Cuba ya no puede repartir comida
El Gobierno pretende acabar con la distribuci¨®n subsidiada de alimentos - Los bajos salarios y la precariedad dificultan la aplicaci¨®n de la medida
M¨¢s del 70% de los cubanos han vivido bajo el sistema de racionamiento desde que nacieron. La famosa libreta de abastecimiento, en vigor desde 1962, garantiza al mes a cada uno de los 11 millones de habitantes de la isla: 3,5 kilos de arroz; 2,5 kilos de az¨²car; medio kilo de frijoles; 230 gramos de aceite; 10 huevos; 460 gramos de pollo; 460 gramos de espagueti, 230 gramos de picadillo de soja (o sustituto), adem¨¢s de 115 gramos de caf¨¦ y un pan diario. Para los ni?os menores de siete a?os tambi¨¦n incluye un litro de leche al d¨ªa. No es mucho, pero durante casi medio siglo esta minicesta b¨¢sica subvencionada -todos estos productos cuestan menos de un euro, al cambio- fue s¨ªmbolo del igualitarismo de la revoluci¨®n.
Muchos economistas piden una reforma previa para impulsar la producci¨®n
Sin embargo, los tiempos cambian... En medio de la crisis actual, la cartilla de racionamiento se ha convertido en un fardo demasiado pesado para el Gobierno de Ra¨²l Castro, que trata de apuntalar un modelo de econom¨ªa socialista "sustentable", basado en la l¨®gica de los n¨²meros y no en sue?os imposibles. Cuba importa m¨¢s del 80% de los alimentos que consume y, en las actuales circunstancias, la subvenci¨®n de los productos de la libreta supone al Estado m¨¢s de 800 millones de d¨®lares. La cuenta no da. Y el realismo raulista lo ha hecho saber por activa y por pasiva.
Desde que asumi¨® formalmente el poder, el 24 de febrero de 2008, Ra¨²l Castro ha expresado que la libreta de racionamiento, al igual que otras "gratuidades y millonarios subsidios", resultan "irracionales e insostenibles". "Ning¨²n pa¨ªs puede gastar indefinidamente m¨¢s de lo que ingresa", ha dicho en varias oportunidades.
El mismo discurso es repetido desde hace meses en los medios de prensa oficiales, y en diarios como Granma es rara la semana que no se publican cartas de opini¨®n de los lectores sobre el tema de la cartilla. Hasta el director del rotativo, L¨¢zaro Barredo, diputado y miembro del Comit¨¦ Central del Partido Comunista, public¨® esta semana un encendido editorial contra los "vicios del paternalismo", en el que aboga por el fin del racionamiento subsidiado. "La libreta de abastecimientos fue una necesidad en un momento determinado, con sus actuales atributos se convierte en una impedimenta dentro del conjunto de decisiones que la naci¨®n tendr¨¢ que asumir", afirma Barredo, para qui¨¦n "la justicia social no es el igualitarismo, es la igualdad de derechos y oportunidades".
A principios de mes, las autoridades comenzaron a experimentar la primera medida-mordisco a los subsidios. A modo de prueba, en cuatro ministerios -el de Trabajo y Seguridad Social, Finanzas y Precios, Econom¨ªa y Planificaci¨®n y Comercio Interior- se cerraron los comedores obreros y a cambio se empez¨® a dar a cada trabajador 15 pesos diarios (unos 70 c¨¦ntimos de euro) para que se busquen el almuerzo por su cuenta. En Cuba hay 25.000 comedores obreros, donde cada d¨ªa comen 3,5 millones de trabajadores, algo que le cuesta al Estado 350 millones de d¨®lares, seg¨²n cifras oficiales. La idea es extender la medida a todos los centros de trabajo.
Dentro de esta l¨®gica de eliminaci¨®n de subsidios, la cartilla de racionamiento tiene los d¨ªas contados, opinan la mayor¨ªa de los expertos. "La libreta va a desaparecer, de eso no hay duda. Pero la precariedad actual es tal que el Gobierno no lo puede hacer de golpe, pues dejar¨ªa tirada a media isla", asegura un economista.
Las autoridades lo saben. El salario medio en Cuba es de 415 pesos, aproximadamente 13 euros al cambio. En Cuba, es cierto, la salud y la educaci¨®n son gratuitas -otra cosa es su calidad-, el precio del agua, el gas y otros servicios est¨¢n subsidiados, y la libreta garantiza un m¨ªnimo que alcanza para 10 o 12 d¨ªas. "Pero luego vas a la chopin
[de shopping, tienda de divisas] y te cobran por un litro de aceite el salario de una semana y otro tanto por un pomo de champ¨²", dice Virginia, una licenciada en biotecnolog¨ªa. "?Qu¨¦ va a hacer un jubilado que gane 200 pesos al mes si le quitan la libreta?", se pregunta.
Por lo dicho hasta ahora entre l¨ªneas parece clara cu¨¢l ser¨¢ la estrategia: subvencionar a las personas que m¨¢s lo necesitan y eliminar el racionamiento para el resto. Pero economistas independientes como ?scar Espinosa Chepe ponen el dedo en la llaga: antes hay que hacer algunos deberes, como eliminar la doble moneda y lograr que el salario recobre valor real... Para generar riqueza no basta ahorrar, hay que producir; y es bueno recordar que en Cuba entre el 60% y el 70% de los alimentos lo producen los campesinos privados, que disponen del 20% de las tierras.
?Por qu¨¦ no se cooperativizan ciertos servicios que el Estado es incapaz de ofrecer con calidad? ?Y por qu¨¦ no se dan mayores m¨¢rgenes a la iniciativa privada?, se preguntan Chepe y otros muchos. Y es que la cartilla desaparecer¨¢... y las reformas ser¨¢n cada vez m¨¢s urgentes.
Fin de la cartilla
- M¨¢s del 70% de los cubanos ha vivido bajo el sistema de racionamiento, en vigor desde 1962, desde que nacieron.
- La cartilla garantiza: 3,5 kilos de arroz; 2,5 kilos de az¨²car; medio kilo de frijoles; 230 gramos de aceite; 10 huevos; 460 gramos de espaguetis; 230 gramos de picadillo de soja; 115 gramos de caf¨¦ y un pan diario.
- El salario medio es de 415 pesos (unos 13 euros) y la cartilla alcanza para 12 d¨ªas.
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