La ca¨ªda del d¨®lar se acelera y provoca alarma en los mercados de divisas
El euro alcanza su m¨¢ximo anual - Varios bancos centrales asi¨¢ticos intervienen para frenar el declive del billete verde - El BCE mantiene los tipos en el 1%
?sta es una crisis mutante, como los peores virus. Los problemas de un peque?o segmento crediticio de EE UU, las subprime, derivaron en el peor hurac¨¢n financiero de las ¨²ltimas d¨¦cadas; y a su vez esa crisis financiera mud¨® de piel para acabar azotando la econom¨ªa real, que a duras penas va saliendo de la peor recesi¨®n desde la posguerra. Una nueva y peligrosa mutaci¨®n est¨¢ a la vista: el d¨®lar acelera su desplome y ayer toc¨® m¨ªnimos en 14 meses con el euro. Amenaza con provocar des¨®rdenes en los ya de por s¨ª vol¨¢tiles mercados de divisas al perder terreno con las principales monedas desde hace medio a?o. La bola de nieve no deja de crecer: varios bancos centrales asi¨¢ticos anunciaron ayer intervenciones para construir diques de contenci¨®n y frenar esa ca¨ªda, en un momento de debilidad de la econom¨ªa estadounidense.
La moneda de EE UU amenaza la recuperaci¨®n del resto de econom¨ªas
No hay crisis financiera que se precie que no haya provocado una grave crisis de divisas. Esa posibilidad est¨¢ lejos, pero la devaluaci¨®n del d¨®lar a?ade incertidumbre a la dolorida econom¨ªa mundial, que apenas ha doblado a¨²n la esquina de la recuperaci¨®n. Hay mucho en juego: el desplome del d¨®lar facilita la salida de la crisis de EE UU, que abarata as¨ª sus exportaciones. Y de retruque complica la del resto de las econom¨ªas, y en especial de las m¨¢s exportadoras.
La dificultad para exportar es la principal raz¨®n que hay tras la oleada de intervenciones de los bancos centrales de Corea del Sur, Malasia, Tailandia, Filipinas y Hong Kong, que ayer compraron d¨®lares -o activos denominados en d¨®lares- para impedir una mayor devaluaci¨®n de la divisa estadounidense, muy peligrosa en pa¨ªses que hacen del sector exterior el motor de sus econom¨ªas. Esos movimientos, a peque?a escala, vienen siendo recurrentes en los mercados de divisas en las ¨²ltimas semanas, pero van a m¨¢s: incluso Jap¨®n, la tercera econom¨ªa del mundo y miembro destacado del ya casi difunto G-7, amenaza con una intervenci¨®n masiva para detener una escalada del yen, en m¨¢ximos de ocho meses respecto al d¨®lar.
"Las intervenciones de bancos centrales no son inhabituales: China y Brasil lo est¨¢n haciendo todos los d¨ªas, al igual que los exportadores de petr¨®leo, para compensar los movimientos del mercado que no les vienen bien. Lo preocupante es si eso empieza a tomar mayor magnitud: es dif¨ªcil ir contra el mercado", explic¨® Pablo Guijarro, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, de Citi, a?adi¨® que esas intervenciones "est¨¢n amortiguando la ca¨ªda de la divisa estadounidense". "Pero la presi¨®n sobre el d¨®lar es muy fuerte. Procede de la propia debilidad de la econom¨ªa estadounidense, de la pol¨ªtica de est¨ªmulo monetario norteamericana y de una fuerza m¨¢s especulativa: los inversores est¨¢n utilizando d¨®lares para endeudarse m¨¢s barato, algo que antes se hac¨ªa con otras monedas", indic¨®.
En una jornada plagada de grandes decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica -el Reino Unido y la zona euro dejaron intactos los tipos de inter¨¦s en el 0,5% y el 1%, respectivamente-, los desarreglos provocados por el d¨®lar acapararon protagonismo: el oro marc¨® un nuevo m¨¢ximo, ya muy por encima de los 1.000 d¨®lares por onza, y el crudo escal¨® hasta los 70 d¨®lares por barril.
Hablar es gratis: los l¨ªderes del G-20 -los pa¨ªses ricos m¨¢s los emergentes- acordaron el mes pasado en Pittsburgh trabajar conjuntamente para resolver los desequilibrios globales, pero pr¨¢cticamente no mencionaron los tipos de cambio, que aparecen como una gran fuente de conflictos.
EE UU, el Reino Unido y en menor medida la zona euro han activado la m¨¢quina de imprimir dinero -compra de deuda p¨²blica y privada-, lo que en la pr¨¢ctica supone una devaluaci¨®n encubierta, mayor cuanto m¨¢s le dan a la m¨¢quina. Los emergentes, que han salido mejor parados de la crisis, siguen acumulando reservas y act¨²an en los mercados a favor de sus monedas, de forma no coordinada. Y en medio de ese mar de fondo, todo sigue aparentemente igual: EE UU no ha abandonado el mantra del "d¨®lar fuerte" pero tampoco se queja de su ca¨ªda. Tambi¨¦n el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, repiti¨® ayer la receta de siempre: "No estamos haciendo campa?a para extender el uso del euro a nivel internacional. Tanto EE UU como Europa consideran que un d¨®lar fuerte va en inter¨¦s de EE UU". Y sin embargo, el d¨®lar actual es cualquier cosa menos fuerte.
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