Lo que no mata, entretiene
Se aplasta lo que no rima, se esconde lo que no encaja, se enga?a en los mejores versos y la pol¨ªtica exterior re¨²ne a lo mejorcito de cada casa. La guerra no es una guerra, los impuestos son adecuados, la gripe asusta y/o distrae (seg¨²n convenga) y cada mentira es acertada. Berlusconi tiene una carpa en la que cabe cualquiera, y en periodo de recolecci¨®n todos los d¨ªas son feria, se van organizando las labores seg¨²n lo que ahora se lleva, se reparten los r¨ªos, y se pagan favores, se arrima el bot¨ªn a Ferrari, se malvende el Renault, se cambia al piloto, se apuesta distinto y se juega a otra cosa, se cuentan milongas, se revuelve de nuevo el cambalache y lo que no mata ya ni engorda, pero entretiene.
"Nadie tiene ganas de cruzar ese camino hasta las razones de los dem¨¢s"
Exigimos una nobleza que supera nuestras capacidades, nos quejamos de no entender del todo lo que nos dicen sin caer en la cuenta de que tal vez tampoco lo hemos pensado a¨²n lo suficiente. O que tal vez no merezcamos tanto, ni tan largas explicaciones.
Nos sentimos constantemente enga?ados y acumulamos motivos. No hay ya nadie que no comande una justicia. (Eso s¨ª, siempre se trata de una justicia propia e intransferible). Decimos que los ni?os salvajes no heredaron nuestros valores sin recordar siquiera qu¨¦ valores eran esos, ni cu¨¢nto o qu¨¦ exactamente hemos hecho por ellos. Decimos que los ni?os locos no son nuestros y nos quedamos tan anchos. Pero lo cierto es que no hay m¨¢s padres que nosotros. Nos estamos haciendo un traje a medida y nos quejamos de nuestras propias hechuras. Lo que no nos tira de sisa nos sobra de manga y nadie tiene culpa de nada. Somos un universo inocente, todo son castigos injustos, desgracias impuestas, y lo que no es la buena suerte es la suerte que no merecemos. No es de extra?ar que se pongan escuchas y se escondan esp¨ªas aqu¨ª y all¨¢ (y hasta en Camp Bar?a), ser¨ªa formidable saber por fin c¨®mo tanta buena fe ha confeccionado este delicado desastre.
Sin m¨¢cula en la gesti¨®n de lo propio, es evidente que toda la culpa es del contrario, acabemos con ellos entonces. Si el sistema es perfecto y nuestra pericia irreprochable, saquemos del sistema a gorrazos a los ineptos, a los crueles, a los ni?os inconscientes. Sacralicemos una vez m¨¢s nuestra labor y condenemos una vez m¨¢s el torpe trabajo del enemigo. No hay necesidad de consenso cuando s¨®lo una parte se equivoca. No hay nada que aprender porque ya lo sabemos todo. No hacen falta 59 segundos, sobra con 4 para decir TE EQUIVOCAS.
Olvidado otro verano, ya le vemos el color al triste invierno, las razones absolutas se suceden y nadie ve en un conflicto un territorio. Nadie tiene ganas de cruzar ese largu¨ªsimo camino hasta las razones de los dem¨¢s, todo sigue, como siempre, partido en dos.
Van a nacer mil Espa?as distintas y mil ni?os absurdos, dentro y fuera de Pozuelo, mientras nadie se ponga a mirar sin ira y para atr¨¢s y hacia delante lo que nos pasa.
Tampoco hay que preocuparse mucho. Zapatero va a seguir moviendo las manos en¨¦rgicamente alrededor de nada, una nada local, nacional, extranjera y hasta planetaria, y sus contrarios no van a colaborar en un futuro mejor, sino en la construcci¨®n de un pasado inmediato y peor que justifique su presencia.
Por cada fosa levantada habr¨¢ otra inmaculada; detr¨¢s de cada dignidad recuperada, un valle de los ca¨ªdos; detr¨¢s de cada historia, la historia contraria. Por cada insulto en catal¨¢n, otro en perfecto castellano; detr¨¢s de cada vasco, un espa?ol; por cada TDT, otra forma de libertad rentable e inventada, y al final de cada ardua jornada nos quedaremos embobados mirando a la serpiente que se muerde en soledad la cola, o sea, mirando al vac¨ªo.
Y van pasando las horas y van creciendo los ni?os y a¨²n no tenemos gran cosa que ense?arles.
Y en el fondo da igual, porque todo lo que no mata, aunque ya no engorde, entretiene.
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