Nueve meses de contradicciones para Esperanza Aguirre

No hay nada como gestionar bien la imagen. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, es especialista en manejar los tiempos y en transmitir la apariencia de que lo tiene todo controlado. ?sa es la impresi¨®n que ha dejado tras gestionar la crisis del G¨¹rtel. Aguirre ha conseguido aparecer como una pol¨ªtica con determinaci¨®n y autoridad al expulsar de forma fulminante a los pol¨ªticos imputados del PP. Ella es la jefa del partido en la regi¨®n y quien ha dado la orden. Pero detr¨¢s de toda esa representaci¨®n se esconden varias contradicciones.

La primera es que la presidenta conoc¨ªa que algo no iba bien. Que hab¨ªa una red de empresas que ten¨ªa la ambici¨®n de hacerse con el favor de la Comunidad de Madrid para hacer negocios sucios. En 2005, una revista public¨® el supuesto trato de favor de una empresa con algunas administraciones del PP. Aguirre pregunta a su viceconsejero y le ordena que no vuelva a contratar con esa empresa. Su confianza en L¨®pez Viejo le lleva a ignorar el problema. Aguirre no s¨®lo no lo cuestiona, sino que poco despu¨¦s lo convierte en consejero de Deportes.

Reclama presunci¨®n de inocencia, pero ya ha expulsado a sus diputados

Exhibe una imagen de determinaci¨®n pero tard¨® en revisar los contratos

Dos a?os m¨¢s tarde, en 2007, un grupo de funcionarios de Boadilla del Monte y M¨®stoles env¨ªa una carta a G¨¦nova, sede del PP, dirigida a la presidenta regional. En la misiva, incluida en el sumario, le advierten de supuestas irregularidades en el Ayuntamiento de Boadilla. Aguirre da la carta por no recibida.

Cuando el 6 de febrero estalla el caso G¨¹rtel, la presidenta regional no hace caso de los indicios que se?alan a su hombre de confianza, el que le organiza todos los actos, como uno de los principales personajes de la trama corrupta. Tres d¨ªas despu¨¦s lo destituye, pero lo presenta como una dimisi¨®n. Y le agradece su suicidio pol¨ªtico de la siguiente forma: "Quiero agradecer a Alberto L¨®pez Viejo su generosidad al dimitir para que los que est¨¢n impulsando la campa?a de desprestigio contra el PP no puedan relacionar la investigaci¨®n con la actividad de la Comunidad de Madrid". El objetivo era lanzar la idea de que todo era un montaje contra el PP. El objetivo era sembrar dudas.

Por eso tard¨® m¨¢s de cuatro meses en revisar todos los contratos de la trama corrupta en la Asamblea de Madrid. Cuando lo hizo, el pasado junio, s¨®lo explic¨® los expedientes tramitados durante la presente legislatura. El Gobierno de Aguirre olvid¨® que todo comenz¨® en 2004, cuando L¨®pez Viejo cobr¨® poder. El consejero de Econom¨ªa y Hacienda, Antonio Beteta, afirm¨® que s¨®lo se suscribieron 183 contratos por 2,3 millones de euros. El sumario del caso hecho p¨²blico esta semana arroja otra cifra: 358 contratos por m¨¢s de tres millones de euros.

Durante todo este tiempo la presidenta ha defendido la legalidad de los contratos. A pesar de aceptar la dimisi¨®n de L¨®pez Viejo, de ordenar la destituci¨®n de Benjam¨ªn Mart¨ªn Vasco como portavoz adjunto de la Asamblea, y arrinconar a Alfonso Bosch en el Parlamento regional. Aguirre tambi¨¦n forz¨® la renuncia de los ex alcaldes implicados, el de Boadilla, Arganda, Pozuelo y Majadahonda. Pero intent¨® desviar la atenci¨®n sobre el origen de esa decisi¨®n. Todos los cargos p¨²blicos imputados fueron suspendidos de militancia en el PP. La contundencia de Aguirre combina mal con su defensa de los actos. Su argumento es que hay que respetar la presunci¨®n de inocencia. Una presunci¨®n que se olvida cuando el jueves expuls¨® a los diputados de la bancada popular en la Asamblea.