La herida Chechena
Ya que Ramzan Kadyrov, el joven presidente de Chechenia, es, como todo el mundo sabe, "el gran constructor del mundo", resulta una agradable coincidencia para el visitante extranjero llegar a Grozni un 27 de abril, v¨ªspera del Den stroiteli, "d¨ªa de los constructores", llamado as¨ª para festejar el quinto aniversario del Ministerio de Vivienda. Aquel d¨ªa, Tamir, el joven agregado de prensa checheno encargado de acompa?arnos al fot¨®grafo Thomas Dworzak y a m¨ª, nos hab¨ªa invitado a reunirnos con ¨¦l en el teatro de la ciudad. Nos encontramos de pie en el hall principal de grandes columnas ante un gran piano de cola flanqueado por los retratos de los Kadyrov, padre e hijo, observando la entrada de la nomenclatura chechena, pasando uno tras otro bajo los arcos detectores de metal rodeados de un cord¨®n de fuerzas especiales del Ministerio del Interior (OMON). Los jefes administrativos de los distritos llevan llamativos Rolex de oro y anillos de brillantes. Los ministros, camisas rosa o violeta claro con corbatas en tonos varios, trajes de seda color crema y zapatos de punta de piel de cocodrilo. Muchos lucen pins con la cara de Ramzan, y otros, la Orden de Kadyrov, una medalla de oro acu?ada con el busto de su padre, Akhmad-Khadzhi, sobre una bandera rusa que, vista de cerca, parece hecha con brillantes de colores. Tambi¨¦n son numerosos los que llevan el pes, un gorro de terciopelo con una peque?a borla atada a un cord¨®n. Pregunte a cualquier checheno y le dir¨¢ que se trata del sombrero nacional. Pocos se acuerdan de que, no hace mucho tiempo, lo llevaban ¨²nicamente los viejos del wird souci de los Kounta-Khadzhi, la asociaci¨®n a la que pertenecen los Kadyrov.
Ahora, casi todo el mundo lleva uno, sea cual sea su wird o su tariqat, hasta los inguches. Tamir me presenta a su t¨ªo Olgouzour Abdoulkarimov, ministro de Industria. El presidente del Parlamento checheno, Doukvakha Abdourakhmanov, entra haciendo mucho ruido, sin pararse, moviendo de forma ostentosa el arco de seguridad para saludar a Akhmad Gekhaiev, ministro de Vivienda, cuyo d¨ªa se celebra. Un poco m¨¢s lejos, luciendo el uniforme de la OTAN con boina negra y pistola a la cintura, se encuentra Charip Delimkhanov, hermano de Adam Delimkhanov, que dirige el Neft Polk, un batall¨®n encargado de la seguridad de las instalaciones petrol¨ªferas. El hombre con quien habla, Magomed Kadyrov, hermano del difunto Akhmad-Khadzhi, es una de las pocas personas presentes que no lleva ni traje ni uniforme, tan s¨®lo una sencilla chaqueta y unos vaqueros, de muy buena calidad, sin duda caros e italianos.
Esta semi¨®tica ostentadora del poder checheno podr¨ªa provocar una sonrisa, pero no tiene mucho inter¨¦s, ya que sus c¨®digos son muy precisos: en un mundo en el que a toda costa cada uno quiere ocupar un sitio, se dir¨ªa que cuanto m¨¢s arriba se est¨¢, m¨¢s se permite la informalidad y menos se tiene la obligaci¨®n de exhibirse. Incluso el guardaespaldas encargado de la seguridad juega a este mismo juego: todos sus subordinados pertenecientes al SBP, servicio de seguridad de la presidencia, visten un uniforme negro, nuevo, bien entallado. Lo llevan con una camiseta con un texto en cir¨ªlico que dice ANTITERROR y con una gorra tambi¨¦n negra con la inscripci¨®n TSENTOROI, el pueblo natal de Ramzan. Pero ¨¦l lleva vaqueros, pistola al cinto y un reloj dorado cuya esfera est¨¢ decorada con la bandera chechena. La forma tan sorprendente de actuar de estos hombres es la misma que mostraban los rebeldes chechenos de otro tiempo. Su manera de saludarse, de darse un abrazo, de re¨ªr, hablar, de moverse de un lado a otro, es un baile organizado, pero ostensiblemente informal, que significa que est¨¢n encantados de servir al Gobierno prorruso, encantados de ser, de hecho, unos bur¨®cratas rusos, aunque no estamos en Rusia y ellos no son rusos, sino chechenos.
La propia ceremonia nos traslada directamente de la simbolog¨ªa chechena a la sovi¨¦tica, en versi¨®n posmoderna revisada que roza incluso el surrealismo espont¨¢neo. La enorme sala est¨¢ abarrotada de "voluntarios" reclutados en distintos ministerios y en la universidad. Para hacer la espera m¨¢s agradable, los organizadores han tra¨ªdo de Mosc¨² una girls band. Sus integrantes llevan para la ocasi¨®n un pa?uelo de cabeza encima de sus minifaldas y tocan con sus violines y violonchelos una especie de m¨²sica entre cl¨¢sica y pop. Cuando Kadyrov entra rodeado de un grupo compacto de guardaespaldas y de invitados, la multitud se abalanza a sus pies aplaudiendo, al mismo tiempo que el presentador anuncia solemnemente ante el micr¨®fono: "?El presidente de la Rep¨²blica de Chechenia, h¨¦roe de Rusia, Ramzan Akhmadovitch Kadyrov!".
Una vez que el h¨¦roe de Rusia toma asiento, comienza el espect¨¢culo con un v¨ªdeo que muestra los ¨¦xitos del Ministerio de Vivienda -creado bajo "una de las ¨²ltimas ¨®rdenes firmadas por Akhmad-Khadzhi Kadyrov"-, seguido de un largu¨ªsimo discurso que lee Gekhaiev deprisa y corriendo al mismo tiempo que enumera una lista de ¨¦xitos a modo de informe burocr¨¢tico. Gekhaiev termina el discurso bruscamente y, cambiando inmediatamente de postura y sonriendo bobaliconamente, afirma con tono un tanto molesto: "A lo mejor se est¨¢n preguntando por qu¨¦ he le¨ªdo tan deprisa. Hace un rato tropec¨¦ por casualidad con Ramzan Akhamadovitch, que me pregunt¨®: 'Akhamad, tu discurso ?es largo?'. Y cuando le contest¨¦ que s¨ª, me dijo: 'Entonces, l¨¦elo deprisa". Finalmente, Ramzan Akhmadovitch, "el mejor constructor del mundo", tal como una vez m¨¢s nos recuerda el presentador, sale a escena y agarra el micr¨®fono inal¨¢mbrico. Mientras Gekhaiev y los otros participantes hablan en ruso, Kadyrov lo hace en checheno, con voz profunda y grave acompa?ada de gestos expresivos, suscitando en ciertos momentos con sus chistes tanto risas como aplausos y asestando con brusquedad los fundamentos de su filosof¨ªa: "Si el jefe es bueno, entonces todos son buenos: los colegas y los subordinados". No me siento en condiciones de juzgar su checheno, pero el escritor checheno Guerman Saidoullaev me ha comentado que lo encuentra extremadamente literario y articulado. Aunque otros opinan lo contrario, que es tan limitado como su ruso. Y por citar a un amigo, "no es solamente pobre, sino repleto de grandes faltas tanto en los g¨¦neros como en las declinaciones", algo que yo mismo puedo confirmar. Sea lo que sea, se nota que domina completamente esta grotesca ceremonia ritual, es un aut¨¦ntico animal de la escena, de las masas. Disfruta con todo esto.
[...] Por ¨²ltimo, Doukvakha Abdourakhmanov ofrece una oda "al hombre que est¨¢ siempre al lado de la familia Kadyrov y del pueblo checheno, Vladimir Vladimirovitch Putin. "?Gloria a Putin!", grita en medio de un estruendo de aplausos. Sentado en medio de la multitud, su imagen proyectada sobre una pantalla enorme al fondo de la sala, Ramzan r¨ªe, aplaude, bromea con sus esbirros y manosea su m¨®vil. Back in the USSR...
En su peque?o despacho moscovita, Aleksandr Tcherkassov, uno de los dirigentes de Memorial, la organizaci¨®n de derechos humanos m¨¢s importante de Rusia, me dice: "Chechenia est¨¢ como en 1937 y 1938". "Hemos completado un ambicioso programa de edificaci¨®n, la gente recibe viviendas, hay parques para que los ni?os jueguen, teatros, conciertos, todo est¨¢ bien... y, sin embargo, por la noche, la gente desaparece". Aunque las cifras no tienen parang¨®n, lo que se busca es la ilusi¨®n de una normalidad, es decir, la realidad de una normalidad para todos aquellos a los que el terror no les afecta. Estuve dos semanas en Chechenia, desde finales de abril hasta principios de mayo, y en este art¨ªculo me gustar¨ªa poner el acento en la normalizaci¨®n, en una Chechenia que globalmente est¨¢ mucho mejor que antes, a pesar de los graves problemas. La reconstrucci¨®n es total y real. En lo que respecta al terror, ninguno de mis amigos o miembros de distintas ONG, salvo los de Memorial, que trabajan directamente en los casos de desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales, parec¨ªan muy preocupados. Saben que esto sigue ocurriendo en las monta?as, pero no conocen a ninguna persona directamente afectada. La corrupci¨®n les preocupa y les afecta mucho m¨¢s.
Hablar de normalizaci¨®n ser¨ªa hacerlo de forma real porque no se trata de un problema de hechos, sino de perspectiva, de puntos de vista. Estuve trabajando en Chechenia durante las dos guerras, primero en 1996 y despu¨¦s en 1999, y siempre he mantenido unos contactos muy estrechos. Recuerdo muy bien aquellos a?os cuando la vida de un checheno no val¨ªa un kopek; cuando un hombre pod¨ªa desaparecer, ser torturado y ejecutado solamente porque hab¨ªa cruzado su mirada con la de un soldado ebrio en un control; cuando las chicas violadas eran asesinadas y tiradas igual que se tira un objeto roto; cuando se encontraban los cad¨¢veres de j¨®venes capturados en las zachistki -operaciones de limpieza de los federales-, atados con alambre de espino y quemados vivos; cuando las familias muertas de p¨¢nico corr¨ªan desesperadas para conseguir algunos miles de d¨®lares para rescatar, antes de que fuera demasiado tarde, a sus hombres detenidos o incluso, cuando ya era tarde, gastar ese dinero en recuperar los cad¨¢veres mutilados; cuando los ni?os crec¨ªan en campos de concentraci¨®n sin recibir educaci¨®n y mor¨ªan o quedaban mutilados por una bomba, una mina o un francotirador ocioso; cuando las chakhidki, las viudas negras, se suicidaban con explosivos matando a algunos rusos y lo hac¨ªan no por creencias religiosas, sino por pura desesperaci¨®n, porque ya no quedaba un hombre, ni tampoco un ni?o. La mayor¨ªa de los chechenos no ha olvidado nada, pero es evidente que para ellos todo va "mejor". Y muchos de ellos, incluso los que sienten una gran simpat¨ªa por la independencia, que odian a los rusos y consideran a los Kadyrov unos traidores, est¨¢n dispuestos a conceder cierta confianza a ese "mejor".
Un amigo checheno, a quien llamar¨¦ Vakha, me lo explic¨® con claridad un d¨ªa en un bareto de Grozni mientras tom¨¢bamos un t¨¦ y un plato de manti, una especie de ravioles chechenos: "El padre (Kadyrov) era un hombre aut¨¦ntico. Cuando Chechenia se encontraba en un callej¨®n sin salida, nos mostr¨® la manera de salir. Antes, cada vez que nos acerc¨¢bamos a un control, sent¨ªamos que pod¨ªamos ser asesinados por nada. Dijo a la gente que todo eso hab¨ªa terminado, que no se pod¨ªa asesinar as¨ª como as¨ª". Est¨¢ claro que el hijo est¨¢ orgulloso de poder capitalizar esta percepci¨®n, de congraciarse por haber llevado la paz y la seguridad a Chechenia, de haber encerrado a los federales en sus bases, de haber tomado bajo su propio control las celdas de tortura como la tristemente conocida ORB-2. Y ahora, la violencia y el terror est¨¢n en sus manos, ¨¦l puede hacerlo. En la actualidad, las ¨²nicas celdas de tortura que hay en Chechenia son las suyas. Solamente ¨¦l puede cometer asesinatos. S¨®lo ¨¦l. Ahora que Ramzan elige a sus v¨ªctimas, ya no se matan m¨¢s inocentes en Chechenia. S¨®lo se mata a los chaitani, los diablos y a todos aquellos que los apoyan. En este tercer a?o del reinado de Ramzan, nadie muere si no se lo merece. El jefe lo ha decretado as¨ª.
[...] La extensi¨®n del terror no tiene nada de estalinismo. De los 74 casos de desapariciones, o m¨¢s bien de detenciones, ocurridas entre enero y junio que ha calculado Memorial, 57 fueron liberados, aunque la mayor¨ªa torturados. Cuatro fueron ejecutados y doce "desaparecieron sin noticias", lo que significa que tambi¨¦n fueron asesinados. Diecis¨¦is casos en seis meses. Es una cifra que est¨¢ lejos de los casos de los primeros a?os de guerra e incluso del periodo de Alkhanov. ?Tiene alg¨²n sentido hacer este tipo de comparaciones? Kadyrov acusa de forma regular a Memorial de ver solamente el lado negativo de las cosas, de no querer ver el positivo, la reconstrucci¨®n y el desarrollo. Para Memorial, tanto en Chechenia como en Rusia, donde el r¨¦gimen actual es maestro en el arte de callar a una gran mayor¨ªa matando de forma selectiva y controlando el acceso a una informaci¨®n real, la reconstrucci¨®n y el desarrollo no pueden basarse en los asesinatos, en la tortura y en el terror. Ramzan y su maestro de Mosc¨² saben perfectamente que para mantener el miedo se necesitan solamente unos cuantos casos. En Chechenia, la gente puede odiar a Ramzan en casa y quejarse con los amigos sin correr ning¨²n riesgo. Pero ay de aquellos que se oponen a ¨¦l en p¨²blico y se convierten en sus enemigos, o los que tienen la mala suerte de conocer un poco a alguno de sus enemigos.
[...] El a?o pasado, Natalia Estemirova, una de las principales activistas de Memorial en Grozni, se permiti¨® criticar en la televisi¨®n rusa la pol¨ªtica del velo de Kadyrov. Declar¨® que aunque ella se lo pon¨ªa por respeto cuando visitaba familias en los pueblos, no lo hac¨ªa en los lugares de trabajo, en la Prokuratura o en los ministerios, y que "el Gobierno no tiene que entrometerse en la vida privada de los ciudadanos". Unos d¨ªas despu¨¦s, Ramzan la llam¨® dici¨¦ndole que le hab¨ªa insultado y amenazado. Le solt¨® que le excitaba el pelo sin cubrir y que si lo que pretend¨ªa era excitarle, entonces no era m¨¢s que una puta y no una mujer. Seg¨²n Memorial, a continuaci¨®n le dijo: "Efectivamente, mis manos est¨¢n manchadas de sangre. No me averg¨¹enzo. He asesinado y continuar¨¦ asesinando a las malas personas. Luchamos contra los enemigos de la Rep¨²blica". Al parecer, Natalia Estemirova era una mala persona, un enemigo de la Rep¨²blica. El director de Memorial, Oleg Orlov, a quien conozco un poco, no es de esas personas que pierden los nervios y el sentido de la medida, as¨ª que, cuando le¨ª lo que hab¨ªa escrito el d¨ªa del asesinato, me di cuenta de la rabia y la amargura que le invad¨ªan: "Estoy convencido de a qui¨¦n tenemos que maldecir por la muerte de Natalia Estemirova. Todos conocemos a ese hombre. Se llama Ramzan Kadyrov, presidente de la Rep¨²blica chechena. Consideraba a Natalia su enemigo personal, le hab¨ªa insultado y amenazado. Lo que no sabemos es si ¨¦l personalmente dio la orden o si lo hizo alguien de su entorno m¨¢s pr¨®ximo para complacer al jefe. Aparentemente, el presidente Medvedev est¨¢ contento de tener un asesinato en uno de los territorios de la Federaci¨®n Rusa". En su comunicado, Orlov dice que se siente culpable de esta muerte, pero sabe qui¨¦n es el responsable. Y dice abiertamente lo que todo el mundo sabe: que Ramzan puede ser muchas cosas, pero sobre todo es un asesino.
[...] Parece que el asesinato de Natalia Estemirova ha sido el detonante de una nueva espiral de terror muy peligrosa. El 8 de agosto, en una entrevista a Radio Liberty, Ramzan Kadyrov no par¨® de insultar a Estemirova declarando que ella "jam¨¢s tuvo honor, dignidad o conciencia", a?adiendo, igual que hizo cuando Politkovskaia fue asesinada: "?Por qu¨¦ Kadyrov matar¨ªa a una mujer que nadie necesita?". La respuesta a esta pregunta ret¨®rica es simple: sin personas como ella capaces de informar a un peri¨®dico de las exacciones del r¨¦gimen, la prensa extranjera e incluso la escasa prensa independiente moscovita no tendr¨ªa ning¨²n medio de recibir informaci¨®n fiable sobre Chechenia. Kadyrov ha iniciado tambi¨¦n un pleito de difamaci¨®n contra Orlov que se est¨¢ celebrando en Mosc¨². Todo apunta a que va a ganar, por lo que Memorial aprovechar¨¢ la ocasi¨®n para lanzar informaciones que hab¨ªan guardado bajo llave con el objetivo de proteger a sus colaboradores chechenos. ?stos son los que est¨¢n directamente amenazados: Akhmad Guisaiev, colaboraba con Estemirova en ciertas investigaciones. Entre ellas, la ejecuci¨®n p¨²blica de Rizvan Albekov, as¨ª como en el caso de tortura, mutilaci¨®n y desaparici¨®n de Atchkoi-Martan. Le vigilaron durante varios d¨ªas antes de ser detenido junto a su mujer la tarde del 13 de agosto en un control de seguridad. "Tres compa?eros tuyos han sido asesinados, ?verdad?", le solt¨® uno de los hombres. "?Sabes por qu¨¦?". Memorial sac¨® a Guisaiev de Chechenia, pero otros colaboradores no quieren marcharse a pesar de la decisi¨®n de la direcci¨®n de cerrar las oficinas del C¨¢ucaso por unos meses. "Est¨¢n en estado de alerta y quieren pelear a cara descubierta"; "est¨¢n tan enfadados y se sienten tan culpables por el asesinato de Natalia que abren sus camisas y dicen: 'Venga, dispara'. Ello nos permitir¨¢ responder a nuestra manera. El mismo Orlov, jam¨¢s le hab¨ªa visto as¨ª", me coment¨® una amiga que les conoce bien.
El 10 de agosto, un poco antes del incidente con Guisaiev, dos chechenos que trabajaban en acciones humanitarias, Zerema Sadoulaeva, directora de una peque?a ONG encargada de las pr¨®tesis y la rehabilitaci¨®n de los j¨®venes mutilados, y su marido y colega, Alik Dzhabrailov, fueron asesinados por las fuerzas de seguridad de Kadyrov. Una ma?ana, dos polic¨ªas identificados vinieron a buscar a Alik a su oficina en la ONG. Zerema, embarazada de cuatro o cinco meses y preocupada por su marido, a pesar de que los polic¨ªas afirmaban que se trataba de un control rutinario, insisti¨® en ir con ¨¦l. Unos minutos despu¨¦s, uno de los polic¨ªas volvi¨® a la oficina a coger los tel¨¦fonos m¨®viles y el coche de la pareja. Al d¨ªa siguiente, en un barrio de la periferia, se encontraron los dos cad¨¢veres en el maletero del coche. El cuerpo de Alik mostraba signos de haber sido cruelmente torturado; el de Zerema, una cuchillada poco profunda en la espalda, los dedos de sus manos crispados y pelos bajo las u?as. En cierta forma, estos asesinatos causaron mucha m¨¢s conmoci¨®n entre la peque?a comunidad de defensores de los derechos humanos que trabajan en Chechenia que el de Estemirova. Se sab¨ªa perfectamente por qu¨¦ hab¨ªa sido asesinada. Se hab¨ªa opuesto a Ramzan y ¨¦ste finalmente se deshizo de ella, o al menos dio luz verde a uno de sus esbirros que se hab¨ªa sentido amenazado por sus investigaciones. Pero nada de esto ocurr¨ªa en el caso de Sadoulaeva y Dzhabrailov. La propia Zerema, conocida por todos en Chechenia con el nombre de Rayana, hab¨ªa sido una de las organizadoras de la marcha silenciosa de mujeres que intentaron cruzar Grozni para protestar por el asesinato de Estemirova, pero jam¨¢s se hab¨ªa metido en temas pol¨ªticos o en asuntos peligrosos. Lo ¨²nico que ella y su marido hac¨ªan era ayudar a los j¨®venes y ni?os, por lo que nadie pod¨ªa entender por qu¨¦ hab¨ªan sido asesinados. Sin duda se trataba de una investigaci¨®n operativa rutinaria, una investigaci¨®n totalmente normal. La v¨ªspera de la detenci¨®n, en la zona monta?osa de Vedeno, un combatiente hab¨ªa salido del bosque y hab¨ªa dado dos nombres como precio por su rescate. Uno de ellos fue inmediatamente detenido, pero el otro se escond¨ªa bajo un nombre falso en una direcci¨®n que los hombres de Kadyrov desconoc¨ªan. Sin embargo, Alik s¨ª la conoc¨ªa, y por ello fue detenido. Se resisti¨® mucho antes de dar la informaci¨®n y, al final, le hab¨ªan pegado tanto que trasladarle a un hospital o a su casa era complicado. As¨ª que le mataron igual que se vac¨ªa una papelera. Y a su mujer, quiz¨¢ porque hab¨ªa visto demasiado. Eso es todo.
[...] El principal tema de conversaci¨®n de los habitantes de Grozni es la corrupci¨®n, y no el miedo o la represi¨®n. Una tarde estuve tomando t¨¦ en la habitaci¨®n de mi hotel con un antiguo dirigente independentista, sin duda uno de los hombres m¨¢s inteligentes que han trabajado al lado de Doudaiev y Kaskhadov. Estuvimos hablando sobre todo del fracaso de una Itchkeria independiente. No quer¨ªa hablar mucho de la situaci¨®n actual, pero en un momento dado constat¨® algo terrible: "Nos hemos convertido, ni m¨¢s ni menos, en simples s¨²bditos de la Federaci¨®n Rusa". La corrupci¨®n es una lacra en Rusia entera, "?por qu¨¦ no le iba a afectar tambi¨¦n a Chechenia?". Algunos dicen que, en efecto, aqu¨ª es todav¨ªa peor que all¨¢. En Rusia ha disminuido el otkat, el soborno para obtener contratos, y en general est¨¢ en torno al 20%. Seg¨²n mis informadores, en Chechenia podr¨ªa aumentar hasta el 60%. "La corrupci¨®n siempre ha existido, pero nunca a estos niveles", afirma Moussa, defensor de los derechos humanos. Esta situaci¨®n puede ser un infierno para la gente corriente. "Todo est¨¢ podrido, podrido, podrido", masculla Issa, un amigo checheno.
[...] Hoy d¨ªa, en Grozni, hay que pagar 1.100 d¨®lares para hacerse conductor de marchrourka, los taxis colectivos que Ramzan controla totalmente. Para conseguir un puesto de enfermero, de 1.300 a 2.000 d¨®lares. Y 3.000 para ser bombero. Estas cantidades equivalen a tres o cuatro meses de sueldo. Si se tiene la suerte de conservar el puesto de trabajo, tanto mejor; pero tal como me explica Issa, "los ministerios reciben con regularidad ¨®rdenes de arriba para contratar a quince personas, por lo que hay que echar a otras quince que ya hab¨ªan pagado su puesto. Y as¨ª, los nuevos tambi¨¦n pagan". "Adem¨¢s, hay unos tipos de Tsentoroi que tienen que tener trabajo". Puesto que el reino de Ramzan es en gran medida un pa¨ªs de clanes, me explica una amiga chechena a quien llamar¨¦ A?chate, con decir "soy de Khossi-Yourt [nombre hist¨®rico de Tsentoroi], i vsio, se consigue todo". Vakha, a quien ya he citado antes, es m¨¢s preciso: "Aqu¨ª, Ramzan es el khozia?n, el jefe; si formas parte de su komand, si eres uno de los suyos, entonces todo ir¨¢ bien. Pero ¨¦stos son todos unos beno. Si no eres beno, tienes que estar dispuesto a matar a tu padre y a tu madre para que ¨¦l te acoja". Los beno son sin duda el mayor te?p o clan de Chechenia.
[...] La nueva islamizaci¨®n de Chechenia avanza de forma muy desigual. El alcohol es un ejemplo de ello. Muchos lo beben y se encuentra con facilidad a pesar de los intentos de prohibirlo. [...] Pero son sobre todo las mujeres las v¨ªctimas del "retorno a la tradici¨®n" de Ramzan, de sus siloviki y de sus imanes. "La dictadura est¨¢ basada tambi¨¦n en la humillaci¨®n de las mujeres", declaraba Natalia Estemirova en abril ante la c¨¢mara de Myl¨¨ne Saulois. El velo es obligatorio en todos los edificios p¨²blicos y en la universidad. [...] Ramzan y su entorno predican (y practican) la poligamia, argumentando que tras la guerra hay menos hombres y las mujeres tienen la obligaci¨®n de portarse bien. "Es mejor para una mujer ser la segunda o tercera esposa que ser asesinada (por su mala conducta, claro est¨¢)", declaraba Kadyrov en abril en una entrevista que concedi¨® a Rossiiskaia Gazeta. Unos amigos nos muestran en Grozni los pisos de las numerosas esposas de Ramzan, f¨¢cilmente localizables por los guardias de seguridad y las barreras que bloquean la calle. No parece que las que atraen su inter¨¦s puedan elegir. S¨®lo una, la ganadora de un concurso de belleza que supo resistirse con elegancia advirti¨¦ndole que no se casar¨ªa con ¨¦l hasta que su madre y su primera mujer se lo pidieran. En efecto, la conducta de las mujeres es un asunto que parece obsesionar a Kadyrov.
[...] Una periodista de Novaia Gazeta me cont¨® que en 2005 o 2006, cuando a¨²n era viceprimer ministro, Ramzan acudi¨® a un restaurante moscovita de Praga acompa?ado de Soulim Iamadaiev y de varios oficiales rusos. Un tipo tuvo la brillante idea de invitar a dos prostitutas chechenas para que bailaran delante de los clientes. Al d¨ªa siguiente, las dos chicas fueron encontradas muertas, y la polic¨ªa de Mosc¨² acaba de detener por los asesinatos a un checheno llamado Aslan Diliev, que trabajaba para Iamadaiev antes de haberlo hecho para Ramzan (Issa Iamadaiev le hab¨ªa acusado p¨²blicamente de asesinar a su hermano mayor Rouslan y a sus dos hijas). Para Kadyrov, el derecho a pegar y matar mujeres y ni?as se ha convertido en un argumento para animar a los exiliados chechenos en Occidente a regresar a su pa¨ªs.
[...] Desde que el KTO, el estricto r¨¦gimen ruso de operaci¨®n antiterrorista en Chechenia, fue declarado nulo en abril de 2009, los rebeldes islamistas chechenos est¨¢n de nuevo en activo y desde principios del verano no hay una semana en que no se produzca un atentado y que los federales y las fuerzas de seguridad de Ramzan no sufran p¨¦rdidas. El escenario es notablemente peor en las rep¨²blicas vecinas, en Daghest¨¢n y en Inguchia, pero en Chechenia da la impresi¨®n de que, por primera vez despu¨¦s de algunos a?os, la situaci¨®n se escapa del control de las autoridades. El director de Memorial, Oleg Orlov, me coment¨® antes del asesinato de Natalia Estemirova que cre¨ªa que el aumento de las desapariciones durante este a?o estaba directamente relacionado con la incapacidad de Kadyrov de obtener una victoria total o incluso de encauzar a los j¨®venes hacia la resistencia. Los sucesos acontecidos despu¨¦s no han hecho m¨¢s que confirmar su opini¨®n.
Es evidente que, a pesar de todos los esfuerzos que Ramzan y su r¨¦gimen han desplegado, a pesar de los cargos policiales que han distribuido entre los antiguos comandantes rebeldes y a la promoci¨®n de un islam casi integrista, los j¨®venes contin¨²an yendo al bosque. Mairbek Vatchagaiev cree que es l¨®gico: "Los j¨®venes ven que los wird soufis est¨¢n totalmente a las ¨®rdenes del poder. No son idiotas. Por tanto, se ponen en los brazos de los wahhabis". Les asquea enormemente la arbitrariedad, la corrupci¨®n, el r¨¦gimen de clanes. As¨ª me lo explicaba Oleg Orlov en Mosc¨²: "En la sociedad chechena tradicional -no la idealizo, ni mucho menos- siempre ha habido m¨¢s equilibrio. Ahora s¨®lo hay una fuerza contra la que nadie, ni los viejos, ni los clanes o el teip, puede hacer nada... ?Qui¨¦n puede oponerse cuando un hombre de Kadyrov se lleva a una hija para convertirla en su segunda o tercera esposa?... Est¨¢ claro que una parte de la sociedad no puede aceptarlo y una forma de protestar -no existe casi ninguna otra- es irse con los biieviki". Es un fen¨®meno imposible de cuantificar e incluso dif¨ªcil de cortar. Seg¨²n la escasa informaci¨®n disponible, existe la impresi¨®n de que est¨¢ relativamente localizado sobre todo en los pueblos de los alrededores de Vedeno, centro hist¨®rico de la rebeli¨®n chechena.
Tanto en Mosc¨² como en Grozni, muchas fuentes me han confirmado que en abril de 2008 Kadyrov sobrevivi¨® en su pueblo natal, Tsentoroi, a un intento de asesinato organizado por unos j¨®venes. El asunto ha permanecido en secreto y los detalles no son precisos -se dice que los conspiradores habr¨ªan aprovechado la celebraci¨®n de una boda para acercarse a su objetivo-, pero todas las fuentes confirman que uno de los principales responsables era el hijo de un miembro de la nomenklatura de Ramzan, uno de sus jefes administrativos de distrito llamado Baimouradov. Zolotaia molodiozh, juventud dorada, as¨ª les llama una periodista de Novaia Gazeta. Circulan nuevos rumores sobre otro intento de asesinato durante este verano en Grozni.
[...] Desde la retirada del KTO, el n¨²mero de p¨¦rdidas militares federales -m¨¢s de treinta hombres desde el principio del verano- confirma la idea de una rebeli¨®n que contin¨²a activa. Aparte de Vedeno, se encuentran en una zona localizada y no parecen realmente activos salvo en la zona de la frontera inguche, cerca de las localidades de Bamout y Stari-Atchkhoi, y por supuesto en Inguchia, donde el nivel de violencia es infinitamente superior al de Chechenia. As¨ª, debido a un efecto de vasos comunicantes, los ¨¦xitos rusos contra la resistencia nacionalista chechena no han hecho m¨¢s que desplazar el problema. Y aunque los combatientes islamistas de Chechenia son una fuerza menor, no sucede lo mismo con sus hermanos en armas del Daghest¨¢n o de Inguchia, donde se est¨¢n llevando a cabo ataque diarios contra los miembros de las fuerzas de seguridad, los oficiales del Gobierno e incluso, como en el caso de los inguches, contra los vendedores de alcohol. Los combatientes chechenos ya no son primus intra pares, y desde la muerte de Bassaiev, en el verano de 2006, muchos j¨®venes l¨ªderes y ambiciosos, como el inguche Magas o el kobardo Anzor Astemirov, est¨¢n cuestionando su supremac¨ªa en el seno de la resistencia caucasiana. A principios del mes de junio, los islamistas del Daghest¨¢n asesinaron al ministro del Interior de ese pa¨ªs, un conocido torturador, junto a varios de sus colaboradores, lo que provoc¨® la reacci¨®n furiosa de Medvedev. Al mismo tiempo, en Inguchia, un ex ministro del Interior, un juez de la Corte Suprema, una conocida figura religiosa y un ex primer ministro adjunto corrieron la misma suerte. El 22 de junio, un kamikaze que conduc¨ªa un veh¨ªculo cargado de explosivos intent¨® asesinar al nuevo presidente inguche Younous-Bek, que sobrevivi¨® al atentado quedando gravemente herido. El 17 de agosto, un nuevo atentado con una furgoneta trampa colocada en el cuartel general de la polic¨ªa de Nazran, presuntamente realizado por Sayeed Bouriatsky, el nuevo ide¨®logo de los wahhabis, mataba a 20 personas, entre ellas numerosos ni?os. Toda esta espiral de violencia conlleva una represi¨®n brutal, con sus consabidas torturas, desapariciones y asesinatos, lo que, a su vez, provoca el reclutamiento de islamistas. Pero esto no es todo. Tras el intento de asesinato de Evkourov, Ramzan Kadyrov recibi¨® ¨®rdenes directas de Medvedev de enviar a sus hombres a luchar contra los rebeldes en Inguchia. [...] No parec¨ªa que a principios del oto?o se hubiera detenido el ciclo de violencia. Para el poder ruso, la decisi¨®n de enviar a Kadyrov a resolver el problema de Inguchia es una constataci¨®n de su propio fracaso, una prueba de la incapacidad del Kremlin para extender la "versi¨®n Bariatinski" a otras regiones del C¨¢ucaso y una vuelta a la "estrategia Ermolov" y a un callej¨®n sin salida.
[...] Una de las ¨²ltimas noches que pas¨¦ en Chechenia so?¨¦ con Ramzan. Me encontraba tumbado en un enorme prado verde con una ligera pendiente, rodeado de ¨¢rboles, quiz¨¢ era un parque, y miraba al cielo. Detr¨¢s de m¨ª, sobre mi cabeza, hab¨ªa una gr¨²a azul y roja muy alta como las que hay en los puertos para los contenedores. Ramzan estaba en lo alto, en el extremo de unas vigas horizontales, desde donde tiraba al vac¨ªo, y de dos en dos, hombres atados entre s¨ª, unos vestidos de uniforme y otros de civil. Los ve¨ªa caer al suelo, arremolinarse unos encima de otros y despu¨¦s desaparec¨ªan de mi campo de visi¨®n, pero se estrellaban alrededor de m¨ª causando un ruido sordo que yo escuchaba horrorizado, muerto de miedo. Mientras les ve¨ªa caer pensaba que a¨²n estaban vivos pero estar¨ªan muertos en cuanto tocaran el suelo. Hab¨ªa muchos hombres y Ramzan re¨ªa desde lo alto mientras les ve¨ªa estrellarse. Despu¨¦s, cuando se encontr¨® solo, salt¨® tambi¨¦n, riendo a carcajadas al mismo tiempo que abr¨ªa un paraca¨ªdas que le dejar¨ªa con suavidad en el suelo. Traducci¨®n de Virginia Solans
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