La soledad de 'el mu?idor'

Est¨¢ cabreado. Cree que no le han protegido lo suficiente, que le han dejado solo, cuentan los que han hablado con ¨¦l. A los plenos ha seguido yendo con resignaci¨®n. Cuando se sienta en su butaca, lejos del mullido esca?o de consejero en el que un d¨ªa pudo reclinarse, se distrae ahora como puede con el m¨®vil y no habla con casi nadie. A veces comenta algo con su vecino, el ex consejero de Interior Alfredo Prada. Pero desde que Esperanza Aguirre le destituy¨® de su cargo al frente de Deportes, nadie quiere aparecer en una sola foto con ¨¦l. Muchos, y especialmente todos los consejeros, est¨¢n que se suben por las paredes con Alberto L¨®pez Viejo, hoy ya ex compa?ero de partido e imputado en el caso G¨¹rtel por el presunto cobro de comisiones a cambio de adjudicar contratos a la trama corrupta. Est¨¢ acusado de cohecho, tr¨¢fico de influencias, fraude fiscal, asociaci¨®n il¨ªcita y falsedad documental.

En la ¨²ltima campa?a controlaba las luces y el sonido de los m¨ªtines de Aguirre

L¨®pez Viejo recibi¨® sobornos por valor de 536.000 euros de la trama

Las empresas de la trama montaron el cumplea?os de su hija

El 9 de febrero, Esperanza Aguirre le dej¨® caer. Pero s¨®lo un poco. El caso G¨¹rtel explotaba en las narices de su consejero de Deportes y hombre de confianza. Y pese a que ella siempre le hab¨ªa defendido, ten¨ªa que soltar lastre. Tuvo que destituirlo, pero conserv¨® su esca?o junto a los suyos en el Grupo Popular. Desde entonces nada de gui?os o de bromas con Aguirre. Atr¨¢s qued¨® la camarader¨ªa, la confianza.

Ocho meses despu¨¦s, el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, ha levantado parcialmente el secreto de sumario y le ha vuelto a dejar al descubierto. "Alberto L¨®pez Viejo es el mu?idor de toda la operativa" dice Pablo Crespo, el lugarteniente de la trama en una de las grabaciones que contienen los primeros 17.000 folios del documento. "Cobraba comisiones", le cuenta al juez Felisa Isabel Jord¨¢n, contable de varias empresas de la red corrupta. El jueves por la ma?ana Aguirre le pidi¨® a ¨¦l y a los otros dos diputados imputados (Alfonso Bosch y Benjam¨ªn Mart¨ªn Vasco) que dejaran su esca?o. Ninguno de los tres lo har¨¢. Pero abandonar¨¢n el Grupo Popular en la Asamblea. Algunos dicen que L¨®pez Viejo ha avisado de que ese tr¨¢nsito hacia el repudio puede arrastrar a otros.

El viernes, al tel¨¦fono, estaba tranquilo. Pero rehus¨® hacer declaraciones y se ci?¨® al escrito firmado junto a los otros dos diputados expulsados en el que renuncia a formar parte de un grupo mixto en la Asamblea y del que se desprende que seguir¨¢n siendo diputados. "Seguir¨¦ acudiendo como un diputado m¨¢s en cumplimiento de mis obligaciones", se?al¨®. ?stas incluyen, b¨¢sicamente, acudir los jueves al pleno y votar. Por ello percibir¨¢ 3.808 euros mensuales, un ordenador port¨¢til, un m¨®vil y descuentos en el transporte. Y eso que ha renunciado a los privilegios que le da estar en el grupo mixto. Podr¨ªa duplicar su sueldo. Mientras tanto, dedicar¨¢ el resto de tiempo a preparar su defensa. En silencio pero mascullando la humillaci¨®n.

Lo suyo siempre fue el estruendo. Que sonara su nombre, que se hablara de ¨¦l, y si era bien, mejor. En el Ayuntamiento de Madrid (1999-2003) entr¨® a ritmo de rock, el de la banda que utiliz¨® para presentar los nuevos veh¨ªculos del Selur, el cuerpo de limpieza que se hizo a medida de lo que cre¨ªa que merec¨ªa la concejal¨ªa que dirig¨ªa. Y a la Comunidad, lleg¨® en 2003 cuando sonaban los compases de la m¨²sica de mitin de la campa?a electoral de Esperanza Aguirre, de la que fue principal escen¨®grafo. Controlaba cada detalle de los actos p¨²blicos de Aguirre. Durante la ¨²ltima campa?a electoral, en 2007, era habitual verle comprobando el sonido o las luces del escenario durante los m¨ªtines.

Lo de Alberto L¨®pez-Viejo, imputado en el caso G¨¹rtel y principal contacto de la trama en la Comunidad, recuerda una compa?era del partido, "fue siempre el pinganillo, estar en los saraos y colocar a la gente de las primeras filas". Por eso, el ex consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, principal enlace de la trama corrupta en el Gobierno regional, entr¨® en contacto con Francisco Correa.

Miembro del clan de Becerril, un grupo de cachorros del PP en la ¨¦poca de Aznar que ocup¨® cargos en el partido, amigo de Alejandro Agag y de los asiduos a la discoteca Gabana, consigui¨® hacerse un nombre en el partido y organizar los actos del PP nacional. Aterriz¨® en el Ayuntamiento de la capital de la mano de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano y fue un pol¨¦mico concejal de limpieza (se?alado por el interventor por irregularidades en las contrataciones, adjudicaciones a dedo y superposici¨®n de contratos). Cuando Alberto Ruiz-Gallard¨®n lleg¨® a la capital, lo apart¨® de inmediato.

Esperanza Aguirre lo acogi¨® en sus brazos. Lo puso a prueba primero y confi¨® en ¨¦l luego. As¨ª, se convirti¨® en el ni?o mimado de la presidenta regional durante los a?os que estuvo en la Asamblea. Su nombramiento como consejero de Deportes se encontr¨® con la oposici¨®n del todopoderoso Ignacio Gonz¨¢lez. El vicepresidente regional ya consigui¨® frenar su fulgurante ascensi¨®n en 2003, pero cuatro a?os m¨¢s tarde la presidenta no pudo negarle a su hombre de confianza el cargo que le hab¨ªa prometido.

L¨®pez Viejo recibi¨® sobornos por valor de 536.000 euros de la trama, seg¨²n el sumario. Mientras Aguirre se negaba a creer todas las acusaciones que le llegaban sobre el hombre que controlaba su agenda, en la caja B de la red corrupta hab¨ªa una carpeta con su nombre donde se apuntaban cuidadosamente todos los pagos que recib¨ªa a cambio de contratos p¨²blicos. No s¨®lo dinero. Tambi¨¦n recibi¨® favores. Las empresas de la trama le organizaron el cumplea?os de su hija, seg¨²n revela el sumario.

En 2005 la revista Intervi¨² public¨® un reportaje sobre la trama. Y ella le llam¨® a su despacho.

-No quiero un solo contrato m¨¢s con Special Events.

-Te lo juro, presidenta. Ni uno m¨¢s. No tienes que preocuparte.

As¨ª, m¨¢s o menos, fue la conversaci¨®n que tuvieron Aguirre y su hasta entonces protegido, seg¨²n asistentes y la propia presidenta. Ella le crey¨®. Y ¨¦l, en cierto modo, no minti¨®. S¨®lo que se dedic¨® a contratar a empresas tapaderas de la misma red, pero con otro nombre. Ah¨ª aparecen en la contabilidad regional apuntes a favor de sociedades como Easy Concept, Servimadrid Integral o Dise?o Asim¨¦trico, todas pertenecientes al entorno de Correa.

Hasta 358 veces entre 2004 y 2008. Muchas veces llegando a trocear los contratos para que no excediesen los 12.000 euros y poder eludir el concurso p¨²blico.

"Era un tipo encantador, siempre cordial, de muy buen humor, no pon¨ªa pegas a nada", recuerda una colaboradora de la presidenta. Durante esa ¨¦poca acud¨ªa puntualmente a las reuniones de agenda de los lunes, al selecto grupo de maitines (s¨®lo estaban invitados el vicepresidente, el portavoz del grupo, la presidenta de la Asamblea y la jefa de comunicaci¨®n) que serv¨ªan para planificar la semana con Esperanza Aguirre. Era, en suma, un tipo de confianza al que le gustaba "el buen rollo" y que hablaba con todo el mundo. Un conseguidor. El hombre que quer¨ªa organizarlo todo.

Hoy ya no. Est¨¢ solo. Quiz¨¢ hable con su amigo, antiguo compa?ero de escenograf¨ªas electorales y tambi¨¦n imputado por el caso G¨¹rtel, Alfonso Bosch. Poco m¨¢s. Est¨¢ solo y se siente abandonado. Le han echado, no le quieren...

Como suele pasar, muchos ahora lo ve¨ªan venir. Nadie dijo nada entonces. Cuando pintaba algo todos le ofrec¨ªan su sonrisa. "No s¨¦ cu¨¢nto aguantar¨¢n estos tres. Quiz¨¢ Alberto m¨¢s. Pero es muy dura la presi¨®n que tendr¨¢n que soportar si no renuncian al acta de diputado", observa una compa?era de bancada. Esa que ahora le rechaza.

"Es desesperante que la mayor¨ªa trabajemos 14 horas para ganarnos nuestro sueldo honestamente y luego vengan cuatro espabilados, se lo lleven crudo y parezca que todos somos as¨ª", critica una diputada popular muy molesta con la situaci¨®n. ?se es el sentir de muchos. De los que efectivamente, nunca metieron la mano en la caja. De los mismos, tambi¨¦n, que no se sorprendieron cuando esta semana leyeron el sumario. El nombre de L¨®pez Viejo aparece demasiadas veces.