'Islamofilia' y 'lepenizaci¨®n'
A la vista de la insistencia con que es pronunciada la acusaci¨®n de islamofobia, nuevo fantasma que al parecer recorre Europa con el objeto de echar a pique la maravillosa idea de la alianza de civilizaciones, resulta tal vez ¨²til proponer un ant¨®nimo, islamofilia, para designar a los propagadores de semejante especie. Advirtamos que en Espa?a se localizan preferentemente en c¨ªrculos oficiales, con el refuerzo de aquellos cat¨®licos que se convierten en "propagandistas involuntarios", en nombre de la fraternidad entre religiones. Por supuesto, hay una islamofilia del todo encomiable, consistente en manifestar una estimaci¨®n positiva, e incluso una adhesi¨®n, a los valores del Islam. Desde una perspectiva hist¨®rica, quienes profundizan en el significado de la religaci¨®n entre criatura y Creador expresada en la construcci¨®n teol¨®gica del Cor¨¢n -significado originario de yihad-, o se adentran en el legado intelectual y religioso de Rum¨ª, Averroes o Ibn Jald¨²n, devienen inevitablemente islam¨®filos.
El Consejo de Ministros destina 650.000 euros a la Alianza de Civilizaciones... sustra¨ªdos al Fondo de Ayuda al Desarrollo
Otra cosa bien diferente es asumir desde supuestos intelectuales la posici¨®n del creyente, que tiende a ver en el Islam la expresi¨®n de una Verdad absoluta y al mismo tiempo un basti¨®n siempre asediado por fuerzas enemigas y perversas a las cuales es preciso combatir y derrotar. Este encastillamiento, amparado casi siempre por una invocaci¨®n t¨®pica de Edward Sa?d, hace de la islamofilia un avatar m¨¢s de los planteamientos maniqueos que recorren la historia, cuya finalidad consiste siempre en servir de base a la eliminaci¨®n del otro. En una palabra, legitimar el establecimiento de una Inquisici¨®n que impida, etiquet¨¢ndola de islam¨®foba, toda tentativa de an¨¢lisis cr¨ªtico de las creencias y los usos en el mundo musulm¨¢n, con especial ¨¦nfasis a la hora de deslegitimar el an¨¢lisis de los posibles v¨ªnculos entre sus expresiones antidemocr¨¢ticas y/o violentas -islamismo, yihadismo- y los supuestos doctrinales que ellas mismas proclaman. Lo pudimos observar en estas mismas p¨¢ginas, cuando una arabista propuso una clasificaci¨®n de islam¨®fobos a semejanza de aqu¨¦llas que los reaccionarios decimon¨®nicos elaboraban para detectar francmasones: unos son intelectuales de izquierda con su "humanismo de sal¨®n" que esgrimen "la igualdad entre los sexos", otros "expertos securitarios" carentes de estudios isl¨¢micos, otros "intelectuales islam¨®fobos" que citan el Cor¨¢n sin "saber lo que citan". Ni siquiera le gustan quienes hablan de "un Islam tranquilo opuesto al Islam terrorista", y tampoco "el musulm¨¢n esclarecido" (progresista) que da argumentos a los islam¨®fobos. Encerremos a Al¨¢ en un b¨²nker.
All¨ª donde imperan institucionalmente tales guardianes y vestales, todo pensamiento alternativo es simplemente borrado, incluso como t¨ªtulo en su librer¨ªa. L¨®gica proyecci¨®n de la l¨ªnea negacionista del ministro Moratinos respecto de aquello que pueda afectar a la Alianza, "lengua materna" que Zapatero propone en el vac¨ªo a la ONU. El Ir¨¢n oprimido, y otras opresiones, para el ministro no existen. Entre tanto, el pasado agosto, el Consejo de Ministros destina 650.000 euros a la Alianza de Civilizaciones... sustra¨ªdos al Fondo de Ayuda al Desarrollo.
Esta historia ser¨ªa un esperpento hisp¨¢nico m¨¢s, de no tener repercusiones graves. Ante todo, alzar una cortina de humo entre ese islam(ismo) intocable, y la presencia recurrente de grupos terroristas isl¨¢micos, los cuales por mucho que se empe?an no logran convencer al Gobierno del significado de su concepci¨®n religiosa. Ah¨ª est¨¢ la demostraci¨®n de la testigo del burka, que revel¨® su adscripci¨®n ideol¨®gica se?alando como causa de lo ocurrido a la "ignorancia": para el islamismo radical, ignorancia no es simple desconocimiento, sino yahiliyya, la ignorancia culpable de quienes se oponen al Islam. Consecuencia: la polic¨ªa y la judicatura no bastan; hace falta conocimiento del cuerpo doctrinal del Islam y de la posible deriva hacia el islamismo radical, tanto porque el 11-S, el 11-M y otros actos de megaterrorismo han existido, como para implementar una pol¨ªtica que integre sin reservas a los ciudadanos musulmanes en nuestras sociedades. Y la t¨¢ctica islam¨®fila del avestruz aqu¨ª no sirve.
Adem¨¢s, cerrando el c¨ªrculo, est¨¢ el riesgo de lepenizaci¨®n, de generalizaci¨®n de un racismo maur¨®fobo y de paso antiisl¨¢mico, m¨¢s soterrado que aparente, pero en evidente ascenso, fomentado en vez de combatido por ese blindaje del conocimiento del Islam tal como es, impuesto por los/las voceros de la islamofilia. Es curioso que ¨¦stos se centren en la caza de brujas contra los intelectuales, olvidando la pol¨ªtica y la mentalidad social. Cuando si no separamos convincentemente el trigo de la ciza?a, la esencia de la religi¨®n frente a ulteriores desarrollos marcados por la violencia; si no explicamos la diferencia entre ser musulm¨¢n e islamismo, la reacci¨®n xen¨®foba tendr¨¢ el campo libre, como est¨¢ sucediendo en Italia.
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