Berlanguismo
Este fin de semana se va a rendir homenaje al maestro Luis Garc¨ªa Berlanga en el festival de Valencia, ciudad en la que ¨¦l naci¨® hace 88 a?os; y el mes que viene, en la alicantina Ciudad de la Luz que ¨¦l contribuy¨® a crear, se celebrar¨¢ un congreso donde su obra ser¨¢ analizada por historiadores y especialistas. Sendos homenajes a uno de los m¨¢s grandes creadores cinematogr¨¢ficos de la Espa?a de la posguerra y la transici¨®n, cuyo ojo cr¨ªtico no ha dejado t¨ªtere con cabeza tras haber observado las miserias permanentes de este pa¨ªs, con un humor que al principio fue amable pero que se fue convirtiendo en negro y amargo. De la ternura despiadada de Bienvenido, Mr. Marshall a la acidez de Todos a la c¨¢rcel, poco antes de que decidiera retirarse del cine y casi de todo.
Este anarcoide sentimental tiene tanto peso en la sociedad espa?ola que hasta la Academia de la lengua est¨¢ dispuesta a reconocer la palabra berlanguiano como calificativo de una situaci¨®n ca¨®tica, esperp¨¦ntica y coral. Y es que Espa?as es berlanguiana.
Las influencias
Hay cineastas influidos por ¨¦l. Uno de ellos, Francesc Betriu, que viene haciendo a trancas y barrancas una obra casi siempre personal, con el objetivo puesto en esta sociedad que presume de moderna pero que sigue conteniendo todos sus viejos monstruos, acaba de estrenar en circuitos casi clandestinos M¨®nica del Raval, documental esperp¨¦ntico sobre una prostituta de las Ramblas barcelonesas, capaz de provocarnos asombro y risas a partes iguales, terror y ternura: un hallazgo de Betriu que no deja indiferente al espectador, y que quiz¨¢s no habr¨ªa sido posible sin que previamente Berlanga hubiera dinamitado con sus pel¨ªculas la teor¨ªa de una Espa?a pr¨®spera, y descubrir en su lugar el car¨¢cter escatol¨®gico que la fecunda.
Estos homenajes mediterr¨¢neos que ahora le ofrecen a Berlanga -incluida una pel¨ªcula original de Garc¨ªa S¨¢nchez, otro cineasta que ha heredado el berlanguismo-, no vienen sino a paliar en parte las celebraciones que este pa¨ªs le debe a Berlanga. El maestro ha realizado una veintena de pel¨ªculas que son ya historia sin dejar de estar vivas, y a¨²n conserva en cajones una buena cantidad de historias que los censores o los financieros no le permitieron hacer. El Instituto Cervantes ha reconocido que "no se puede entender la segunda mitad del siglo XX sin contar con el cine de Berlanga", pero ?qu¨¦ hay de esos guiones no realizados? ?Por qu¨¦ al menos no se publican? ?C¨®mo podemos permitirnos el lujo de que sigan in¨¦ditos?
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