Un cuartel aislado en Dos Hermanas
La tensi¨®n domina la relaci¨®n de los vecinos de Los Montecillos con la Guardia Civil
El muro es de cemento y tiene unos tres metros de altura. Pero el odio se salta sin problemas la tapia de este cuartel de la Guardia Civil de Dos Hermanas (Sevilla). Las piedras tambi¨¦n pasan sin dificultad.
El s¨¢bado volvi¨® a ocurrir. Desde el otro lado del muro, desde la barriada de Los Montecillos, se lanzaron las piedras hacia la casa cuartel. Y un peque?o grupo de guardias sali¨® para pedir explicaciones. Dos de los agentes han acabado en el hospital. Varias decenas de vecinos de Los Montecillos presuntamente les agredieron con palos y armas blancas.
El muro de cemento se levant¨® hace un a?o. Antes hab¨ªa un seto. "Lo pusieron porque tiraban piedras y part¨ªan los cristales de los coches", dice una vecina del bloque que est¨¢ junto a la tapia. El techo de uralita del aparcamiento del cuartel est¨¢ lleno de cantos, c¨¢maras de bicicleta y litronas vac¨ªas.
Esta vecina, que prefiere no dar su nombre, lleva 13 a?os viviendo ah¨ª. "Y maldita sea la hora en la que nos dieron el piso aqu¨ª (...) Ojal¨¢ tuviera dinero para irme". Algunos de los edificios de Los Montecillos no son m¨¢s que viviendas normales de trabajadores. Pero otros est¨¢n desvencijados. En el portal de uno de estos bloques una vecina ha colgado un cartel en el que anuncia que ha llegado el recibo del agua. Implora al resto que pague su parte. En otro de los edificios la bienvenida la da un grafiti de un tipo con un porro en la boca.
"Alguna vez que otra los ni?os tiran piedras", reconoce Jos¨¦. Tiene 25 a?os y hace seis que vive pegado al cuartel. Su versi¨®n de lo que sucedi¨® el s¨¢bado por la tarde es distinta a la que ha ofrecido la Guardia Civil. Dice que los cuatro o cinco agentes que llegaron primero lo hicieron a empellones y provocando. "Iban de paisano y no se identificaron", a?ade. El cuartel hab¨ªa estado toda la tarde celebrando la v¨ªspera de su patrona. Seg¨²n un portavoz de este cuerpo, "les llevaban tirando piedras desde las seis de la tarde". La trifulca comenz¨® sobre las 20.30.
No es la primera vez que salta la chispa entre los agentes y algunos vecinos. Seg¨²n la Guardia Civil, cuando han tenido que entrar en algunas zonas de la barriada los han recibido lanzando objetos. "Suele ser habitual que nos tiren piedras", dice uno de agentes del acuartelamiento, donde trabajan guardias dedicados a labores de tr¨¢fico y del Seprona, no de seguridad ciudadana.
El muro, que est¨¢ coronado por dos hileras de alambre de espino, no s¨®lo separa los bloques de la casa cuartel. Tambi¨¦n separa dos mundos que no tienen relaci¨®n alguna. "Nos decimos hola y adi¨®s y poco m¨¢s. Somos distintos, ellos tienen trabajo fijo, nosotros tenemos trabajos temporales y vivimos tirando", dice Jos¨¦.
"Ellos no salen del cuartel, s¨®lo van al supermercado", detalla otra vecina. "No tienen relaci¨®n con el barrio. El cuartel es como si fuese una isla en medio del oc¨¦ano", a?ade.
Manolo, otro de los j¨®venes de los bloques, no teme las consecuencias de lo que ocurri¨® el s¨¢bado por la tarde: "Cada seis meses hacen un registro, ahora lo har¨¢n cada dos".
Por su parte, la Guardia Civil anuncia que habr¨¢ detenciones. Este cuerpo de seguridad afirma que est¨¢n identificados entre cuatro y cinco personas y que, tarde o temprano, ser¨¢n localizadas y detenidas.
La trifulca
- Los agentes celebraban el s¨¢bado la v¨ªspera de su patrona. Seg¨²n la Guardia Civil, las piedras empezaron a caer sobre el cuartel a las 18.00. Los vecinos dicen que las lanzaron unos cr¨ªos.
- A las 20.30, entre 4 y 5 agentes salieron a pedir explicaciones. Uno se qued¨® rezagado y recibi¨® un golpe en la cabeza. Otro que acudi¨® a ayudarle tambi¨¦n fue herido. Ayer operaron a uno de los agentes. Se espera que ambos reciban el alta en unos d¨ªas. Tras la agresi¨®n, varias decenas de polic¨ªas y guardias entraron el s¨¢bado en la barriada.
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