La ONU avala el informe que condena los cr¨ªmenes de guerra en Gaza
El Consejo de Derechos Humanos exige una investigaci¨®n a Israel y Ham¨¢s
En la guerra de Gaza del invierno pasado no hubo color. Israel arras¨®, caus¨® 1.400 muertos, gran parte civiles, y destroz¨® la infraestructura econ¨®mica de la franja. Pero en el campo pol¨ªtico y de la opini¨®n p¨²blica, el panorama es diferente. Pese a su feroz campa?a diplom¨¢tica -incluidas tensas conversaciones con primeros ministros de pa¨ªses occidentales-, el Gobierno israel¨ª ha fracasado a la hora de impedir que el informe del juez surafricano Richard Goldstone, que imputa cr¨ªmenes de guerra a Israel y a Ham¨¢s, sea respaldado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Este organismo aprob¨® ayer una resoluci¨®n que insta al Consejo de Seguridad a remitir el caso al Tribunal Internacional de La Haya si el Gobierno hebreo y el movimiento islamista palestino rechazan llevar a cabo una investigaci¨®n cre¨ªble sobre las imputaciones vertidas en el informe.
Israel bloquear¨¢ las negociaciones si el proceso se mantiene en Naciones Unidas
Si los boicoteos acad¨¦micos, financieros, comerciales y militares a Israel ganan pujanza paulatinamente, en el ¨¢mbito de la alta pol¨ªtica, el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu ha patinado esta semana con sus socios occidentales. El primer ministro israel¨ª trat¨® de persuadir al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que expresara su rechazo al informe. "No puedo intervenir", replic¨® Ban. Lo mismo intent¨® con el premier brit¨¢nico, Gordon Brown. Nuevo resbal¨®n. El ministro de Defensa, Ehud Barak, apremi¨® a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para que a su vez convenciera a sus socios en Londres y Par¨ªs. Ni por esas.
S¨®lo EE UU, Italia, Holanda, Hungr¨ªa, Eslovaquia y Ucrania votaron en contra de la resoluci¨®n respaldada por China, Rusia, y hasta 25 pa¨ªses ¨¢rabes o musulmanes y del tercer mundo. Reino Unido y Francia rechazaron participar. Otros 11 Estados se abstuvieron.
En Israel el asunto suscita enorme preocupaci¨®n. No porque piensen que el expediente concluya finalmente en el Tribunal Penal Internacional. Antes deber¨ªa tramitarse en el Consejo de Seguridad, instancia en la que el veto estadounidense podr¨ªa jugar su papel tradicional. Pero, ?ha echado Washington toda la carne en el asador para impedir que prosperara la resoluci¨®n? EE UU se opuso, s¨ª, pero al igual que Londres y Par¨ªs -que eludieron votar en contra- ha presionado al Gobierno israel¨ª para que forme una comisi¨®n de investigaci¨®n, precisamente lo que exige el informe Goldstone. Es evidente que Netanyahu no disfruta del benepl¨¢cito a ciegas de Barack Obama del mismo modo que su antecesor, Ehud Olmert, tuvo el de George Bush.
El requerimiento al movimiento islamista carece de relevancia. Ser¨ªa impensable que Ham¨¢s -que anim¨® a "perseguir en los tribunales a los criminales sionistas"- negara su implicaci¨®n en el disparo de cohetes contra suelo israel¨ª. Pero ser¨¢ igualmente complicado que el Gobierno de Netanyahu acepte crear una comisi¨®n de investigaci¨®n. Se niega, entre otros motivos, porque ello supondr¨ªa desacreditar a su Ej¨¦rcito, que asegura haber investigado lo sucedido y rechaza toda responsabilidad. Casi nadie en el mundo concede legitimidad a una investigaci¨®n de quien se constituye en juez cuando adem¨¢s es parte. A juicio de la canciller¨ªa israel¨ª la decisi¨®n del consejo es "injusta" y "alienta el terrorismo". As¨ª las cosas, la disputa en el organismo internacional supone otro escollo -Israel ha advertido de que bloquear¨¢ las negociaciones a¨²n no nacidas si el proceso en la ONU sigue adelante- a?adido a los esfuerzos de Obama por relanzar el proceso de paz. Cunde, otra vez, el pesimismo.
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