Boris Johnson, la Uni¨®n Europea y otras amenazas
El dirigente 'tory' tiene pocos escollos, pero muy peligrosos
Si el camino de David Cameron hacia el n¨²mero 10 de Downing Street parece libre de obst¨¢culos, su estancia puede ser menos placentera. La recesi¨®n y la deuda p¨²blica generada por los laboristas han ayudado a Cameron a destruir la imagen de eficacia proyectada por Gordon Brown durante 10 a?os al frente del Tesoro. Pero, una vez en el poder, todo eso se puede volver contra los tories.
Primero, porque la fragilidad de las cuentas p¨²blicas impedir¨ªa a un eventual nuevo Gobierno conservador aplicar los recortes de impuestos intr¨ªnsecos a su manera de ver la econom¨ªa y le obligar¨ªa a poner en marcha un programa de recorte de gastos que puede airar a los sindicatos y deteriorar servicios p¨²blicos como sanidad, educaci¨®n y transporte.
Johnson, el alcalde de Londres, es muy popular entre los brit¨¢nicos
Cameron ha forzado a sus eurodiputados a arremeter contra el Tratado de Lisboa
George Osborne aspira a dirigir la econom¨ªa brit¨¢nica a partir de 2010
Y, segundo, porque una vez en el poder el problema de la deuda se ver¨¢ desde otra ¨®ptica. Los tories podr¨ªan acusar al laborismo de haber despilfarrado el dinero y fracasado en la reforma de los servicios p¨²blicos, pero ya no podr¨ªan negar que esas inversiones eran imprescindibles dado el nivel de deterioro que sufr¨ªan los servicios p¨²blicos cuando los laboristas llegaron al poder en 1997.
Aunque sin punto de comparaci¨®n con la rivalidad que enfrent¨® a Blair y a Brown, Cameron puede tener un problema semejante con George Osborne, aspirante a ministro del Tesoro y canciller del Exchequer. Aunque mal visto por la City por su inoperancia durante la crisis financiera, Osborne alberga enormes ambiciones. M¨¢s derechista que Cameron, con quien comparte cuna aristocr¨¢tica y militancia universitaria en el elitista Bullingdon Club, Osborne es potencialmente un hombre m¨¢s pr¨®ximo que Cameron al tory medio.
Otro miembro del Bullingdon Club y un pol¨ªtico tan ambicioso como Osborne pero much¨ªsimo m¨¢s popular entre los tories y entre los brit¨¢nicos es el pintoresco Boris Johnson. Aunque no siempre es f¨¢cil entender lo que dice, su popularidad le convierte en un peligroso rival para Cameron en momentos de crisis.
Se dice que Cameron lo ha sabido siempre y que por eso le catapult¨® a la alcald¨ªa de Londres, un cargo que le oblig¨® a dejar el esca?o en los Comunes y renunciar as¨ª, de momento, a la pol¨ªtica nacional. La alcald¨ªa es a su vez una excelente posici¨®n para proyectar su imagen? o para destruirla, seg¨²n sea su gesti¨®n.
La semana pasada, Johnson contribuy¨® a reabrir el eterno debate de los tories sobre Europa al decantarse a favor de un refer¨¦ndum sobre el Tratado de Lisboa, tanto si est¨¢ en vigor como si no, cuado lleguen los conservadores al poder.
La rapidez con que prendi¨® esa mecha es una prueba de que Europa sigue siendo el tal¨®n de Aquiles de los tories. A pesar de que el federalismo est¨¢ en horas bajas en el continente, de que Tony Blair y Gordon Brown renunciaron al euro a las primeras de cambio, izaron la Union Jack en cada negociaci¨®n con Bruselas y han favorecido la pol¨ªtica de diluir la Europa pol¨ªtica extendiendo sus fronteras, la gran mayor¨ªa de los conservadores siguen sufriendo ataques de nervios ante la sola menci¨®n de la palabra Europa.
A pesar de que el sector pro europeo del partido est¨¢ mudo y seguir¨¢ est¨¢ndolo hasta que lleguen al poder, David Cameron ha sembrado la semilla de la discordia al obligar a sus eurodiputados a abandonar el Partido Popular Europeo y al mantener una beligerancia contra el Tratado de Lisboa que puede acabar desestabilizando al partido y provocando una profunda crisis entre Reino Unido y sus socios comunitarios.
Esa obsesi¨®n por Europa tiene una visceralidad que llama la atenci¨®n, teniendo en cuenta el supuesto pragmatismo de los brit¨¢nicos. "Este Tratado de Lisboa es la cosa m¨¢s diab¨®lica que vosotros? que los europeos pueden so?ar. Si est¨¢n tan orgullosos, ?por qu¨¦ no lo imprimen en ingl¨¦s clarito para que todos podamos entender lo que significa? Si intentas leerlo te da dolor de cabeza. Pero sabemos lo que esconde en sus ra¨ªces: es antidemocr¨¢tico y err¨®neo", se revuelve, s¨²bitamente enfurru?ado, Jeffrey Ware.
Dos minutos antes, este concejal conservador de Norfolk era un venerable anciano que le¨ªa el Telegraph en los pasillos de la conferencia conservadora en Manchester, se declaraba profundamente centrista y admit¨ªa que, aunque ¨¦l preferir¨ªa que Reino Unido no estuviera en la UE, "ya que estamos tenemos que ser buenos europeos y llevarnos lo mejor que podamos con Europa". A saber qu¨¦ entender¨¢ por llevarse mal.
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