Las v¨ªctimas de abusos sexuales en la infancia evitan comunicarlo
S¨®lo el 30% lo cont¨® en su d¨ªa a sus familiares
Verg¨¹enza, culpa y miedo. Son los tres muros que se alzan ante las mujeres que han sufrido abusos sexuales en la infancia y adolescencia cuando quieren compartir su experiencia con familiares o amigos. S¨®lo una de cada tres vence esos obst¨¢culos, seg¨²n un estudio elaborado por 24 psic¨®logas del Programa de Atenci¨®n a la Salud Sexual y Reproductiva (PASSIR) que entrevistaron a 1.015 mujeres, de las que 365 hab¨ªan sufrido abusos. Lourdes Lopetegui, una de las autoras del an¨¢lisis, dice que la mayor¨ªa de ni?as que pasan por ese calvario "se sienten responsables y temen que no se las crea o se las juzguen negativamente". Muchas tienen el recuerdo dormido: el 30% de las mujeres que en la entrevista confes¨® haber sufrido abusos lo cont¨® en su d¨ªa a familiares, amigos o psic¨®logos.
Una de cada tres mujeres sufri¨® en la ni?ez esa agresi¨®n
Las que optan por guardarse el secreto se sienten indefensas y callan por miedo a represalias. "Muchas veces el abusador amenaza a la v¨ªctima con actos agresivos y la avisa de que, si confiesa, puede causar problemas en la familia, como la separaci¨®n de sus padres", dice Lopetegui. "Ese temor al desequilibrio familiar unido al miedo de ser consideradas responsables del abuso" amedrenta a las j¨®venes. Las v¨ªctimas prev¨¦n una reacci¨®n negativa de su familia y lo cierto es que s¨®lo la mitad de las que revel¨® su experiencia recibi¨® apoyo. Una de cada cinco fue culpabilizada del abuso y el resto recibi¨® indiferencia. "Algunas familias lo aceptan, pero otras se convencen de que no es grave, y que es mejor olvidar", cuenta Lopetegui. El 33% de las madres de las v¨ªctimas reaccion¨® de esa forma.
Tres de cada cuatro v¨ªctimas menores de 13 a?os recurren a sus madres. Y reciben m¨¢s apoyo a esa edad que en la adolescencia. "Una ni?a no tiene la capacidad de mentir sobre esos temas. Y la madre, a¨²n muy ligada emocionalmente a su hija, se siente obligada a responder contundentemente", sostiene la Lopetegui.El estudio, elaborado con la colaboraci¨®n del Instituto de Investigaci¨®n en Atenci¨®n Primaria Jordi Gol, coincide con las conclusiones de otros trabajos americanos que subrayan que la madre cree m¨¢s a la hija cuando el agresor es el padre biol¨®gico o un familiar pr¨®ximo -el 75% de los abusos estudiados por las psic¨®logas- que cuando se trata de su nueva pareja. "A una mujer que ya ha roto una relaci¨®n le cuesta m¨¢s aceptar el abuso en su nueva familia. Admitirlo supondr¨ªa otro fracaso y por eso lo niega, es una forma de proyectar su culpa", arguye Lopetegui. Ante una confesi¨®n, la madre busca f¨®rmulas para sentirse inocente. Por ejemplo, le cuesta m¨¢s creer la acusaci¨®n si est¨¢ en casa durante los hechos. Su presencia la hace, en cierto modo, c¨®mplice con el agresor y por eso prefiere cerrar los ojos.
Los amigos cobran protagonismo en la confesi¨®n de los abusos entrada la adolescencia. Las mujeres entrevistadas que explicaron su historia cumplidos los 13 a?os lo hicieron, en igual porcentaje, a madres que a amigos. "En la adolescencia, los abusos suelen ser m¨¢s graves y las j¨®venes que los sufren", apunta Lopetegui, "son consideradas a veces incitadoras". S¨®lo el 10% de las mujeres que revel¨® su experiencia escogi¨® a psicol¨®gicos o terapeutas como confidentes. La ocultaci¨®n de los hechos hace disminuir la confianza de la v¨ªctima e incrementa su culpa. "La joven sufre fuertes sentimientos negativos, no s¨®lo hacia el agresor, sino hacia s¨ª misma por no haber sabido defenderse".
Rescatar del olvido estas historias y atender a las v¨ªctimas de la mejor manera posible es el objetivo de las psic¨®logas del PASSIR. El equipo de investigaci¨®n, dirigido por S¨ªlvia L¨®pez, insiste en que el abuso sexual en la infancia es "un problema social y de salud p¨²blica que tiene repercusiones en la vida y la salud f¨ªsica y mental de muchas mujeres a corto, medio y largo plazo". Detectarlos a tiempo y tratarlos profesionalmente, dicen, evitar¨ªa desigualdades y contribuir¨ªa a la "prevenci¨®n primaria de la violencia machista".
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Las cifras del estudio
- 1.015 mujeres que se tratan en el Programa de Atenci¨®n Sexual y Reproductiva participaron en el estudio.
- Procedencia. El 34,2% de las nacidas en Catalu?a relat¨® haber sufrido abusos sexuales en la infancia. El porcentaje aumentaba hasta el 60,5% entre las que proced¨ªan de Latinoam¨¦rica.
- Secreto. S¨®lo el 34,4% de las v¨ªctimas lo c0nt¨®. De las que lo hicieron, el 63,5% acudi¨® a su madre, el 28,8% a amigos y el 9,6% a profesionales. Al 18,2% le culparon de lo sucedido.
- M¨¢s malos tratos. El 21,8% de las v¨ªctimas dijo que ha vuelto a sufrir agresiones sexuales posteriormente. El porcentaje entre las que no padecieron se reduce al 8,3%.
- Condustas de riesgo. Mientras que el 38,3% de las mujeres v¨ªctimas de abusos se ha expuesto alguna vez a contagios por no usar el preservativo, s¨®lo el 23,9% de las que no sufrieron ha corrido ese riesgo alguna vez en su vida
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