La defensa del violador cuestiona las identificaciones
A la espera de las declaraciones de los polic¨ªas que participaron en la investigaci¨®n de las ocho violaciones registradas en A Coru?a en 2006 y 2007, el caso del llamado violador del ch¨¢ndal ha quedado virtualmente visto para sentencia en la segunda sesi¨®n de la vista oral. Los testimonios de las v¨ªctimas ratificaron el reconocimiento que en su d¨ªa hicieron de Andr¨¦s Mayo Fern¨¢ndez como su agresor. La estrategia de la defensa se basa en cuestionar la validez de esas identificaciones. Las acusaciones, la p¨²blica y las particulares, adem¨¢s del reconocimiento de las v¨ªctimas, tienen a favor las pruebas forenses (una huella dactilar y el ADN del acusado) y el hecho de que el modus operandi en los ocho casos era el mismo o muy parecido al que Andr¨¦s Mayo emple¨® en los once delitos sexuales por los que fue condenado en Le¨®n en 1991.
Los cuatro testimonios que se escucharon ayer en la Audiencia de A Coru?a coincidieron con los otros cuatro prestados el mi¨¦rcoles en que las v¨ªctimas fueron sorprendidas cuando entraban, avanzada la noche, en el portal de sus casas (salvo una que fue asaltada en un puente peatonal sobre la Avenida de Lavedra). El autor de las agresiones las as¨ªa fuertemente por detr¨¢s, y con una mano ("una mano grande, de una persona obrera", testific¨® una) les cubr¨ªa la cara, mientras las inmovilizaba o manoseaba. A la ¨²ltima v¨ªctima, de origen centroamericano, el agresor la oblig¨® a hacerle una felaci¨®n, la viol¨®, y despu¨¦s le dio patadas mientras le dec¨ªa "puta india", record¨® ella ayer con un hilo de voz. La mujer se desmay¨® cuando vio a Andr¨¦s Mayo en la rueda de reconocimiento.
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