Las sardinas de REM
Un relato de los caprichos de los rockeros cuando visitan Madrid
Llegan a Madrid, act¨²an y se marchan. La mayor¨ªa de las veces las estrellas de pop aterrizan con la agenda muy apretada. Pero siempre quedan algunos minutos para hacer turismo. ?ste es un recorrido por algunas an¨¦cdotas que han protagonizado.
- Michael, el gourmet. Los rockeros ya no son tipos con el est¨®mago de hierro, capaz de soportar cualquier rancho. Abundan los paladares exquisitos, como el de Michael Stipe, jefe de REM. Su restaurante predilecto cuando visita Madrid es el Sergi Arola Gastro, de Sergi Arola. "Michael es un gourmet encantador. A pesar de lo que dice la gente no es vegetariano. Su plato preferido son las sardinas. Alucina", informa Arola. Tambi¨¦n pasan por sus fogones Tom Waits, Lou Reed ("un experto en vinos") o Franz Ferdinand.
James Hetfield se llev¨® un jam¨®n serrano en la funda de la guitarra
- Scott lo huele todo. Muy mal se lo hizo pasar Mike Scott, l¨ªder de Waterboys, a los miembros de su discogr¨¢fica madrile?a. Su problema es de olores. As¨ª lo explica la persona que lo sufri¨®: "Entr¨® en el hall del hotel, se puso en cuclillas y oli¨® el suelo. Claro, todo el mundo alucinaba. Y dijo: 'Lo acaban de barnizar. No me gusta". Esta misma operaci¨®n la repiti¨® en cinco hoteles, con frases como: "Demasiada lej¨ªa" o "no est¨¢ lo suficientemente limpio". Para alivio de sus acompa?antes, al sexto hotel no puso objeci¨®n.
- Extra?as ostras para Cranberries. Dolores O'Riordan es la estrella de Cranberries y una mujer dif¨ªcil de satisfacer en asuntos gastron¨®micos. Come poco y casi nada le gusta. La carta del lujoso Asador Front¨®n no le suger¨ªa gran cosa. Hasta que vio unas ostras. Las pidi¨® y el camarero se confundi¨® y le puso en la mesa unas navajas. La estrella ni se enter¨®: "En Irlanda las ostras son redondas. ?stas son distintas, ?no? Pero est¨¢n exquisitas".
- Los Ramones fuman negro. La frase no pod¨ªa ser m¨¢s amenazadora: "O me traen lo que he pedido o no salgo a tocar". Cinco mil personas chillaban impacientes en el Pabell¨®n del Real Madrid atiborrado esperando a los Ramones. Pero el mensaje del bajista, Dee Dee Ramone, era muy claro: "Quiero un paquete de cigarros Gitanes". Sudor fr¨ªo en la expedici¨®n: d¨®nde encontrar un tabaco negro tan inusual a las 23.00 y a toda velocidad. Hasta sus compa?eros de banda le intentaron convencer: "?No te las puedes apa?ar con Malboro o Winston?". "No", fue la respuesta. Al final, un miembro de la compa?¨ªa lo consigui¨® de ?alguien del p¨²blico! y los Ramones actuaron.
- Un soprano en el Ritz. En esto que estaba Steve van Zandt, guitarrista de Bruce Springsteen y Silvio en la serie Los Soprano, fum¨¢ndose un puro en una terraza del hotel Ritz, a la espera de tocar en el Bernab¨¦u. Se acerca un cliente y le espeta, airado: "?Por qu¨¦ mataste a Andriana, por quee¨¦?". Steve casi se traga el puro. Es lo que tiene interiorizar la trama de Los Soprano.
- Marilyn Manson micciona como los gatos. Solicit¨® en una de sus actuaciones un cubo con arena, "para, ejem, mear", seg¨²n uno de los organizadores.
- Neil Young, no molestar. Fue la comidilla de Rock In Rio. Algunos empleados portaban una camiseta donde se pod¨ªa leer: "Trabajo para Neil Young, no me hables". Y lo llevaban a extremos muy pintorescos. "Hab¨ªa que verlos, a unas 10 personas, comiendo en el backstage y sin dirigirse la palabra", recuerda un organizador.
- La noche flamenca de los Stones. Lo recordar¨¢n: aquella gira espa?ola que los Rolling Stones suspendieron, en agosto de 2006, por una laringitis de Mick Jagger. Pues los guitarristas, Keith Richards y Ron Wood, aprovecharon para visitar el tablao Casa Patas. Cenaron en el restaurante Sobrino de Bot¨ªn y luego fueron a flamenquear. "Se lo pasaron en grande: se levantaron de sus sillas, aplaudieron el espect¨¢culo y gritaron", cuenta uno de los testigos.
- Las compras en Serrano de Beyonc¨¦. Visit¨® la tienda Yves Saint Laurent acompa?ada por siete personas. Estuvo justo una hora en un establecimiento que se desaloj¨® para la diva. Y se gast¨® 14.800 euros en un vestido, 2.000 en una pulsera y 1.700 en un bolso. Pag¨® con visa.
- Brian Ferry y Vel¨¢zquez. El l¨ªder de Roxy Music ten¨ªa una apretada agenda de entrevistas. Pero sac¨® tiempo para visitar el Museo del Prado. Acudi¨® en un Mercedes e insisti¨® en pagar la entrada. Entr¨® en el museo y se dirigi¨® directamente al cuadro de Vel¨¢zquez de Las lanzas. All¨ª estuvo 10 minutos admir¨¢ndolo. Cuando acab¨®, explic¨®: "Llevo 50 a?os obsesionado con este cuadro. En el colegio hac¨ªamos apuestas sobre si el papel que tiene el cuadro en el ¨¢ngulo inferior derecho estaba pintado o pegado. Acabo de comprobar que est¨¢ pintado: gan¨¦ la apuesta".
- El jam¨®n de Metallica. El cantante de Metallica, James Hetfield, lleg¨® a Madrid, prob¨® el jam¨®n y dijo que quer¨ªa llevarse uno a Los ?ngeles. "Le comentamos", cuenta Fernando Delgado, de la discogr¨¢fica que acompa?¨® al grupo, "que lo m¨¢s sensato era filetearlo, para as¨ª no tener problemas en la aduana. Pero insist¨ªa: 'Quiero la pata entera'. No hubo forma de hacerle entrar en raz¨®n". Fue a El Corte Ingl¨¦s, se compr¨® un gran jam¨®n por 500 euros y lo meti¨® en la funda de su guitarra. Delgado: "Iba camino del avi¨®n con la funda en la mano. Y dijo: '?T¨² crees que alguien va a registrar la funda del guitarrista de Metallica?". Nadie se atrevi¨®
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