Un candil en las tinieblas barrocas
El Prado arroja luz sobre el genio oculto de Juan Bautista Ma¨ªno
En ocasiones hace falta el transcurso de siglos para encajar la pieza que falta y completa el sentido de un conjunto, incluso cuando ¨¦ste tiene la incontestable personalidad y cr¨¦dito cr¨ªtico de la gran pintura espa?ola del siglo XVII, justamente reconocida con el enf¨¢tico encomio del Siglo de Oro. ?Puede entonces echarse en falta la figura de un pintor, sin duda apreciado, pero no popular, como el italo-espa?ol Juan Bautista Ma¨ªno (1581-1649), nacido en Pastrana, pero hijo de un artesano italiano? Si recordamos que Vel¨¢zquez tard¨® en hacerse internacionalmente visible hasta por lo menos el ¨²ltimo tercio del siglo XIX y que El Greco necesit¨® m¨¢s tiempo para ocupar el papel esencial que ahora se le otorga en la Escuela Espa?ola, no nos sorprender¨¢ que a estas alturas tengamos que volver nuestra mirada sobre Ma¨ªno, pintor que estaba ciertamente ah¨ª, como uno m¨¢s, pero sin que nadie reparara en la crucial importancia de su aportaci¨®n al desarrollo de lo mejor de nuestra m¨ªtica pintura hist¨®rica. Lo hace el Museo del Prado en una exposici¨®n que re¨²ne 35 obras del pintor y otras 31 de los autores que m¨¢s le influyeron.
Por primera vez se pueden ver las tres cuartas partes de su obra
?Por qu¨¦ este descuido? En primer lugar, por la misma misteriosa vida de este pintor, 18 a?os mayor que Vel¨¢zquez, y, seg¨²n vamos viendo, un referente decisivo para el genio sevillano y toda su florida generaci¨®n. ?Qu¨¦ misterios envolvieron la biograf¨ªa de Ma¨ªno? Est¨¢ el hecho de no s¨®lo ser hijo de un artesano italiano, experto en telas, con vocaci¨®n aventurera, sino su propia trayectoria personal, porque, tras viajar, formarse y trabajar en la Italia de fines del siglo XVI y comienzos del XVII, ese joven muy vivido decide, no sabemos por qu¨¦, hacerse religioso dominico con todo lo que esta decisi¨®n supuso de borrador de sus andanzas juveniles.
Religioso o no, el pintor Ma¨ªno destac¨® pronto en Espa?a tras su periplo juvenil italiano y fue cumpliendo con encargos cortesanos y religiosos hasta hacerse con un nombre perdurable en la historia del arte espa?ol. Hay, eso s¨ª, perduraciones en letra grande y en letra peque?a, y la de Ma¨ªno hasta ahora se escribi¨® con los modestos caracteres de la segunda. Sea como sea, la extraordinaria importancia de la presente exposici¨®n no s¨®lo se debe a que se pueden contemplar, por primera vez, las tres cuartas partes de la escasa obra conservada de Ma¨ªno, que no supera el modesto n¨²mero de 40 cuadros, sino porque, sobre todo, tambi¨¦n por primera vez, se la "contextualiza" nacional e internacionalmente, lo que significa que, a partir de ahora, su presencia iluminada va a cambiar la historia del caravaggismo en Italia y en Espa?a.
La del caravaggismo italiano porque Ma¨ªno demuestra ser un eslab¨®n imprescindible entre el manierismo septentrional italiano y el desarrollo del naturalismo en Roma, protagonizado por la figura estremecedora de Caravaggio, con el que, ahora podemos estar casi por completo seguros, Ma¨ªno tuvo una fecunda relaci¨®n personal directa. La del caravaggismo espa?ol porque ahora Ma¨ªno sirve de muy oportuno enlace entre El Greco y los cuadros de Caravaggio y sus seguidores, que empezaban a circular por Espa?a a comienzos del XVII, y la potente explosi¨®n del joven Vel¨¢zquez.
De todas formas, siendo todo esto muy relevante, ser¨ªa injusto relegar a Ma¨ªno a este papel subsidiario, ignorando el extraordinario nivel de calidad que tiene su personalidad pict¨®rica. Porque Ma¨ªno junta a las novedades muy bien aprendidas del modelo de Caravaggio un refinad¨ªsimo dibujo cuya precios¨ªstica t¨¦cnica s¨®lo encuentra el punto de comparaci¨®n en Orazio Gentilleschi. Por todo ello es muy importante que en la exposici¨®n est¨¦n representados, y c¨®mo, Caravaggio, Guido Reni, Anibal Carracci, y, por supuesto, las figuras m¨¢s relevantes de la pintura espa?ola de la primera mitad del siglo XVII. A trav¨¦s de la escasa obra conservada de Ma¨ªno descubrimos c¨®mo destac¨® en todos los g¨¦neros: la pintura de historia, las escenas de costumbres, el retrato y el paisaje, con lo que su contribuci¨®n no s¨®lo es importante por la calidad de su obra, sino por la amplitud de horizonte y su tremenda versatilidad.
Esta contextualizaci¨®n est¨¢ perfectamente mostrada en la exposici¨®n del Prado, a traves de una presencia lujosa de artistas italianos y espa?oles de primera magnitud, cuyo contraste ayuda a demostrar la categor¨ªa art¨ªstica de Ma¨ªno y su papel decisivo en la reinterpretaci¨®n de Caravaggio que sirvi¨® de gu¨ªa a los grandes maestros espa?oles.
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