de la UE. Los magistrados dicen de ella que habl¨® "en condiciones de plena autonom¨ªa personal, independencia econ¨®mica, con competencia cultural y social, sin atisbo alguno de presi¨®n psicol¨®gica o rasgos de sumisi¨®n". "Mi pareja y yo terminaremos juntos", asegura Eva.
"Una orden de alejamiento s¨®lo alarga el problema y alimenta odios"
Pregunta. Su pareja le peg¨®, amenaz¨® con matarla mientras clavaba un cuchillo en el colch¨®n a pocos cent¨ªmetros de donde yac¨ªa usted. ?Por qu¨¦ est¨¢ en contra de la sentencia que impide que esa agresi¨®n vuelva a suceder?
Respuesta. Ocurri¨® s¨®lo una vez. Desde entonces hemos trabajado mucho para rehabilitarnos. Estos a?os han sido una lucha para arreglar lo que no funcionaba. ?Qu¨¦ pasa con ese proceso tan duro? La ley no lo tiene en cuenta. La relaci¨®n volv¨ªa a ser buena y nos obligan a separarnos.
P. Usted le denunci¨®.
R. Estaba alucinada, no esperaba nada as¨ª. ?l pasaba por apuros econ¨®micos, ten¨ªa problemas con la bebida. Luego le dej¨¦ muy claro que deb¨ªa resolverlo si cre¨ªa en nosotros, y reaccion¨®. Nos ha costado m¨¢s de un a?o pero ha dejado el alcohol, nos hemos mudado de ciudad y empezamos de nuevo. Se equivoc¨®.
P. La condena siempre implica la orden de alejamiento.
R. De saber que se impondr¨ªa ese alejamiento no le habr¨ªa denunciado. Cuando lo supe intent¨¦ retirar la denuncia pero el fiscal sigui¨® adelante en contra de mi voluntad. No estoy diciendo que mi pareja hiciera lo correcto. Pero cuando amas a una persona es muy duro que un juez te diga: ya est¨¢, no la ver¨¢s nunca m¨¢s.
P. Por eso pidi¨® a su pareja que volviera a vivir con usted.
R. Hab¨ªa algo que me dec¨ªa que deb¨ªa seguir con ¨¦l y nos impusimos ciertas condiciones que hemos ido cumpliendo. No le dejar¨¦ porque lo diga un juez. Aquella agresi¨®n est¨¢ superada.
P. El episodio fue muy contundente. ?C¨®mo se supera algo as¨ª?
R. S¨ª, no fue ninguna tonter¨ªa. Muchas veces he estado al borde de abandonar, me ve¨ªa incapaz de afrontarlo y le ten¨ªa miedo. Pasamos unos meses separados. Pero si nos quer¨ªamos deb¨ªamos agarrar el toro por los cuernos, resolver ciertas cosas para poder vivir juntos. Hemos asistido a psic¨®logos, realizado terapias.
P. Parece muy segura de que no volver¨¢ a ocurrir.
R. Si mi pareja no hubiera realizado todo este proceso tarde o temprano habr¨ªa vuelto a pegar a otra mujer. Si hubi¨¦ramos cumplido la condena de alejamiento y el mantuviera sus problemas con el alcohol s¨ª tendr¨ªa motivos para tener miedo. Ya no. ?l es muy consciente de que debe pagar por lo que me hizo. Pero nadie puede imponernos esto: no podemos vernos ni hablar hasta 2012. No importa, cuando haya cumplido la condena volveremos a estar juntos. Lo tengo clar¨ªsimo.
P. El d¨ªa que se conoci¨® su caso muchos lectores comentaron en Internet que usted podr¨ªa ser la pr¨®xima v¨ªctima mortal por violencia de g¨¦nero.
R. Es lo mismo que me dijo el fiscal, pero no soy idiota. Si mi pareja no hubiera cambiado jam¨¢s habr¨ªa seguido adelante. Es un problema grave, pero cada caso es ¨²nico. Una orden de alejamiento s¨®lo alarga el problema y alimenta odios. Esta medida tampoco ha repercutido en un descenso de las mujeres fallecidas. Tal vez deba haber un alejamiento durante cierto tiempo pero la ley por s¨ª sola no resuelve nada.
P. La polic¨ªa supo que ustedes rompieron la orden de alejamiento porque los vecinos alertaron de discusiones en su domicilio.
R. Tuvimos muy mala suerte. Por culpa de mi trabajo me hab¨ªa tomado dos pastillas para dormir y ¨¦l se hab¨ªa olvidado las llaves de casa. Golpe¨® la puerta y grit¨® para despertarme. Alguien avis¨® a la polic¨ªa y cuando llegaron yo ya estaba durmiendo otra vez.
P. Si ahora vuelven a romper la orden de alejamiento su pareja podr¨ªa acabar en la c¨¢rcel por reincidencia. ?Mantienen alg¨²n contacto?
R. No puedo contestar a esta pregunta.
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