Tan respetable como fr¨ªa
Desde que comenz¨® a hacer cine resulta admirable la capacidad de Alejandro Amen¨¢bar para cambiar de g¨¦neros y de tem¨¢ticas, afrontar riesgos, rodar con una libertad creativa -ganada a pulso- las pel¨ªculas que le da la gana y tom¨¢ndose su reflexivo tiempo entre una y otra. Su obra no se ha guiado nunca por el c¨¢lculo ni por la f¨®rmula. Tiene una pasmosa seguridad en s¨ª mismo y desde el principio mantiene una precoz sabidur¨ªa con la c¨¢mara, est¨¢ en posesi¨®n de un lenguaje visual muy potente que se adapta con naturalidad y brillantez a la expresividad que necesita cada tema.
Afortunadamente, esos heterodoxos, raros y ambiciosos proyectos siempre han tenido ¨¦xito. Su cine, independientemente de las historias que cuente, tiene poder de atracci¨®n para cualquier tipo de p¨²blico y tambi¨¦n disfruta de prestigio cr¨ªtico, suponiendo que eso sirva para algo. Puede ser terror¨ªfico e intimista, perturbador y emocionante, enigm¨¢tico y l¨ªrico. Yo paso aut¨¦ntico miedo cada vez que veo Tesis, me sobresalt¨® el arranque y me angusti¨® el desarrollo de la tragedia protagonizada por un guaperas triunfador al que la fatalidad convierte en un monstruo en Abre los ojos, aunque sea una pel¨ªcula que desfallece al revisarla, y me provoc¨® sensaciones impagables con Mar adentro, retrato de la enfermedad, del sufrimiento moral y de la muerte que parad¨®jicamente se convierte en un complejo himno a la vida.
?GORA
Direcci¨®n: Alejandro Amen¨¢bar.
Int¨¦rpretes: Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Barhom, Michael Lonsdale.
G¨¦nero: drama hist¨®rico. Espa?a, 2009.
Duraci¨®n: 126 minutos.
Tu cerebro puede conectar con ella, pero en mi caso no me llega al coraz¨®n
Est¨¢ bien explicado el hambre de poder del depredador cristianismo
Sin embargo, nunca he podido conectar con la po¨¦tica, el misterio y el desasosiego de Los otros, aunque su factura me parezca irreprochable y desprenda la certidumbre de que la controla un notable director de cine, un creador de atm¨®sferas, un potente inventor de im¨¢genes.
En consecuencia, las expectativas eran muy grandes cuando te enteras de que la nueva aventura de Amen¨¢bar est¨¢ ambientada en la Alejandr¨ªa del siglo IV. Deduces, conociendo su personalidad creativa, que meterse en semejante movida, en el esfuerzo, la imaginaci¨®n y la pasta que implica reconstruir un mundo tan lejano, hacer una pel¨ªcula de ¨¦poca, no obedece a la excentricidad ni al capricho, que Amen¨¢bar, como siempre, tiene muy claro lo que quiere contar y es consciente de los peligros y los retos que implica una superproducci¨®n hist¨®rica. Viendo el resultado de ?gora, es imposible hacerle reproches a su est¨¦tica ni a su ¨¦tica, a su argumentaci¨®n moral ni al tono narrativo, a lo que trata de contar y a la forma de hacerlo. Pero a esa fuerza expositiva, a la necesaria e inaplazable cr¨ªtica del fundamentalismo religioso y la asfixia que ¨¦ste ejerce contra el pensamiento libre, le falta nervio, le falta capacidad de conmoci¨®n para implicar emocionalmente al espectador en una historia tan terrible, para que la barbarie que observas te remueva, para que el progresivo acorralamiento que sufre esa astr¨®noma atea te toque las entra?as. Estrat¨¦gica o involuntariamente es una pel¨ªcula fr¨ªa. Tu cerebro puede conectar con ella, pero en mi caso no me llega al coraz¨®n. Y lo estoy deseando continuamente, pero no consigue meterme dentro de ella. La observo y la escucho con agrado (aunque se hable demasiado y en alg¨²n momento puedan parecer m¨¢s ret¨®ricas que l¨ªricas las consideraciones sobre el universo). Sin embargo, no engancha y se difumina pronto.
La vi por primera vez en Cannes, con el agobio, el cansancio y las prisas que imponen los festivales, con muchas ganas de que me apasionara. No ocurri¨®. Y quieres convencerte de que a lo peor tienes un mal d¨ªa, que algo importante se te escapa. La reviso cuatro meses despu¨¦s en Madrid y con el metraje original acortado en 20 minutos. Mi sensaci¨®n es la misma. La ambientaci¨®n es notable, no huele a cart¨®n piedra. Est¨¢ muy bien explicado el fanatismo, la metodolog¨ªa siniestra y el hambre de poder del depredador cristianismo, la obsesi¨®n por martirizar al pr¨®jimo de los antiguos acosados, su afici¨®n ancestral a cazar brujas. Aqu¨ª se llama Hypatia, cree en la ciencia y en la filosof¨ªa, ha sido educada en la inmejorable compa?¨ªa de la Biblioteca de Alejandr¨ªa, con la sabidur¨ªa y la racionalidad que ha acumulado la humanidad hasta ese momento. Es sensual y casta (entiendo el mosqueo de Rachel Weisz porque Amen¨¢bar despojara de vida sexual a su personaje), andan l¨®gicamente locos por mujer tan atractiva (aunque en vano) patricios y esclavos, se ha impuesto la obligaci¨®n de dudar de todo lo establecido y tambi¨¦n de lo irrefutable. Supone un peligro para el dogma, para los ciegos y feroces adoradores de dioses.
Est¨¢n bien Rachel Weisz y los actores viejos, encabezados por el siempre excelente Michael Lonsdale. No me creo a los j¨®venes. No me salpica el horror. Es una pel¨ªcula laboriosa y pensada, bien escrita y bien rodada, m¨¢s que digna. Pero no enamora.
Babelia
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