Juicio de Dios
Dios escribe derecho con renglones torcidos. He ah¨ª las circunstancias que rodearon la visita de Benedicto XVI a Valencia. Hab¨ªa muchos fot¨®grafos, pero l¨¢stima de Caravaggio. ?l fijar¨ªa ese acontecimiento para la posteridad con un retrato de la genuflexi¨®n de El Bigotes ante el Santo Padre. A prop¨®sito de estilismo, el instructor del caso G¨¹rtel orden¨® que se eliminaran de las diligencias fotograf¨ªas y conversaciones de fuerte contenido sexual y en fiestas celebradas en prost¨ªbulos. En la Edad Media, a la sombra de las grandes catedrales surg¨ªan los lugares del pecado llamados infiernillos. As¨ª que es posible que despu¨¦s de la visita papal, los hampones de la G¨¹rtel celebraran el ¨¦xito del evento en alg¨²n lupanar cercano brindando contra el relativismo liberal, la relajaci¨®n moral y el uso del preservativo en ?frica. La expurgaci¨®n judicial pretende proteger la intimidad de los presuntos. Comprendo que lo importante es la Caja B. Pero estilistas y antrop¨®logos nos perdemos la caja semi¨®tica, la de los signos, m¨¢s relevante para interpretar una ¨¦poca. Quedan algunas pinceladas en el lenguaje, como el uso habitual de Hijo de Puta con el rango de un apellido compuesto y esa zoofilia de llamar El Cabr¨®n al tesorero. En conjunto, lo conocido nos permite definir el estilo G¨¹rtel como un "matonismo cursi", esa s¨ªntesis futurista de neofacha y pijo. Si despu¨¦s de todo, y tal como parece, la derecha sube en votos en Valencia, Camps podr¨¢ decir lo que Maradona: "?Qu¨¦ me la chupen!". M¨¢s caballerosa es la expresi¨®n "poner las manos en el fuego", que o¨ªmos a todas horas. Tiene su origen reglado en la ordal¨ªa o Juicio de Dios, que se celebraba en las iglesias. Si la mano no se quemaba era se?al de inocencia. Creo que a Rajoy lo que le queda es una ordal¨ªa en la Almudena y televisada en directo. Si no se quema, bien. Si se chamusca, arrasa en votos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.