"?Se muere o le rematamos?"
El iran¨ª Ibrahim Sharifi relata desde su exilio en Turqu¨ªa c¨®mo fue torturado y sodomizado durante su detenci¨®n por participar en manifestaciones poselectorales
![Juan Carlos Sanz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F8474ab70-aed1-4d96-8664-7df91292ca03.png?auth=d593b8e6591c3c424827a0b274afbd4bf0540802a373929d61f1551ec8c3d627&width=100&height=100&smart=true)
"Volvieron a simular que me ejecutaban y protest¨¦; les pregunt¨¦ por qu¨¦ lo hac¨ªan y entonces fue cuando... me violaron", relata Ibrahim Sharifi, uno de los miles de detenidos en las protestas que siguieron a las ¨²ltimas elecciones iran¨ªes. Sus palabras respaldan la denuncia del dirigente opositor Mehdi Karrub¨ª, a quien los ultraconservadores quieren juzgar por libelo. "Cuando te pegan, te ofenden, simulan ejecutarte y t¨² resistes, utilizan ese m¨¦todo como ¨²ltimo recurso para humillarte y destruirte", explica Sharifi, la ¨²nica v¨ªctima que ha aceptado hablar en p¨²blico de su caso.
Como muchos otros j¨®venes iran¨ªes, este estudiante de inform¨¢tica, de 24 a?os, particip¨® en las manifestaciones que se desataron tras conocerse el resultado de las elecciones presidenciales del 12 de junio. "Tambi¨¦n ten¨ªa mucha actividad como bloguero y trabaj¨¦ en la sede electoral de Karrub¨ª", cuenta por tel¨¦fono desde Turqu¨ªa, donde se ha exiliado.
"Empec¨¦ a protestar pero me llevaron a otra habitaci¨®n y me violaron"
"Si hablas, tu familia perecer¨¢ en un accidente", le amenazaron
Hasta el 23 de junio. Ese mismo d¨ªa, 11 despu¨¦s de los comicios, le detuvieron cerca de su casa, en Shahrak Naft, una ciudad dormitorio del noroeste de Teher¨¢n. "No me notificaron el motivo. Pero delante de los otros detenidos dec¨ªan: 'A ¨¦ste lo vamos a ejecutar'. Creo que intentaban intimidarnos", analiza ahora Sharifi al volver sobre lo sucedido. Ni siquiera sabe d¨®nde estuvo encerrado. "Me vendaron los ojos y no s¨¦ ad¨®nde me llevaron, luego he sacado la conclusi¨®n de que fue a Kahrizak", manifiesta, en referencia al centro secreto de detenci¨®n que el l¨ªder supremo, Al¨ª Jamenei, orden¨® cerrar a finales de julio tras la muerte de tres presos.
"El trato era brutal para todos. Nos pegaban. Simulaban ejecuciones. Nos hac¨ªan pasar hambre", recuerda antes de hacer un alto y tomar aire para poder relatar lo que en la conservadora sociedad iran¨ª se considera innombrable, tab¨². Fue un castigo por rebelarse contra el en¨¦simo simulacro de ejecuci¨®n. "Empec¨¦ a protestar, les pregunt¨¦ por qu¨¦ lo estaban haciendo y fue a ra¨ªz de eso cuando... me llevaron a otra habitaci¨®n y me violaron".
Varias veces durante la conversaci¨®n Sharifi sustituye el verbo violar por "me hicieron eso, usted ya sabe". "Eso" fue atarle las manos y los pies a unos grilletes que hab¨ªa en la pared, bajarle la ropa interior y sodomizarle.
Para entonces, el joven ya estaba vomitando sangre como resultado de las patadas que le hab¨ªan propinado en el vientre. Se desmay¨®. Llamaron a un m¨¦dico y cuando empezaba a recuperar el conocimiento pudo o¨ªr que sus torturadores se preguntaban: "?Se muere o lo rematamos?". "El m¨¦dico les dijo que no lo hicieran porque eso les causar¨ªa un problema, como con los otros dos anteriores, y les propuso que me dejaran en la calle porque pensaba que no sobrevivir¨ªa. Entonces me sacaron de la c¨¢rcel y me abandonaron en la cuneta de una autopista", rememora.
En contra de lo previsto por el m¨¦dico del penal, Sharifi no muri¨®. Alguien lo encontr¨®, lo llev¨® a un hospital, lo atendieron y volvi¨® a casa. Incluso present¨® una denuncia por insultos y agresiones ante un tribunal de Teher¨¢n. Pero no dijo nada de la violaci¨®n. Ni siquiera a su familia, a la que describe como religiosa y partidaria del sistema (su padre es un general retirado de la polic¨ªa). Era demasiado doloroso. Trataba de borrarlo. "Incluso pens¨¦ en suicidarme", admite.
Quien le ayud¨® a desechar esa idea fue Karrub¨ª, en cuya oficina se form¨® un comit¨¦ de apoyo a los detenidos y sus familias. "Me explic¨® que soy una v¨ªctima, que no debo aislarme de la sociedad, ni sentir verg¨¹enza por lo que me ha sucedido". Sus palabras le ayudaron a sentirse mejor, pero a¨²n as¨ª tampoco fue capaz de mencionar la violaci¨®n hasta que el pol¨ªtico not¨® algo. "Hizo salir a todos y cuando nos quedamos a solas me dijo que hab¨ªa o¨ªdo hablar de violaciones y me pregunt¨® si a m¨ª me hab¨ªa pasado".
"Me result¨® dif¨ªcil contestar, pero al final empec¨¦ a llorar y le confes¨¦ lo ocurrido", recuerda Sharifi como si aquello le hubiera quitado un peso de encima. Acept¨® volver para que grabaran su declaraci¨®n en v¨ªdeo, e incluso se reuni¨® con un representante del fiscal general, Ghorban Al¨ª Dorri-Nayafabad¨ª, una de las primeras autoridades en reconocer que se hab¨ªan producido torturas. Incluso el Parlamento form¨® una comisi¨®n investigadora. Pero no todo el mundo estaba dispuesto a afrontar la realidad.
"Un d¨ªa, al salir de la oficina de Karrub¨ª, se me acerc¨® un tipo que se present¨® como conocido de mi padre. Sub¨ª a su coche y en cuanto estuvimos en una zona menos concurrida me advirti¨®: 'Si hablas con cualquier miembro de la comisi¨®n parlamentaria, tu familia perder¨¢ la vida en un accidente de tr¨¢fico, y sabes que podemos hacerlo".
Sharifi asegura que no tem¨ªa por s¨ª mismo puesto que hab¨ªa acudido ante el juez dispuesto a todo, pero aquello era demasiado. Decidi¨® poner tierra de por medio y busc¨® refugio en Turqu¨ªa, como muchos otros iran¨ªes. "Entonces, asaltaron la oficina de Karrub¨ª y se llevaron todos los datos, tuve miedo de que pudieran hacer algo a quienes hab¨ªamos acudido all¨ª, tal vez matarnos. Por eso me decid¨ª a hablar. Por eso, y para que no les suceda lo mismo que a m¨ª a las chicas y chicos que a¨²n est¨¢n detenidos", declara convencido de que el suyo no ha sido un caso aislado. "Durante los ¨²ltimos 20 a?os, el sistema ha logrado muy buenos resultados con las violaciones porque as¨ª arruinaban moralmente a sus opositores, ya que sab¨ªan que no iban a denunciarlas", concluye.
![Ibrahim Sharifi, en una imagen sacada de Internet.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/E6RPWPOGMTDX5DU5PHCKMDJATA.jpg?auth=64428a7b97421fc953fe80eef9505fcfcc36604a8927a10ed359164eea7396ee&width=414)
La peor crisis de Ir¨¢n desde 1979
- Junio de 2009. Mahmud Ahmadineyad se proclama ganador en las elecciones presidenciales del d¨ªa 12.
Los candidatos rivales cuestionan el resultado y su denuncia logra un fuerte respaldo popular. Los manifestantes toman las calles de Teher¨¢n en la mayor crisis pol¨ªtica desde la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979. La protesta es reprimida. M¨¢s de 30 personas mueren y alrededor de un millar son detenidas. El r¨¦gimen acusa a las potencias extranjeras de atizar la revuelta.
- Julio. La crisis se intensifica. Adem¨¢s de las protestas en las calles, en el seno del r¨¦gimen se produce una divisi¨®n entre ultraconservadores y moderados. Ahmadineyad destituye a su vicepresidente m¨¢s veterano, Esfandiar Rahim Mashaie, presionado por el l¨ªder supremo, Al¨ª Jamenei.
- Agosto / Septiembre. Ahmadineyad jura el cargo para un segundo mandato y presenta un Gobierno compuesto por pol¨ªticos cercanos y guardianes de la revoluci¨®n (pasdaran). Se incluye una mujer en el Gabinete por primera vez desde la revoluci¨®n. Comienzan los juicios contra opositores.
- Octubre. La justicia iran¨ª condena a tres manifestantes a la pena capital.
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